La Policía francesa encontró cuatro cadáveres que estaban en un congelador en la casa de una pareja de Louchats, un pueblo del suroeste de Francia cercano a Burdeos. Este hecho podría ser uno de los casos más graves de infanticidio en los últimos años en el país.

De acuerdo con las autoridades, el primer cadáver fue encontrado en una bolsa isotérmica, mientras que los cuerpos de los otros cuatro bebés estaban ocultos en el congelador de la casa.

La esposa, una mujer de 35 años sin antecedentes policiales, se encuentra en un hospital universitario de Pellegrin, en Burdeos, donde le están sometiendo a análisis psiquiátricos y ginecológicos para establecer si tiene vínculos sanguíneos con todos los neonatos. Por su parte, el padre, de 40 años, está bajo custodia.

Según la fiscal del caso, Anne Kayanakis, en rueda de prensa, se ha establecido el parentesco con uno de los pequeños, un “bebé de sexo masculino y viable” que probablemente nació el pasado martes y falleció horas después.

“Son personas que no llamaban la atención. A priori, parece que ella es la madre de los niños. Queda por determinar las circunstancias de su nacimiento, de su muerte y de su ocultación”, afirmó la fiscal del caso.

La Brigada de Investigación de Langon, en el departamento de la Gironda, ha recogido muestras de ADN del domicilio donde se encontraron los cadáveres, a los que se les practicará la autopsia mañana.

“Son gente discreta que nunca han dado el mínimo problema. Personas que se levantan todos los días para ir a trabajar. Estamos aturdidos”, comentó al diario regional “Soud Ouest” el alcalde del municipio, Philippe Carreyre.

De confirmarse la hipótesis del infanticidio, sería el peor crimen de ese tipo registrado en Francia desde 2011.