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Sexta medalla de Phelps, a una de Spitz

Su rostro, en esta ocasión, sí reflejaba la preocupación del momento. Escondido bajo la capucha de su albornoz, ‘hip hop’ a tope para facilitar el aislamiento, Michael Phelps era consciente de de la importancia del momento. En mente, su sexto oro en Pekín. En la calle de al lado, su amigo Ryan Lochte, considerado el segundo nadador más completo tras el extraterrestre de Baltimore, el hombre que en los ‘trials’ de EEUU se atrevió a discutir su hegemonía en las pruebas de estilos. Sin éxito, eso sí.

El neoyorquino, castigado tras colgarse su primer oro olímpico individual en los 200 m. espalda en dura pugna con Aaron Peirsol, récord del mundo incluido, no soportó en esta ocasión el ritmo brutal de Phelps en ninguno de los estilos. Dominó la carrera desde la salida, nadando siempre en torno a medio segundo por debajo de su récord mundial para establecer un nuevo registro de 1:54.23, casi seis décimas por debajo de su anterior marca y casi tres segundos más rápido que en Atenas.

Sólo el húngaro Laszlo Cseh, segundo en la meta, plata también en los 400 m. estilos y los 200 m. mariposa –siempre detrás de Phelps-, pudo resistir su ritmo en la primera parte de la prueba. Tras el viraje para el cambio de la espalda a la braza, el estadounidense se quedó solo, como siempre.

Lochte recuperó en el estilo libre, pero finalizó a una centésima de Cesh (1:56.52) y se consoló con un nuevo bronce.