Atlético Huila venció al Once en Manizales, pero no pudo meterse a la final. Cuando celebraban su paso, un gol de Santa Fe los dejó con las manos vacías.
Primera etapa para el bostezo se vivió en Palogrande. Los protagonistas aburrieron a los pocos hinchas que se acercaron a la espera de un buen espectáculo.
Para la necesidad que tenía el visitante fue poco lo que mostró en ese periodo inicial. Solo aproximaciones al arco de Cuadrado. Ni una con real peligro. Y el Once se acomodó a lo que propuso el rival. Tampoco hizo mucho por el marcador. Apenas, al minuto 35, Hárrison Henao sacó del letargo a los aficionados cuando el palo escupió el balón en un cobro de tiro libre. Fue lo único del blanco. Ni Edwards Jiménez y mucho menos Sergio Romero pudieron con la defensa opita. Cuando a los delanteros les faltaron condiciones, el juego recio y brusco de jugadores como Luis Carlos Díaz frenaron sus intenciones.
Igual sucedió al otro lado. Jean Carlo Blanco y Juan Fernando Caicedo tampoco lograron penetrar la zaga blanca.
En la complementaria, el Once se paró mejor. Manejó el balón y tuvo la más clara con Sergio Romero. Falló solo ante el arquero. Y en la primera clara del cuadro de Neiva se desequilibró el juego. En un cobro desde el costado, Jhon Lozano apareció como un rayo y de cabezo fusiló a Cuadrado. Fue un misil impactado con la cabeza. Ese tanto puso a soñar a Huila. Los tres puntos y el empate en el Atanasio lo pusieron con tique en primera fila hacia la final.
Ante ese tanto, Flabio Torres le metió la mano al equipo. Miró hacia el banco y lanzó al campo Johan Arango y Patricio Pérez. El gaucho volvió a ver acción luego de casi dos meses producto de una lesión.
Las variantes poco sirvieron. Al contrario, le dieron más ímpetu al cuadro huilense. En un balón largo, el argentino Hernán Hechalar no desaprovechó el aguinaldo que le dejó su compatriota Bonjour, que perdió el balón con Caicedo y éste se la dejó a Hechalar, que de un zurdazo le rompió el arco a Cuadrado. Ese tanto liquidó el pleito.
Antes del pitazo final, Johan Arango tuvo para marcar su tanto. El caleño remató en el área tras un centro de Obeso. Ese gol le sirvió a Arango para disculparse con su hinchada tras los actos de indisciplina de la semana pasada.
Huila hizo su tarea. Terminó con el cuerpo en el Palogrande y el corazón en el Atanasio. Cuando todo parecía celebración hacia la final, la mala noticia llegó desde Medellín. Vestida de rojo. Santa Fe marcó gol y con ese tanto le sacó de la tula el tiquete a la final a Pecoso y sus muchachos. Tristeza opita. Igual a la de los aficionados del Once, de pésimo nivel en las últimas fechas.
Fuente: LigaPostobon.com.co-Manizales
