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Experimentos en Reino Unido; mezclan humanos con animales. El Planeta de los Simios?

En los laboratorios del Reino Unido, 155 embriones mezcla animal-humanos fueron creados en los últimos tres años. Aunque no son chimpancés que hablan ni simios con cara humana, el tema inquieta.

En 2005, en el Instituto Salk, crearon con éxito ratones con parte de su cerebro humano. A cada uno le inyectaron unas 100.000 células madre embrionarias para estudiar el mal de Parkinson.

En busca de cura para enfermedades, híbridos y quimeras están a la orden del día. En 2010 se realizaron más de un millón de experimentos con animales modificados, en gran parte ratones y peces portando ADN humano.

El alto número de embriones híbridos, casi todos en estudios silenciosos, se conoció un día después de que la Academia de Ciencias Médicas del Reino Unido divulgara un documento con el cual llama la atención sobre la necesidad de regular estas creaciones hasta ahora usadas para estudiar afecciones humanas, pero cada día más cercanas a la ciencia-ficción.

Hace dos años, Splice, la película, contó la historia de un par de jóvenes científicos que introducen segmentos de ADN humano en genes animales, creando sin proponérselo un par de híbridos idénticos, como humanoides.

¿Será posible semejante engendro? El reporte de la Academia británica señala como ejemplo de animales conteniendo material humano (ACHM) la introducción de células madre nerviosas humanas en el cerebro de primates para apoyar estudios sobre el párkinson. «La pregunta clave, que no puede ser respondida hoy con certeza es si poblando un cerebro animal con células humanas pudiese derivar en que desarrollara elementos de la conciencia humana o una conducta tipo humana con entendimiento».

Esa probabilidad no parece cerca, pero «para estar seguros, se necesita establecer métodos experimentales más sofisticados para detectar la aparición de esas capacidades (en el primate)».

El temor se extendió a Alemania, donde hace dos semanas el Consejo Nacional de Ética señaló, al conceptuar sobre el uso de ratones con material genético humano, que es necesario regular ciertas prácticas que no deberían ser permitidas, incluyendo experimentos que mezclen material animal en células germinales humanas y viceversa.

Nada lo detiene
La Academia del Reino Unido reconoció que la tecnología avanza con tal rapidez que secciones cada vez más grandes de ADN pueden ser manipuladas y métodos que utilizan células madres humanas para remplazar partes de tejido o incluso órganos completos se refinan cada día. «Al facilitar la sustitución de material humano en animales de manera más extensa y precisa, estos acercamientos podrán permitirnos modificar pronto animales a tal punto que podrían desafiar las fronteras sociales, éticas y normativas».

El corazón palpita rápido al saber que la mayoría de países carece de legislación.

No es mera imaginación. Científicos crean animales humanizados insertando en embriones células humanas, quimeras empleadas para encontrar luces sobre condiciones como derrames, hepatitis, cáncer y otras dolencias.

Así, células hepáticas humanas son introducidas en ratones -que son incapaces de evitar la colonización- produciendo un ratón con hasta 95 por ciento de su hígado integrado por células humanas.

Y del mismo modo, al introducir células madre humanas en una clase de rata predispuesta a sufrir derrames es posible estudiar el potencial de cerebro humano para reparar el daño provocado por el accidente cerebrovascular.

Crear un hígado con células humanas en otro animal y luego trasplantarlo a la persona que puso las células y tiene su órgano enfermo es la meta. «Una amplia variedad de animales quiméricos y genéticamente alterados está en uso», pero la mayoría de los estudios con ACHM no suponen problemas éticos ni generan inquietudes más allá del uso regulado de animales.

Sí hay tres áreas que merecen especial atención, de acuerdo con la Academia:

La modificación extensa del cerebro animal por implante de células humanas derivadas, «que podrían resultar en capacidad cognitiva alterada acercándose a la conciencia humana o comportamiento tipo humano».

Situaciones donde gametos humanos funcionales se pueden desarrollar a partir de células precursoras en animales; y en las que la fertilización entre gametos humanos o derivados de humanos y gametos animales pueda ocurrir.

Y modificaciones celulares o genéticas que podrían desembocar en animales con aspecto humano (piel, extremidades o estructura facial) o características como el habla.

El mundo de los simios
Mucho antes del actual desarrollo, El planeta de los simios (1968) presentaba una civilización en la que dominaban los simios y en la que los humanos eran poco desarrollados y perseguidos.

Fue la recordación de este éxito de Franklyn Schaffner la que encendió un acalorado debate en el Parlamento británico. Para Lord David Alton «nunca puede ser justificable» el desarrollo de esos organismos. «De los 80 tratamientos y curas que han surgido de las células madre, todos han venido de las células madre adultas, no de las embrionarias».

Robin Lovell-Badge, uno de los autores del reporte académico, no concuerda. «La razón (…) es entender más sobre el desarrollo humano inicial y encontrar maneras de curar enfermedades serias y como científico creo que es un imperativo moral proseguir estas investigaciones».

Llamó sin embargo a controlar otra clase de estudios, en los que a embriones animales se les implantan pequeñas cantidades de material genético humano.

En 2003 investigadores de Shangai Second Medical University reportaron la primera quimera, fusión de células humanas y de conejo. Un año después, científicos de la Clínica Mayo crearon cerdos con sangre humana fluyendo por su cuerpo. También quimeras humanas: personas con válvulas de cerdo que les permiten seguir viviendo, aunque no andan por el suelo arrastrando la cara en busca de comida.

Hasta ahora ninguna de las modernas quimeras luce como los animales de la isla del Doctor Moreau, pero en prevención a que Splice cobre vida, tras la presentación de la película, diferentes regiones de Estados Unidos como Arizona y Ohio prohibieron trabajar con híbridos.

Canadá también, mientras en el Congreso de Estados Unidos no pasó un proyecto sobre el tema.

El tema no es fácil de resolver. Una amplia encuesta pública en el Reino Unido arrojó que 61 por ciento respaldaba estas investigaciones.

En 2008 un intento del Parlamento para prohibir embriones híbridos humano-animal fue derrotado por 3 votos.

Lovell-Badge tranquiliza al recordar que a los científicos no les preocupan esos híbridos, pues la ley obliga a destruirlos a los 14 días.

Pero, ¿qué pasará en uno de las decenas de países sin control ni legislación?

Cuidado: alguien llama a la puerta.

» Las quimeras y los híbridos
La Academia de Ciencias Médicas del Reino Unido explica que una quimera es un animal compuesto por células de dos organismos. El ADN de cada uno no está mezclado en cada célula. Las quiemras se dan a veces naturalmente, cuando por ejemplo células del feto colonizan la madre. Las células humanas para crear quimeras se pueden tomar de diversas fuentes como fetos de abortos.

Híbridos son animales formados por la fertilización de un huevo de una especie por espermatozoides de otra. Están prohibidos en el Reino Unido más allá de los 14 días, aunque es improbable que sobrevivan por sí más tiempo. (Foto de Splice)

» Contexto
1 – Ratones con genes humanos son comunes para estudiar ciertas enfermedades o también con tumores humanos para ensayar drogas.

2 – Se han desarrollado ratones con cromosomas humanos y una copia adicional para estudiar el síndrome de Down. Los estudios avanzan.

3 – En ovejas, cabras, conejos y reses se han insertado genes humanos para producir proteínas humanas para ciertos tratamientos.

4 – Otro tema que merece atención son los experimentos en los cuales se hacen animales susceptibles a infecciones que solo atacan humanos.

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