Artunduaga: de sal y de dulce

PELEA ENTRE DINERO Y AMOR

El que tenga salud, dinero y amor, que le dé gracias a Dios…dice la canción. Y una encuesta de Radio Santa Fe establece que la salud está por encima de todo. La votación es rotunda: lejos, muy lejos, la salud es lo que la gente prefiere si la obligan a decidir.

La pelea se centra entre decidir por el amor y el dinero. En viejos tiempos se recomendaba optar por el amor. Una pareja enamorada, unida, que luchaba y compartía alegrías y tristezas, era capaz de lograr todas las metas posibles, incluyendo la riqueza.

Los tiempos modernos han hecho cambiar la prioridad. Todo parece indicar que ahora se prefiere el dinero, que puede comprarlo todo, casi todo. Y también el amor.

Ellos las prefieren hermosas y ojalá voluptuosas. Ellas los buscan ricos, ojalá bien millonarios. Después amables, cariñosos, inteligentes, de buen humor, buenos padres o buenos hijos. Pero que no les falte el dinero.

No importa que sean celosos, tímidos, impulsivos, inseguros, sexópatas, hipocondríacos, groseros, malandros, malgeniados, adúlteros, alcohólicos, mentirosos, sabelotodo, torpes, tiranos, vividores, donjuanes, lagartos, tragones, infantiles, cursis, enamoradizos, maleducados, corruptos o cualquier otra cosa, en la divertida clasificación que hace Silvia Vallejo.

Si el tipo tiene dinero se la puede conseguir escultural, bomba sexual y generalmente mantenida. En materia de mujeres hay de todo, según la propia Silvia, en un librito ameno que ilustra Betto, formidable caricaturista .

El hombre adinerado se las puede conseguir a su gusto. Y le pueden resultar dependientes, locas, mojigatas, envidiosas, maternales, paranoicas, bailarinas, feministas, despistadas, aventureras, insensibles, vanidosas, desentendidas, alarmistas, depresivas, insatisfechas, supersticiosas, ambiciosas, chismosas, perfeccionistas, optimistas esnobistas, cultas, miedosas, ignorantes, lobas, superficiales, consentidas, histéricas, empalagosas, trabajadoras, despilfarradoras, detallistas, habladoras, divas, conflictivas.

Como en materia de gustos no hay disgustos, uno puede escoger cualquiera de estos “tipos”, según la clasificación referida. U otras, que las debe haber como tantas mujeres hay en el mundo.

Pero es evidente, protuberante, arrasador, que entre dinero y amor….por estos días gana el primero.

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