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Obama responde a Santos: EU no va a legalizar las drogas

El presidente Barack Obama notificó en las últimas horas que Estados Unidos no van a legalizar ni a despenalizar las drogas, anticipando la posición que su gobierno adoptará en el debate que propuso el presidente de Colombia Juan Manuel Santos y que será planteado este fin de semana en la Cumbre de las Américas de Cartagena.

Obama afirmó que legalizar o despenalizar la droga tendría graves consecuencias negativas en todos nuestros países y que además una medida de esta naturaleza “no eliminaría el peligro que plantea el crimen organizado transnacional”.

Las precisiones las hizo el presidente de los Estados Unidos en un extenso reportaje al Grupo de Diarios de América, en las cuales , además, hizo un alto elogio a los avances de Colombia, no solo en el campo de la seguridad, sino en progreso económico.

“Los Estados Unidos están comprometidos a mantener y solidificar nuestra relación de seguridad con Colombia como parte de nuestra alianza bilateral general”, precisó Obama.

“Es importante reconocer que Colombia ha logrado inmensos avances en seguridad”, expresó el mandatario estadounidense y agregó:

“El hecho de que Cartagena sea la sede de la Cumbre de las Américas es testamento de ese progreso. Debe dárseles crédito al pueblo colombiano, a sus líderes, y a las fuerzas de seguridad, ya que todos ellos han hecho sacrificios extraordinarios”.

En cuanto al tema de la legalización o despenalización de la droga, Obama señalo:

«Este es un debate legítimo que refleja las frustraciones de los gobiernos y los habitantes de todas las Américas, pero es un tema en el que no existe acuerdo en la región. Creo que sostener este debate contribuirá a esclarecer esta propuesta y a reenfocar nuestra atención a las maneras en que podemos lograr el mayor progreso todos juntos. Por ejemplo, los Estados Unidos no van a legalizar ni a despenalizar las drogas ya que hacerlo tendría graves consecuencias negativas, en todos nuestros países, en cuanto a la salud y la seguridad públicas. Es más, legalizar o despenalizar las drogas no eliminaría el peligro que plantea el crimen organizado transnacional».

«Creo que el mejor uso de nuestro tiempo en la Cumbre en Cartagena es concentrarnos en nuestras responsabilidades mutuas. Como Presidente, he dejado claro que los Estados Unidos aceptamos nuestra parte de la responsabilidad con respecto a la crisis, que tiene su raíz en la demanda existente por las drogas, incluyendo Estados Unidos».

Es por eso –agregó — que hemos adoptado una nueva estrategia de control de drogas que se enfoca en reducir la demanda por las drogas con educación, prevención y tratamiento. De hecho, he comprometido más de US$ 30 mil millones para reducir la demanda por las drogas ilegales en los Estados Unidos, y estoy solicitando otros US$ 10 mil millones este año. También hemos dedicado recursos sin precedente a ponerle coto al flujo ilegal hacia el sur de armas y efectivo a la región y hemos colaborado con ciertos socios, incluyendo a México, para fortalecer nuestra cooperación en la seguridad. Estamos logrando progreso, y no vamos a cesar.

“En la Cumbre en Cartagena –subrayó– tenemos la oportunidad de aumentar nuestra cooperación regional de manera que los narcotraficantes y los carteles no tengan sitio disponible para esconderse”.

Dijo que esto incluye ir adelante con la Iniciativa de Seguridad de la Cuenca del Caribe, que se lanzó en la Cumbre de 2009 y que está creando instituciones para la seguridad y protección públicas, aumentando la cooperación regional, y promoviendo la justicia social en el Caribe.

“Tenemos que hacer más para apoyar a las naciones de América Central y su estrategia regional para promover la seguridad ciudadana. Las contribuciones a esos esfuerzos por socios capaces tales como Brasil, Colombia y Chile deben ser características del camino hacia delante. Por ejemplo, el reciente acuerdo entre los EE.UU., Brasil y Bolivia para perseguir el cultivo de coca en Bolivia es el tipo de colaboración que necesitamos”, puntualizó Obama.

