Bogotá

Roban a joven mientras donaba sangre en Bogotá

Sangre

María Claudia Salguero, una administradora de empresas de 29 años, denunció que fue robada en una carpa de la Fundación Hematológica de Colombia al donar sangre. Se desmayó y fue en ese momento cuando perdió sus pertenencias. Conozca su historia.

María Claudia salió de una reunión en el edificio Mario La Serna, de la Universidad de los Andes, hacia su casa. En el transcurso del camino, encontró una carpa de la Fundación Hematológica de Colombia, en donde años atrás había donado sangre. Esta carpa estaba ubicada exactamente en estación de TransMilenio de Las Aguas, en la carrera 3.ª entre calles 18 y 19.

“Recuerdo que había dos doctores y cuatro enfermeras, dentro de un recinto de plástico; era bastante grande. En la primera división te sientan y te pasan unos formularios para que escribas tus datos personales, y en la segunda están las cuatro camillas, en donde te acuestas”, explicó María Claudia.

Después de acomodarse y empezar con el procedimiento de donación, se empezó a sentir mareada.
“Se me fueron las luces por primera vez cuando me estaba acomodando para sentarme bien. Luego, me empecé a caer y las tres enfermeras me cogieron y me acomodaron”, afirmó.

Luego de recuperar un poco la conciencia, se desmayó por segunda vez.
“Cuando me desperté, no sé cuánto tiempo había pasado. Miré a mí alrededor y me di cuenta de que alguien se había llevado mis cosas: una billetera con todos mis papeles, 100.000 pesos, una tarjeta de crédito, una sombrilla. En general, todo lo que llevaba conmigo. Me pareció increíble. Obvio, les pregunté qué había pasado. Aún me sentía mal”, aseguró.

Al ver la situación, María Claudia le preguntó a los médicos dónde estaban sus objetos personales, recibió una singular respuesta.

“Lo que más rabia me dio es que cuando le dije: ‘Doctor, qué pasó, necesito irme’, él solo me dijo: ‘Te sientes mejor; bueno, hasta luego’, y las enfermeras también se hacían las locas”.

Asegura que una sola de las enfermeras tuvo la cortesía de acercársele y decirle que sospechaban de una persona que también había entrado a la carpa a donar, y hasta le dieron sus datos personales para que la llamara.

La joven logró contactarse con sus familiares, quienes pudieron cancelar todas las tarjetas de crédito. “Todo fue tan absurdo… Solo había una entrada y una salida”.

Seguidamente, llegó a su casa indignada por lo que le había pasado e inmediatamente interpuso una denuncia.

“Por eso fuimos a la Sijín a poner la denuncia. Ellos me dijeron que yo tenía todo el derecho de hacerlo, porque la carpa era un extensión de la fundación y yo me encontraba en un estado de indefensión”, manifestó.

Por su parte, Mónica Restrepo, representante legal de la fundación, señaló que no se va a pronunciar al respecto.