Opinión

Los ‘conos naranja’…los benditos ‘conos naranja’…

mauricio-botero-caicedo Por Mauricio Botero Caicedo

Los ‘conos naranja’, aquellos llamativos y peligrosos objetos que se utilizan en las carreteras y en las calles, como a continuación vamos a demostrar se parecen a la penicilina: son de enorme beneficio cuando su uso es para solucionar un problema temporal y concreto, pero pierden buena parte de su efectividad cuando se abusa de ellos y su utilización se vuelve permanente.

La Policía de Carreteras es posiblemente la mayor responsable de estos abusos. A lo largo y ancho de las ya de por si deficientes carreteras nacionales, las autoridades se ha dedicado a colocar ‘conos naranja’, en buena parte de los casos de manera peligrosa, abusiva, y sin la menor lógica. Es inexplicable como la Policía coloca estos conos en la mitad de la carretera, la mayoría de las veces en los pocos lugares en donde se permite adelantar, poniendo en serio peligro la seguridad de los conductores, que después de tener que asfixiarse con los gases de los camiones y buses que circulan por nuestras carreteras a velocidades de tortuga, intentan sobrepasar pero se ven en la imposibilidad de hacerlo dada la proliferación de conos naranja que invaden nuestras carreteras.

Es igualmente inexplicable el ¿porqué los conos siempre se colocan es al lado de una tienda? Sin duda lo que se busca es que los agentes, refrescados por una gaseosa o una ‘pola’, pueden conversar sin interrupción del tráfico por celular; o compartir con la tendera las últimas noticias deportivas. No hay ninguna otra explicación. Los conductores se percatan inmediatamente de los conos en las vías, pero es muy raro ver los agentes dado que casi todo el tiempo departen amigablemente con los habituales de las tiendas y cafés al borde de las carreteras.

Los pocos agentes que permanecen en las carreteras, en vez de tratar de identificar a los conductores ebrios o aquellos carros, buses y camiones que circulan con obvias fallas mecánicas, sobrepeso, o luces defectuosas, se dedican casi exclusivamente a ver a quien atrapan pasando en doble línea. Hace poco tiempo un conductor hizo un experimento de NUNCA sobrepasar en doble línea y se dio cuenta que el viaje a Cali, en vez de ocho horas, puede durar 24 a 36 horas. Pocas cosas en este país peor diseñadas que las dobles líneas amarillas que no tienen en cuenta que los carros modernos tienen bastante más aceleración y ‘torque’ que los carros de antaño.

Finalmente está el abuso que se le da a los benditos ‘conos naranja’ por personas diferentes a la Policía. Los ‘conos’, de fácil adquisición, los constructores que se quieren apoderar de las calles para parquear los camiones con materiales especialmente los del cemento los utilizan a su libre discreción sin importarles que las calles son espacios públicos. Adicionalmente los servicios de ‘valet’ que también se han apoderado de las calles colocan los ‘conos’ como les venga en gana, haciendo caso omiso los enormes trancones que arman por toda la ciudad. Como nota final, algunos ‘avivatos’, al servicio de ciertos establecimientos como bares y restaurantes colocan a su libre albedrío los ‘conos naranja’ apropiándose alevosamente las vías ya que los porteros y guardianes, que ponen los conos, autorizan parquear exclusivamente a los comensales del restaurante o bar.

¿Cuándo van a tomar las autoridades cartas en el asunto y reglamentar de una vez por todas el uso y el abuso de los benditos ‘conos naranja’?

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