Sobre Colombia, Obama resalto los avances en seguridad.

“El éxito también está teniendo un impacto que va más allá de sus fronteras, pues Colombia comparte su pericia en seguridad con aliados en la región y en otras partes”, dijo y advirtió:

“Colombia actualmente se encuentra en una fase crucial de consolidar los avances de seguridad obtenidos con gran esfuerzo durante la última década en una paz perdurable y justa que contribuya a desencadenar todo el potencial de ese país”.

También señalo: “Como le dije al Presidente Santos durante nuestras dos visitas anteriores, y como le reafirmaré cuando nos veamos este fin de semana, los Estados Unidos están comprometidos a mantener y solidificar nuestra relación de seguridad con Colombia como parte de nuestra alianza bilateral general.

Advirtió que desde el comienzo del Plan Colombia en 1999, los Estados Unidos han invertido más de US$ 8 mil millones para apoyar los esfuerzos de Colombia. Como señal evidente de nuestro compromiso sostenido, le he solicitado al Congreso más de US$ 330 millones adicionales para el próximo año.

Añadió que al mismo tiempo, continuará apoyando “la implementación de la agenda de reforma más general del Presidente Santos.

“Esto incluye – dijo – programas de consolidación dirigidos por Colombia que restablecen la seguridad, prestan los servicios sociales sumamente necesitados, y promueven el desarrollo económico a las áreas que antiguamente se encontraban bajo el control de grupos armados ilegales. La experiencia de Colombia les demuestra a la región y al mundo que es posible lograr un progreso impresionante, y los Estados Unidos están comprometidos a ser un aliado en el éxito de Colombia”.

AMERICA LATINA CUBA Y VENEZUELA

De otro lado, se le planteó a Obama que muchos líderes en la región consideran que EE.UU., no ve a América Latina como una prioridad, y respondió:

-Los pueblos y los países de América Latina son vitales para el progreso que buscamos en los Estados Unidos, en toda la región, o alrededor del mundo. Esto comienza con el hecho de que las Américas son nuestra casa, al igual que los Estados Unidos son la casa de decenas de millones de hispano-americanos que aportan contribuciones extraordinarias a nuestro país diariamente. Los Estados Unidos no tienen tantas conexiones, tales como valores compartidos, una herencia común e intereses comunes, con ninguna otra región del mundo. Y ninguna otra región del mundo afecta tan directamente las vidas diarias de los estadounidenses.

El hemisferio occidental es especialmente importante para mi prioridad principal: la generación de empleos y de oportunidad en los Estados Unidos. Ya nosotros exportamos más bienes y servicios al hemisferio que ninguna otra región. Ya que nuestras exportaciones a América Latina aumentan a un ritmo mayor que al resto del mundo, esta región es crítica para lograr mi meta de duplicar las exportaciones de EE.UU.

Además, la expansión del comercio y las inversiones nos benefician a todos. Los Estados Unidos siguen siendo la fuente individual más grande de inversión extranjera en la región, lo que crea nuevos empleos y oportunidad. Las remesas que provienen de los Estados Unidos impulsan muchas economías en la región, y actualmente dichas remesas son más transparentes, confiables y de costo asequible gracias a la legislación para la protección de los consumidores que yo luché por obtener en los Estados Unidos.

Por todos estos motivos, me he esforzado en aumentar los vínculos económicos entre nuestros países. Firmé tratados de libre comercio con Colombia y Panamá. Actualmente tenemos tratados de libre comercio con doce países del hemisferio, más que con cualquier otra región del mundo. Mi viaje a Cartagena para la Cumbre, donde podemos aumentar nuestros vínculos económicos, será mi cuarta visita a la región. En junio, haré mi quinta visita cuando viaje a México para el G-20. En estos viajes, y a través de las constantes interacciones entre nuestros gobiernos y nuestros pueblos, hemos creado las alianzas de igualdad que prometí hace tres años y que están dando resultados, tanto para los Estados Unidos como para nuestros socios en toda la región.

