Bogotá

Bogotá 475 años: De un campamento militar en el Chorro de Quevedo a la urbe de hoy con cerca de 8 millones de almas

bogota-centro–En medio de la celebración hoy de los 475 años, vale la pena retrotaeernos a los inicios de Bogotá, cuya fundación de “facto”, de acuerdo con los textos de historia, se produjo el 6 de agosto de 1538, cuando Gonzalo Jimenez de Quesada, instaló un campamento militar que llamó «Nuestra Señora de la Esperanza» en lo que hoy se conoce como el “Chorro de Quevedo”.

Después de la muerte del Zipa Bacatá Quesada “resolvió fundar una villa que fuese capital de lo conquistado, para lo cual nombró una comisión que inspeccionando los campos eligiera el mejor lugar para este objeto».

No fue muy lejos la comisión, que “eligió el sitio de Teusaquillo, donde tenían una casa de recreo los de Bogotá tanto por la abundancia de aguas excelentes que descienden de la serranía que al oriente termina la explanada de Bogotá, como por la cercanía de la piedra y maderas para edificar y por lo abrigado del sitio al pie de la cordillera”.

Allí fue donde construyeron doce casas de paja «en reverenda de los doce apóstoles».

Pero antes de proceder a la inauguración legal de la ciudad, el padre Fray Domingo de Las Casas advirtió a Quesada que era preciso erigir un templo al Señor para celebrar aquella ceremonia con el Santo Sacrificio de la misa. Convino en ello el general y puso mano a la obra edificando una ermita cubierta de paja, que como el establo de Belén debiera recibir bajo su humilde techo al Rey de los reyes, en el reino de los zipas de Bogotá.

En esta pobre ermita quiso recibir el Hijo de la Virgen las adoraciones de los hijos de la Sabana de Bogotá, que saliendo de las tinieblas de la idolatría debían entrar en el gremio de la Iglesia para compensarle en el Nuevo Mundo las pérdidas que en el antiguo le ocasionaba el protestantismo. Los indios de Bogotá venían como aquellos felices pastores de Belén a ofrecer al Señor sus dones, aplicando el trabajo de sus manos a la fabrica del pequeño templo, que dentro de pocos días estuvo concluído.

Señalóse el día de la Transfiguración del Señor (6 de agosto 1538) para la celebración de aquel acto solemne y piadoso, y la víspera de este día montando a caballo el general don Gonzalo Jiménez de Quesada, con la espada desenvainada, paseó el lugar en señal de posesión, que tomó en nombre del Emperador Carlos V, dando a la nueva ciudad el nombre de SANTA FE DE BOGOTA, y a todo el país descubierto lo llamó NUEVO REINO DE GRANADA.

Así comenzó la ciudad, cuya fundación legal o jurídica, sin embargo, se produjo 7 meses y 21 días más tarde, esto es, el 27 de abril de 1539, cuando se cumplió con la totalidad de los requisitos y procedimientos exigidos por las autoridades españolas para el establecimiento y reconocimiento de una ciudad, esto es el nombramiento de alcaldes y entrega de las correspondientes varas en señal de autoridad y jerarquía, la elección de regidores, la constitución del Cabildo, la demarcación de calles y cuadras, etc.

El nombre Bogotá tiene origen en la palabra chibcha «Bacatá», nombre de la capital de la confederación del Zipa en la antigua civilización muisca, la cual significa «cercado fuera de la labranza». Sin embargo, el cronista español Juan de Castellanos afirmó que la voz original de bacatá traduce «el final de los campos»

BOGOTA- ANTIGUALos hechos narrados los registran los “Apuntes de la Historia de Bogotá” del Archivo Distrital, en los cuales se advierte que el documento más explícito encontrado hasta ahora, y que da fecha precisa de la fundación jurídica de la ciudad, con el nuevo nombre de Santafé, es el testimonio del capitán Honorato Vicente Bernal, acompañante de Nicolás de Federman y testigo presencial de este acontecimiento.

En una carta que Bernal le envió al teniente Pedro de Ursúa asegura que las tropas de Quesada llegaron a Bogotá en marzo de 1539 y que “a veintisiete de abril del dicho año (…) se nombró a alcaldes y regidores de ella”.

Pero fue el 6 de agosto de 1538, el día en que el reino de los muiscas fue ocupado en nombre del emperador Carlos V de España, la fecha adoptada oficialmente para la fundación de la ciudad.

De acuerdo con el historiador Ernesto Cortés Ahumada, “esta fecha, que se festejaba por los descendientes de los conquistadores y la demás población española y mestiza en el siglo XVI, podría, pues, haber sido la fecha de la primera misa rezada en el pueblo del cacique Bogotá, que marcó la toma de posesión definitiva del Nuevo Reino. Lo acaecido en aquel día pudo haber sido interpretado por el cura de Tunja, Juan de Castellanos, y, siguiendo a éste, por Fray Pedro Simón y después Lucas Fernández de Piedrahíta, Alonso de Zamora y otros cronistas de los siglos XVII y XVIII, como la fundación de la ciudad”.

Sea como fuere, a partir de 1539, la villa dejó de llamarse Nuestra Señora de la Esperanza y fue rebautizada como Santafé. Y casi tres siglos más tarde, en 1819, después de la Independencia, la ciudad recibió el nombre indígena de Bogotá, como se denominaba a la antigua capital Muisca y nombre que en época de la Colonia tenía la actual población de Funza.

El 27 de julio de 1540, el emperador Carlos V elevó a Santafé a la categoría de ciudad y ocho años más tarde, en 1548, le otorgó el título de “muy noble y muy leal ciudad más antigua del Nuevo Reino” y por escudo de armas le otorgó uno en el que un águila negra aparece en un campo de oro, con una granada abierta en cada garra y adornado de algunos ramos de oro en campo azul.

Santafé fue la sede del gobierno de la Real Audiencia del Nuevo Reino de Granada (creada en 1550). A partir de 1717 fue capital del Virreinato de la Nueva Granada, acogiendo a los virreyes, tras haber disputado con Cartagena de Indias la sede virreinal. En 1819 se convirtió en capital de la Gran Colombia hasta 1830, cuando este estado se disolvió dando inicio a las repúblicas de Ecuador, Venezuela y Colombia (Panamá se separaría en 1903).

Bogotá es hoy una ciudad cosmopolita, en constante expansión y una de las áreas metropolitanas de mayor crecimiento en América del Sur. Sus 7’881.156 habitantes, incluyendo multitud de inmigrantes de todo el mundo, hacen de ella un verdadero microcosmos de la nación.

Principal capital industrial y financiera del país, Bogotá participa aproximadamente con el 25% del PIB industrial y más del 50% del PIB financiero. Es el mayor foco de atracción de inversión extranjera directa (IED) y el mercado de mayor tamaño a nivel nacional.

En el contexto internacional, Bogotá es percibida como una apuesta válida para articular la cultura con las dinámicas del desarrollo social, económico y político. Eso se refleja en las quince menciones, reconocimientos y premios internacionales recibidos en todos los frentes desde 1996.

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