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Esmeralderos alertan sobre riesgo de nueva guerra verde, tras asesinato de «el pequinés»

esmeraldas

–Dirigentes del gremio esmeraldero alertaron en las últimas horas sobre el aparente resurgimiento de la llamada «guerra verde» en el occidente del departamento de Boyacá, tras el asesinato del líder de este negocio Luis Murcia Chaparro y las amenazas que persisten sobre por lo menos otros diez empresarios de las esmeraldas.

Murcia Chaparro, conocido con el apelativo de «el pequinés», y quien fue uno de los firmantes el pacto paz verde en el año 1990, fue acribillado a balazos la víspera por un grupo de desconocidos en inmediaciones de su vivienda en el municipio de Arbelaez, Cundinamarca.

La alerta sobre el eventual resurgimiento de la guerra verde fue lanzada por la Asociación para la Normalización, Verificación, Desarrollo y Paz del occidente de Boyacá, en una carta abierta enviada al Presidente de la República, al Ministerio de Justicia, de Defensa, la Fiscalía, la Defensoría y organismos de inteligencia.

La organización solicitó a los destinatarios la convocatoria urgente de un consejo de seguridad en el cual se adopten medidas de prevención y se aclaren los asesinatos ocurridos en la zona esmeraldífera boyacense y otros frustrados ataques como los perpetrados contra Jesús Hernando Sánchez Sierra– socio del fallecido zar de las esmeraldas Víctor Carranza– en el 2012 en un almacén del norte de Bogotá y contra Pedro Nel Rincón, alias «Pedro Orejas», el año pasado, acción sicarial que dejó cuatro muertos.

El pasado 10 de mayo fue muerto por sicarios Martín Rojas, líder esmeraldero en Coscuez, cuando salía de una gallera en el sector de la avenida Primera de Mayo y a principios de septiembre, corrió igual suerte en el municipio de Maripí, Julio Rincón Pinilla, un jefe de seguridad del mismo empresario.

Mapa de Boyacá
Mapa de Boyacá
A la petición de la Asociación para la Normalización, Verificación, Desarrollo y Paz del occidente de Boyacá se sumó el diputado del occidente de Boyacá Johnatan Sánchez, quien advirtió que con el crimen de «el pequinés» se dio un nuevo golpe al pacto de paz firmado hace 25 años, pues era «prenda de garantía» para estos acuerdos de no violencia en la zona esmeraldífera.

Hacia mediados de este año, 10 empresarios de las esmeraldas, entre ellos el asesinado ayer Luis Murcia Chaparro, presentaron una denuncia ante la Fiscalía por la supuesta existencia de un plan para asesinarlos.

La denominada «guerra verde» se desató en 1970 por el control de los más grandes enclaves mineros, provocando cientos de víctimas.

Ante la excesiva ola de violencia, el Estado se vio obligado a intervenir, y, luego de largas negociaciones, los cabecillas de los grupos mineros enfrentados, firmaron la paz.

En 1973, por primera vez, el gobierno colombiano tomó el control de la zona, siendo la administración de Misael Pastrana Borrero la que impulsó una política de concesiones.

Uno de los más favorecidos con este roceso fue Víctor Carranza, quien se adjudicó las minas de Muzo y Coscuez, que generan el 60 % de la producción mundial de esmeraldas y el 80 % de las de mayor calidad del mundo.

Desde esa época, el negocio de las esmeraldas se transformó en una de las exportaciones no tradicionales que más ingresos le han reportado a Colombia.

El llamado zar de las esmeraldas, Víctor Carranza, murió el 4 de abril del año pasado como consecuencia de un cáncer terminal de pulmón y próstata.

Pocas semanas antes, Carranza, previendo su muerte y temiendo que se reviviera la guerra verde, envió una carta a sus rivales en la explotación y comercio de las esmeraldas, convocando un nuevo acuerdo de paz.

En la misiva, Carranza advirtió “ graves situaciones que realmente pueden poner en riesgo la estabilidad de dicho proceso” y por lo tanto recomendó “de manera inmediata, salir a la defensa del respeto por la vida”.

Tras la muerte de Carranza, entraron en disputa por el control de las minas de esmeraldas de Boyacá Jesús Hernando Sánchez Sierra, socio de Carranza y Pedro Rincón, alias «Pedro orejas».

Este último propietario de la mina La Pita y uno de los más caracterizados rivales de Carranza, quien incluso lo señalo como presunto autor intelectual de algunos de los atentados que se perpetraron su contra.

Rincón estuvo preso en el 2009, acusado de homicidio, pero quedó libre por vencimiento de términos y luego fue absuelto, porque los testigos se retractaron, al parecer tras ser intimidados o sobornados, según la fiscalía.

El socio de Carranza, Jesús Hernando Sánchez Sierra, sobrevivió milagrosamente a un ataque de sicarios en octubre del 2012 en el interior de un almacén ubicado al norte de Bogotá.

El resurgimiento de la violencia en la zona esmeraldífera se produce en momentos en que bajo el liderazgo de la Diócesis de Chiquinquirá, el occidente de Boyacá se prepara para conmemorar el aniversario 25 de la firma del pacto de paz en esa región del país.

Precisamente el pasado 29 de agosto, en una reunión presidida por el obispo de Chiquinquirá, Monseñor Luis Felipe Sánchez Aponte, Fuerzas vivas del Estado y empresarios esmeraldíferos, se sentaron para analizar la situación de orden público en esta zona del país y los asistentes «se comprometieron a seguir trabajando por una paz con justicia social».

«En el contexto de los 25 años hemos querido soñar con la paz en el occidente de Boyacá de una manera nueva, hacer la paz con justicia social y en este empeño están todos organizados para que con el Gobierno nacional, departamental y las empresas de las esmeraldas logremos trabajar en la paz con justicia social», aseguró entonces el obispo.

Tras la evaluación de los hechos violentos ocurridos en el último semestre, con base en los reportes del Ejército y la Policía, unas muertes selectivas de las cuales se desconocen las causas y actores de las mismas, el obispo pidió al Gobierno el envío de Fiscales para que se investigaran los hechos.

Monseñor Sánchez Aponte solicitó, además, la inclusión de la zona en el plan de desarrollo, y la instalación de «un laboratorio de Paz, que ayude para que nuestras comunidades se organicen, se formen y sean ellas organizadas en pequeñas comunidades, en micro empresas y gestoras de su propio desarrollo».

El obispo señaló que en el marco del vigésimo quinto aniversario de la firma de paz, se realizarán diferentes iniciativas entre las que se encuentran la creación de un parque temático de la esmeralda y además presentar ante la Santa Sede el templo del municipio de Pauna para que sea enaltecido con el título de Basílica Menor.