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NOVIEMBRE: MES DE LA NO VIOLENCIA CONTRA LA MUJER


Carlos Fradique-Méndez
Abogado de Familia y para la Familia

El machismo ha convertido a la mujer en sujeto pasivo de violencia en todas sus formas: Física, sexual, emocional, económica, psicológica. El hombre, más fuerte que ella desde el punto de vista físico y culturalmente formado para dominar a “su mujer” ejerce su rol dominante de manera violenta y agrede, acosa, intimida, amenaza, tortura psicológicamente y se ufana del ejercicio abusivo de su poder. El hombre se siente macho porque tiene varias mujeres y porque logra que ellas lo acepten, lo toleren, lo necesiten y hasta sientan placer de la violencia masculina.

Las dos condiciones fundamentales que hacen que la mujer sea objeto de violencia son la deficiente educación y la falta de recursos económicos para que sea autosuficiente. La ignorancia genera miedo y el miedo complicidad y sumisión. La falta de dinero, capital o ingresos genera necesidad de protección y tolerancia de la violencia.

El hombre grita, amenaza, golpea, insulta, tortura, reta y se ufana de su fuerza bruta. El 31 de octubre pasado, fui testigo directo de un “macho” que no ha logrado superar el que su mujer lo haya dejado de querer y aparentemente tenga un apoyo afectivo de un nuevo hombre. El se satisface torturando a las mujeres y es macho con las mujeres, pero es cobarde frente a los demás machos. Intimida a su ex mujer con la policía para que le “entregue” a su hija. La niña es instrumento de violencia. No tolera cinco minutos de retardo cuando se ha preparado para “recoger” a su hija de tan solo siete años de edad. Como el retardo, para el marido, es falta grave la hace comparecer a la estación de policía para dejar constancia de la demora y con estas anotaciones pretende demostrar que la madre no cumple con su deber. Entre tanto, él solo aporta un poco menos de un salario mínimo mensual para el sostenimiento de su hija, el que vale cerca de siete millones de pesos al mes. Dice que no tiene ingresos, pero viaja, practica deporte de tiro en el polígono, tiene una camioneta de 4000 centímetros y tiene el descaro de exigirle a la mamá que le entregue la niña con la maleta donde debe llevar su vestuario.

El 31 de octubre le exigió a la madre que le entregara la niña con disfraz porque la iba a llevar a una fiesta que tenía preparada uno de sus amigos. Al final, luego de cinco visitas a la estación de policía, no la llevó a ningún evento. Este es un prototipo de padre torturador y violento.

Son tantos los actos de violencia contra la mujer que fue necesario fijar un día en el que todos en el mundo reflexionemos sobre la necesidad de eliminar toda forma de violencia contra la mujer. El Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, fue aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas por resolución 50/134 del 17 de diciembre de 1999. Se celebra cada año el 25 de noviembre, en memoria de las hermanas Minerva, Patria y María Teresa Mirabal, luchadoras sociales que en 1960 fueron asesinadas por orden de Leonidas Trujillo, dictador de República Dominicana.

Pero un solo día no basta y por esta razón me permito proponer que durante todo el mes de noviembre se convoque a la sociedad y a los medios para que formemos conciencia sobre la necesidad imperiosa de abolir toda forma de violencia contra la mujer. Hagamos conciencia de que a la mujer no se le causa daño, ni con el pétalo de una rosa.