Nacional Opinión

LLEGANDO LLEGASTE…


Por: Julio Fernando Rivera Vallejo

Claro que la noticia más importante en el mundo es la elección del Presidente de los Estados Unidos; pero, para hablar al respecto sobra tiempo y, además, para eso, doctores tiene la Santa Madre Iglesia.

Así es que el protagonista de esta nota no es el inquilino de la codiciada Casa Blanca, considerado sin duda como el hombre más poderoso del planeta y, un poquito más lejos, si se tiene en cuenta los viajes espaciales que son una tímida muestra de la intención por conquistar el universo.

A pesar del título, estas líneas no son para alguien que llega, o continúa, sino para alguien que se va y que, contrario a la creencia generalizada acerca de la prepotencia de los argentinos, fue, o mejor es, porque su recuerdo perdura, un ejemplo de sencillez; bueno, talvez porque no nace en el gran Buenos Aires, sino en un pueblito de Mendoza y, como en tantos países, una cosa es la capital y otra la provincia.

´´ Llegando, llegaste, te miré de frente, después puse un nombre, te llamé ternura, llegando, llegaste, y fuimos pensando, me fui animando, luego te besé. Y una mañana, mientras el café mezclaba, en una servilleta blanca yo te dibujaba, yo te dibujaba…´´

No es una canción para grandes, es casi un arrullo infantil, que sirve, en otros tiempos, de fondo musical al amor platónico por la maestra de escuela o por la protagonista del cine a blanco y negro que apenas si insinúa sus atributos entre largos y pesados trajes.

Es el prólogo a aventuras juveniles, cuando las visitas de novios se hacen en la sala y no en la alcoba, cuando se conquista con serenatas, con poemas y con flores; cuando terminar una relación no es tan sencillo como escribir adiós, en el muro de facebook.

Y, cuando interpreta ´´ Mi amante niña, mi compañera ´´ , con cuatro líneas de erotismo sublime y con el sentimiento de un verdadero enamorado dibuja en el pentagrama del aire un himno a la felicidad y a la razón de su vida, su ser y toda su alegría…

Aparte de ser un destacado director y productor de cine, en las décadas de los años sesentas y setentas, es uno de los precursores de la balada latinoamericana y deja para la posteridad, temas como ´´ Hoy corté una flor ´´, ´´ Ella ya me olvidó ´´, ´´ Esto es el amor ´´, ´´ Mi tristeza es mía y nada más ´´, ´´ Quiero aprender de memoria ´´ , y tantos otros, que marcan toda una época cargada de romanticismo que hoy, cuando otros acordes acompañados por la explosión tecnológica de luces y sonidos estremecen a las nuevas generaciones, es recordada por sus admiradores como la edad dorada y por los demás, con la genérica denominación de ´´ música plancha ´´.

Para sus amigos, su esencia es el trabajo sin importar el dinero y su felicidad en un mundo sin fronteras, es hacer lo que le gustaba con absoluta entrega y dedicación. A sus setenta y cuatro años, enfermo y cansado, como ´´ un barquito de papel que está por naufragar ´´, se marcha para siempre alguien que con sus canciones es inspirador de muchos idilios y cómplice de incontables romances que en sus canciones sencillas como lo fue su vida, encuentran alas para elevarse al cielo del amor cuando es eterno e infinito.

Si parte un grande, no hay necesidad de mencionar su nombre, porque su huella queda marcada para siempre en quienes admiran su obra y con su recuerdo, siguen su camino.