Artunduaga: de sal y de dulce

LA COMISION DE TELEVISION

En mis tiempos de Senador defendí con vehemencia la Comisión Nacional de Televisión, no ésta, ni ninguna en especial, sino el criterio que tuvo la Constituyente para que un ente imparcial e independiente manejara la televisión colombiana.

La idea original era clara y saludable. La televisión venía siendo entregada por pedazos a políticos, hijos de ex presidentes, amigos del gobierno, novias y amantes de los funcionarios de turno.

Cada Presidente y cada Ministro tenían en la televisión la lotería para entregar, al punto que se llegó a adjudicar hasta medias horas, ante la cola de aspirantes con igual número de padrinos. El M-19 también participó en la piñata.

En campaña, el candidato Uribe ofreció y prometió acabar con la Comisión. Incluso le ofreció uno de los 5 cargos principales a Poncho Rentería, con la misión perversa de que la acabara desde adentro.

Con el tiempo, el gobierno se fue quedando con las mayorías y después con toda la Comisión y –entonces- no fue necesario eliminarla.

Sorpresivamente el Presidente ha vuelto a hablar del tema, por asustar, o porque sinceramente piense lo que hace 6 años era una urgencia.

Estoy de acuerdo. La Comisión de Televisión no es independiente. Se convirtió apenas en un ente, no la institución respetable y seria….sino la entelequia inoficiosa, costosa, mañosa, perezosa.

El Congreso de la República debería actuar: acabarla. O darle un giro sustancial. El gobierno se la tomó….y para mal.

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