Opinión

Diario de un viajero

mauricio-botero-caicedo Por Mauricio Botero Caicedo

El lunes, al regreso de un viaje en el extranjero, me encontré a la llegada con varias sorpresas: en primer lugar la inexplicable actitud de los operadores de El Dorado al NO asignarle una plaza de desembarque al avión en que llegábamos, forzándonos a utilizar un incomodo bus que presta este servicio. Es entendible, más no excusable, que en ciertos momentos ninguna ‘puerta para desembarcar’ esté disponible, pero tuve oportunidad de contar seis, repito seis, plazas totalmente desocupadas. Entonces hacerles tomar a los pasajeros un bus es una penosa demostración de incompetencia por parte de Opain, o una todavía más grave falta de consideración de la Administración de esta empresa con los pasajeros de los aviones que a la postre, a través de los impuestos aeroportuarios que nos cobran, somos los que hacemos posible la modernización del Aeropuerto El Dorado.

Por otra parte, Avianca se demoró una hora y cuarto en entregar las maletas, sin ninguna explicación diferente a que no había el personal suficiente laborando en el día festivo, excusa tan mediocre como peregrina. Esta empresa, que había dado muestra de haber cambiado de manera dramática su ‘cultura’ (especialmente en lo que se refiere al respeto al pasajero) está dando preocupantes señales de querer regresar al pasado. En el caso concreto del vuelo a que me refiero no sólo tuvo un retraso de dos horas en salir del destino sino que en pleno vuelo a las azafatas les toco cerrar uno de los baños por avería. Que esto ocurra en aviones supuestamente nuevos es inaceptable. Para rematar, en el almuerzo en que señalaba el menú un plato de carne y arroz, el autor de esta nota encontró dos infelices trozos de carne. Si es tal el deseo de ahorro de Avianca en las comidas, posiblemente es más conducente que regresen es a dar ‘achiras y maní’ y no salpiquen por medio de bicocas la relativa buena imagen que muchos habíamos formado de esta empresa.

Finalmente, como advertencia a los viajero, se les recomienda chequear por Internet los precios de todos los productos que piensan comprar en los viajes, pero en especial aquellos las cámaras digitales, los relojes, y los perfumes. La verdad es que las tiendas de “Duty Free” suelen tener precios considerablemente más altos de los que se consigue estos productos en sitios de comercio electrónico como Amazon. Lo que es aún más ofensivo, en ciertas tiendas supuestamente especializadas de Nueva York le pueden cobrar a uno hasta el doble del valor del producto en Internet.

Como nota final, de la misma forma en que las cámaras digitales acabaron con las cámaras de película y con empresas emblemáticas como la Kodak, los ‘teléfonos inteligentes’, que cada vez tiene más memoria y toman mejores fotos, van a acabar con las cámaras digitales.

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