Cronica La Crónica

Quizá sí he vivido enganchado a los libros y a las historias imaginadas: Élmer Mendoza

elmer mendozaEl escritor mexicano Elmer Mendoza, visitó Colombia en días pasados; oportunidad que aprovechamos para que nos hablara de su más reciente novela negra «El misterio de la orquídea calavera».

Por: Jorge Consuegra (Libros y Letras)

– ¿Los libros siempre han sido una constante su vida?

– No tanto, pero sí, antes cada que conseguía un libro lo leía con ardor. De niño y joven viví en una ciudad con pocas bibliotecas públicas y pocas librerías. De adulto quizá sí he vivido enganchado a los libros y a las historias imaginadas que de muchas maneras han enriquecido mi conocimiento del mundo.

– ¿A qué edad “cometió” el primer intento de escribir un cuento?

– A los 28. Antes había escrito crónicas de las excursiones que hacía con mis amigos; pero a los 28 tuve noción de lo que era un cuento y lo escribí. No se preocupen. Lo perdí.

– ¿A qué escritores recurrió en sus primeras lecturas de adolescente?

– A Alejandro Dumas, Edgar Allan Poe, Gogol, Julio Verne, los hermanos Grimm, los que aparecían en las Selecciones del Reader´s Digest, las novelas de vaqueros como las de Marcial Lafuente Estefanía y El llano en llamas de Juan Rulfo.

– ¿Por qué desde el comienzo se fue inclinando por la Novela Negra?

– Porque leí a Dashiell Hammet y a Raymond Chandler, además de comics que trataban el tema. El enfrentamiento entre el bien y el mal me encantaba. En las novelas de vaqueros siempre cabalgaba un tipo que pretendía hacer justicia y tenía una novia guapa.

– ¿Ser miembro correspondiente de la Academia Mexicana de la Lengua es uno de los mejores ejercicios que ha tenido en sus últimos años?

– Uno de los mejores reconocimientos. Además una revelación. Los académicos son personas muy sabias pero también divertidas; manejan esa clase de humor en que hay que saber por qué la tierra no es plana. Pienso que también es un reconocimiento a mi literatura y claro, se convierte en un reto para mí que espero se manifieste en que cada vez escriba mejor.

– ¿Un asesino solitario lo sorprendió por la cantidad de lectores que tuvo?

– Sí, y también por lo que trajo a mi vida: nuevas amistades, viajes, preguntas, dinero, respeto y un compromiso tremendo que significaba escribir desde una estética de la violencia sin incitar a ella. Con esta novela di señales del escritor que soy y del que puedo ser. También recibí con sorpresa el homenaje de Mario Mendoza que sabe de memoria la primera y la última página, y otro de Darío Galaviz Agudelo que ha tenido expresiones muy significativas relacionadas con la calidad de mi obra.

– ¿Por qué resolvió sumergirse en el mundo de la Novela Negra o policiaca?

– Porque me encantan las aventuras y si yo las invento mejor, y si son una interpretación de la realidad también. Vivimos en una sociedad donde los delitos son demasiado visibles, entonces, una novela que los trate debe estar bien escrita para que funcione y sea solvente. Me gusta además, aplicar mi idea de contar una historia a la novela policiaca, algo que me resulta muy estimulante, además de que contribuyo a que los más recalcitrantes detractores del género se la piensen con más cuidado antes de descalificarnos.

– ¿Cuáles han sido sus “maestros” en este género literario?

– Alejandro Dumas, Dashiell Hammett, Raymond Chandler, Ágatha Christie, Patricia Highsmith, John Le’Carre, Ian Fleming, Manuel Vázquez Montalbán, Rafael Bernal, Paco Ignacio Taibo II, Arthur Conan Doyle, Rubem Fonseca, Arturo Pérez-Reverte, Batya Gur, James Elrroy y el cine.

– ¿Stieg Larsson fue más que un fenómeno con su Trilogía Milenium?

– Creo que sí, me duele que haya muerto. Lisbeth Salander es un personaje redondo, experta en instrumentos de comunicación e inteligente. Debería estar en más novelas. Además de que devela aspectos de la admirada sociedad sueca que yo creía perfecta, incluyendo los problemas que ha tenido la compañera de Larsson por 32 años para administrar la fortuna que generó la trilogía. Quieren despojarla arteramente.

– ¿Qué opinión le merece John Katzenbach?

– Es un gran tipo. Me ha dicho que tiene una conexión especial con América Latina donde es muy leído y es cierto. Creo que ha conseguido enriquecer el territorio del suspense con sus novelas, es un tipo trabajador, simpático y respetuoso. También me gusta su helicóptero.

– ¿Nos hace falta en América Latina crear una Semana Negra como la de Gijón?

– Sería pertinente. El número de escritores de Novela Negra está creciendo y es necesario un espacio donde nos podamos reunir con los colegas del mundo y discutir. Además serviría de orientación para los lectores que podrían conocer obra y a sus autores favoritos y tener contacto con otros. No importa que no tengamos un tren negro.

– ¿Qué tanto tiene Elmer Mendoza de “El Zurdo” Mendieta?

– Medimos lo mismo de estatura, 1.83, y nos gusta leer. Apegados a la madre más que al padre, y preferimos guardar distancia con el narco, aunque al “Zurdo” cada vez le cuesta más. Ambos bebemos whisky con dos hielos y de vez en cuando nos impresiona el paisaje. Ambos no somos capaces de ahorrar para el futuro.

– El misterio de la orquídea calavera muestra un maravilloso manejo del suspenso, de la magia literaria, del México oculto, raro, extraño, fascinante ¿ese es el propósito fundamental de esta novela?

– No lo pensé. Lo que pensé es que pudiera inquietar a los jóvenes en relación a qué deben hacer con sus vidas y contribuir a labrarse un futuro conveniente, y que mientras lo hacen pudieran entrar a un universo mágico con un tipo genial en el centro que se llama Edward James. Creo que un hombre que gasta cinco millones de dólares en hacer un parque surrealista alejado de las rutas turísticas es para llamar la atención. También a los adultos mayores les está gustando mi novela, quizá comparten recuerdos y parte de los sueños de los personajes.

– ¿Viene otra historia del “Zurdo” Mendieta?

– Por supuesto, ahora mismo trabajo en la cuarta novela de la serie. Espérenla porque me va a quedar mejor que las anteriores.