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Destapan impresionante red de corrupción en el Ejército Nacional

tropas-ejercito-grande–Una vasta red de corrupción, que va desde la repartición de multimillonarias sumas de dinero, hasta connivencia con los comprometidos en «falsos positivos», fue puesta al descubierto en el interior del Ejército Nacional.

En la corruptela están implicados los altos mandos, incluido el general Leonardo Barrero, actual comandante de las Fuerzas Militares, especialmente en el caso de los detenidos por falsos positivos.

El nuevo escándalo fue puesto en evidencia por la revista Semana, la cual establece que la corrupción no solo tiene que ver con los grandes contratos.

La publicación establece que obtuvo cientos de horas de grabación que reposan en la Comisión de Acusaciones del Congreso y que contienen comprometedoras conversaciones que salpican a algunos generales del Ejército y a varios tenientes coroneles y coroneles.

En las conversaciones, que se desarrollan en los años 2012 y 2013, se hacen referencias explícitas a la asignación de millonarios contratos de diferentes unidades militares donde se habla de mordidas de hasta el 50 por ciento.

Subraya que en los audios queda claro que son muchos los contratos amañados y asignados ‘a dedo’. También hay evidencia de que se obtienen mediante el uso de información privilegiada que permitiría conocer de antemano pliegos de licitaciones, como el plan de compras de varias unidades del Ejército.

Igualmente destaca que en todos los contratos que aparecen en las grabaciones, el común denominador son millonarias ‘tajadas’ que se reparten en varias manos. Algunos de los beneficiados de esos contratos –que serían avalados por algunos generales– son altos oficiales, condenados y sindicados por los llamados falsos positivos, que están recluidos en el Centro de Reclusión Militar (CRM) de la PM 13.

Así mismo reseña grandes comisiones que se sacan de los dineros que el Ejército les gira a las guarniciones militares para su funcionamiento.
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Al efecto señala:

«Con el aval de los comandantes de unas diez unidades, una gran parte del presupuesto para la gasolina de los vehículos militares se desvía, e incluso se consigna en las cuentas personales de varios oficiales presos. Tiquetes aéreos destinados para el uso del personal militar en varios batallones también son desviados para que sean utilizados por los abogados de los detenidos por falsos positivos. En las grabaciones se muestra cómo hasta los vehículos oficiales del Gaula militar y el alojamiento en casinos e instalaciones militares para los defensores de los detenidos se utilizan de manera irregular».

Transcribe conversaciones en las cuales el coronel Róbinson González del Río habla con su socio ‘Eduardo’ sobre dos contratos en la división de asalto aéreo del Ejército que, según él, le prometió el general Cabrera.
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Semana subraya que con el primero de esos contratos, por más de 3.000 millones de pesos, tuvieron un problema, pues según la charla, el general Mejía habría ordenado que le fuera asignado para “apoyar” a un oficial detenido en una cárcel militar. Frente a esta situación hablan sobre la forma como sería adjudicado y repartido un segundo contrato por valor de 14.000 millones de pesos. Una de las estrategias para ganar la adjudicación de contratos sería mediante la figura de contratación directa reservada, que esencialmente es a dedo. Reseña un contrato por 14.000 millones de pesos, sobre el cual transcribe conversaciones en los cuales uno de los oficiales afirma: “Dénos 5.000 millones a nosotros y a las otras empresas de a 3.000. Mientras todos estemos comiendo nadie va a ‘peliar’”.

En otra conversación, el detenido coronel González y su socio hablan de un nuevo contrato de una licitación por 5.300 millones. “Esos son 5.300 millones y eso nos deja como el 30 %”, precisa.

“Mire qué le vendemos a la Escuela Militar y él nos ayuda con eso”, afirma.

En otra conversación con su esposa, el detenido coronel González habla sobre un contrato de morrales. Ella le pregunta inquieta si sabe si el contrato ya fue asignado.

Las grabaciones muestran cómo parte de la gasolina del Ejército, que debería estar destinada para vehículos oficiales, se utiliza en carros particulares y oficiales que tienen a su servicio algunos de los presos.

El coronel González también realiza negocios y precisamente se registra una llamada que hace para comprar un‘pPenthouse’ y una finca.

“Llamo para lo del ‘penthouse’”, dice el oficial detenido en la PM13.

El detenido coronel González llama a un oficial en un batallón en Manizales y le pide que hospede en el casino a los investigadores privados y su abogada.

“Estuve hablando con mi general Salazar y me dijo que nos destinaba presupuesto. Cojamos todo”

La revista advierte que no deja de sorprender que generales, comenzando por el actual comandante general de las Fuerzas Militares, Leonardo Barrero, conversan amistosamente por teléfono con el detenido coronel González del Río, está detenido y sindicado por un caso de falsos positivos.

«No son pocos los favores que estos y otros altos oficiales le hicieron al sindicado coronel. Incluso el general Barrero en tono afectuoso le recomienda “no dejarse joder de esos hp fiscales (que lo investigan) y armarse como una mafia para denunciarlos (con los demás presos)», precisa la publicación.

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