-La región, como un todo, está reclamando que Cuba sea invitada a la próxima Cumbre de las Américas, en Panamá. ¿Insistirá EE.UU. en bloquear su participación si antes no camina por el sendero de la democracia? ¿No cree usted que aislar a Cuba de este tipo de eventos los aleja aún más y previene precisamente el tipo de cambios políticos que ustedes desearían?

-Espero con entusiasmo el día en que una Cuba democrática reclame su merecido puesto en la Cumbre de las Américas y el día en que el pueblo cubano disfrute de los mismos derechos y libertades que otra gente en nuestra región y alrededor del mundo. En 2009, mi Administración colaboró con países de toda la región para crear, por consenso, un camino para la reintegración de Cuba al sistema interamericano. Dicho camino guardaba consistencia con la promesa hecha por la región de apoyar la gobernabilidad democrática fundamentada en la Carta Democrática Interamericana de 2001 e incluía que las autoridades cubanas respetaran los derechos humanos universales del pueblo cubano.

Desafortunada y trágicamente, los líderes de Cuba han rechazado ese camino repetidamente.

Yo he expresado claramente que buscamos una nueva era en la relación entre nuestros dos países. Como Presidente, he hecho los cambios más significativos en varias décadas a nuestra política hacia Cuba, incluyendo permitir visitas a la familia y haciendo posible que los estadounidenses envíen remesas que aporten cierta esperanza e independencia a la gente de Cuba. Por el contrario, las autoridades cubanas no han mostrado interés alguno en modificar su relación con los Estados Unidos, ni tampoco ninguna disposición a respetar los derechos democráticos y humanos del pueblo cubano. Incluso durante la reciente visita del Papa Benedicto XVI a ese país, las autoridades cubanas reiteraron que Cuba permanecerá siendo un estado de un solo partido y procedieron a continuar persiguiendo a aquellos que elevan su voz en apoyo a los derechos del pueblo cubano.
La historia demuestra que las ansias de libertad y dignidad humanas no pueden negarse para siempre. Ningún régimen autoritario dura eternamente. Llegará el día en que el pueblo cubano será libre para determinar su propio destino. En espera de ese día, yo mantengo mi compromiso a apoyar al pueblo cubano en su deseo de determinar libremente el futuro de Cuba y que la ayuda los haga menos dependientes del estado cubano que les niega sus derechos universales.

VENEZUELA Y CHAVEZ

– En octubre habrá elecciones presidenciales en Venezuela y algunos funcionarios del gobierno en ese país han dicho que si Chávez no gana habrá caos mientras que otros incluso sugieren que no entregarán el poder aun si gana la oposición. ¿Cómo están viendo ustedes las cosas y qué medidas tomarían si algo así llegara a suceder?

-Venezuela, como todas las naciones soberanas, tiene que establecer su propio camino, pero es el pueblo venezolano quien tiene que determinar su camino democrático. Lo que sí harán los Estados Unidos es continuar defendiendo el derecho de la gente en todas partes a determinar su propio futuro. Todos los países de las Américas tienen la obligación solemne de proteger ese derecho de autodeterminación.

Tal como nuestras naciones lo acordaron cuando adoptaron la Carta Democrática Interamericana, «la gente de las Américas tiene derecho a la democracia y sus gobiernos tienen la obligación de promoverlo y defenderlo». Muchas generaciones en todas las Américas han sufrido y se han sacrificado para darle significado a esas palabras: activistas, líderes religiosos, prisioneros políticos, así como ciudadanos ordinarios que continúan arriesgando sus vidas hoy en día.

Actualmente, en demasiados lugares en las Américas, los derechos universales, tales como la libertad de expresión y la independencia de los magistrados, están bajo ataque. De manera que en Venezuela, al igual que en todos los países, queremos ver elecciones que sean libres y justas en las que se respete la voluntad de la gente. La historia demuestra que las naciones son más fuertes y más exitosas cuando tienen legislaturas vigorosas, magistrados independientes, una prensa libre, militares profesionales bajo control civil, sociedades civiles fuertes, y gobiernos que son transparentes y que atienden a las necesidades de sus ciudadanos.

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