Opinión

´´ PAPA ´´ y ´´Papito´´

JULIO FERNANDO 2 (1)
Por: Julio Fernando Rivera Vallejo

La llegada del Sumo Pontífice a Brasil, con ocasión del Encuentro Mundial de Juventudes Católicas, sin duda servirá para apaciguar los ánimos de miles de habitantes de las favelas, populosos asentamientos irregulares que asfixian a Rio de Janeiro, entre otras muchas ciudades de la tierra de Pelé, , en las cuales reina la miseria y el inconformismo de la gente con su Presidenta Dilma Rousseff, tan cuestionada en los últimos tiempos, en los que se ha visto involucrada en no pocos escándalos de corrupción y de todo tipo. La presencia del carismático Francisco, es un bálsamo para las angustias de los pobres y un tanque de oxígeno para la cuestionada mandataria.
Y, como Colombia es país de Santos, unos peores que otros, pues, por estos lares también se le hizo el milagrito al gobernante de turno,, y no precisamente por la llegada del propio Cristo, Juan Fernando, a la presidencia del Congreso de la República, sino por el triunfo del boyacense Nairo Quintana en el Tour de Francia, pues, al menos por unas horas, pasaron a segundo plano las protestas, los bloqueos de las carreteras, los anuncios de paros y hasta las críticas de la izquierda y la derecha por la ´´metida de pata´´ del Gobierno, al responsabilizar al Senador Jorge Robledo, como instigador, por decir lo menos, de las movilizaciones infiltradas por la guerrilla que tienen al país, nuevamente al borde del colapso. ( Unir a la izquierda, representada por el Polo Democrático y, a la derecha, representada por el puro uribismo, así el jefe diga que va por el ´´Centro ´´, bueno, puede ser el ´´centro de la oposición´´, no deja de ser un suceso extraordinario que puede llevar a la canonización inmediata del Ministro Carrillo, quien fue el que la acabó de embarrar ).
En Brasil, aclaman al ´´ Papa ´´ argentino, mientras en Colombia, nos unimos al progenitor de un ciclista que viendo a su hijito por televisión, le daba ánimo a la distancia, repitiendo con lágrimas en los ojos: ´´ Vamos mijo, vamos Papito ´´. Allá, Dilma le agradece a Francisco su oportuna vista y, acá, Juan Manuel hace lo propio con Nairo, quien se puso de ruana la carrera más importante del mundo.
Como igual caímos en el patriotismo o patrioterismo que provocan las conquistas de los mejores embajadores que tenemos en el exterior, que han sido y seguirán siendo nuestros deportistas, pues, también estamos contagiados de la emoción que produce ver a un paisano moliendo a pedalazos las distancias que lo separan del sueño que empezó a labrar cuando en las carreteras de Boyacá recorría 16 kilómetros diarios para ir a estudiar en un viejo y pesado ´´ caballito de acero ´´ y ahora se aliviana en una moderna máquina en la que fabrica con sobrados merecimientos un mejor mañana para él y los suyos y, de paso, abre de nuevo el camino a los ´´escarabajos ´´ en las grandes competencias del viejo continente.
Bien, muy bien por este brillante pedalista, quien nos hace recordar con nostalgia a tantas grandes figuras de ese hermoso deporte, como ´´ Cochise ´´ Rodríguez, ´´ Pápaya ´´ Vanegas, Pachón, Parra, Herrera y tantos otros, que deben seguir siendo los referentes de muchísimos jóvenes que por falta de oportunidades, equivocan el camino, malgastan sus vidas y, en lugar de ser ´´ el futuro de la Patria ´´, son parte de la triste realidad que nos rodea y de la cual, todos tenemos la culpa.
Si tanto el Estado como la empresa privada apoyaran el deporte como se debe, serían más frecuentes las exclamaciones nacionalistas que hoy proliferan por las redes sociales, pregonando: ´´Hay que orgulloso me siento de ser un buen colombiano ´´ y, de paso, serían menos las noticias que hoy convulsionan al país.