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Farc exhortan a militares y policías a pedir en voz alta cese del fuego para que no sean responsables del fracaso del proceso de paz

farc–La guerrilla de las Farc calificó sin sentido y contradictoria la posición del presidente Juan Manuel Santos de ordenar «redoblar esfuerzos para aniquilar por la vía de la guerra a la insurgencia a la que le ha reconocido carácter y representación política» y de «echar sobre las espaldas de las fuerzas militares el peso de un probable fracaso de las conversaciones de paz.

Para no ser responsables de provocar la reanudación de operaciones militares por parte de las Farc, y con ellas, probablemente, el peso del fracaso de las conversaciones de paz, el grupo guerrillero pidió a soldados y policías pedir «en voz alta» el cese bilateral del fuego.

En un nuevo comunicado «desde las montañas de Colombia», dirigido a las Fuerzas Militares y de Policía, los cabecillas del grupo guerrillero advierten que «si adoptaron la disposición de rehuir hasta donde les sea posible el combate, en aras de demostrar su voluntad de paz y reconciliación, y si además pararon todo acto de sabotaje económico y ataque a la infraestructura económica del país, y si el gobierno nacional adelanta con ellas en La Habana conversaciones encaminadas a firmar el fin del conflicto, ¿qué sentido tiene entonces estar buscando sus unidades en todo el país con el objetivo de aniquilarlas por la fuerza de las armas?

Afirman que «no se entiende, ni siquiera haciendo un gran esfuerzo mental, que mientras el Presidente Santos recorre todo el país y sale al exterior con el objetivo de promocionar y obtener apoyo para el proceso que adelanta con las Farc, mientras se esfuerza por conseguir que hasta los Estados Unidos se sumen al coro general de protección a las conversaciones de paz y al proceso, mientras critica de modo abierto a quienes son considerados enemigos de la paz y la reconciliación, ese mismo gobierno esté ordenando a las fuerzas militares y de policía redoblar esfuerzos para aniquilar por la vía de la guerra a la insurgencia a la que le ha reconocido carácter y representación política».

Luego señalan:

¿Qué pasará, se preguntan, si como consecuencia del asalto a un campamento guerrillero, o de una emboscada, o de un bombardeo o un combate cualquiera, realizado por un mando militar en cumplimiento de la orden de seguir adelante con todas las operaciones en curso, la guerrilla considera que resulta imposible continuar con el cese el fuego y ordena reiniciar sus ataques en todo el territorio nacional?. ¿No mirará el país entero a ese mando militar o policial como el gran responsable de haber echado a pique las esperanzas de paz del pueblo colombiano? ¿Quién quiere ser el mando que aparezca reseñado en la prensa como el verdugo del proceso de paz?

De acuerdo con el comunicado en patios y corredores de brigadas, batallones y cuarteles «con toda lucidez se escucha vamos a ser los soldados y policías de Colombia, los encargados de echarnos sobre nuestras espaldas el haber provocado la reanudación de operaciones militares por parte de las Farc, y con ellas, probablemente, el peso del fracaso de las conversaciones de paz?. Obviamente la respuesta es negativa. Ningún mando militar o policial quiere para sí ese deshonroso título.

Además precisan que «si el gobierno se metió en serio en eso de conseguir una solución política, una salida civilizada al conflicto armado que vive el país, pues está obligado a obrar en consecuencia. No tiene otra posible alternativa, si realmente es consecuente con lo que anda diciendo por todas partes, que ordenar también el cese de toda clase de operaciones militares ofensivas por parte de las Fuerzas Militares y de Policía. O como quien dice, sentarse a pactar con las Farc los términos del cese el fuego bilateral para ahora mismo».

Finalmente indican que «si es posible detener definitivamente el derrame de sangre y pactar la paz, es inevitable ordenar el pare de la guerra. Hace falta que Usted soldado, o usted señor patrullero, o usted suboficial u oficial subalterno lo digan en voz alta».

«Vamos por el cese el fuego bilateral y el fin definitivo del conflicto. Que nuestras mujeres e hijos no corran más el riesgo de ser viudas y huérfanos. Que nuestros brazos unidos trabajen en la construcción de una Colombia en paz para todos», concluyen.