Desparramado en una silla, con varios kilos de más (podría terminar sentado como Abelardo Forero Benavides), bufanda roja gigante y
-¡horror!- rutilantes medias rojas, el gran escritor colombiano se desnudó ante unas 500 personas en el hermoso centro cultural Garcia Márquez, del Fondo de Cultura Económica, en Bogotá.

Abad dijo que lo peor de Gabo es “Crónica de un secuestro”, por todas las inexactitudes contenidas en el libro.

Para empatar, comentó que le gusta todo lo del Nobel. Que se lo lee sin sentirlo, lleno de gozo.

Sobre Carrasquilla respondió que le gustan sus cuentos, pero nunca ha podido terminar una sola de sus novelas, porque “se pierde”, no termina.

Todos sus libros son autobiográficos, menos el más exitoso, “El Olvido que seremos”. Esa es la historia de su papá, no la suya.

-“Aunque más que autobiografías escribo sobre lo que he querido y no he podido ser”.

Se confesó buen lector de poesía. Dijo que los mayores tramos de su biblioteca contienen poesía.

Que compra libros, más de los que puede leer. Incluso en francés, idioma que no sabe (“algún día aprenderé”). Y que le regalan muchos, que no es capaz de enviar a la basura. En su nuevo apartamento le caben todos. También los que ha tomado prestados de algunos amigos, que no ha robado sino tenido por un tiempo.

-“Algún día haré un ensayo sobre los peores libros que tengo, que son muchos”.

Abad dijo ante el público que lo siguió en silencio (muchos jóvenes, unos pocos viejos como yo) que el Internet le está quitando mucho tiempo.

-“Es una magia. Y es un veneno”.

Que espera regresar a los viejos libros y a los clásicos no leídos. La Eneida, por ejemplo.

Que el poema de Borges hallado en el bolsillo del pantalón de su papá, el día del asesinato, sí es de Borges y que prepara un libro sobre el tema (sobre el poema).

-“Pornografía”?. Abad dice que la miraba en sus años de juventud con avidez “y con una sola mano”, como sugería otro autor.