–Daniel Antonio Úsuga, alias «Otoniel», máximo cabecilla de la banda criminal «clan Úsuga», fue condenado este viernes a 40 años de cárcel por su responsabilidad en la masacre de Mapiripán, Meta, ocurrida en 1997, cuando comandaba un grupo paramilitar denominado «Dragones».

La sentencia, en ausencia, fue proferida por el juzgado cuarto penal especializado del circuito de Villavicencio, que lo encontró responsable del asesinato, tortura y descuartizamiento de 49 campesinos y de otro número indeterminado de personas que fueron desaparecidas en el mismo hecho ocurrido entre los días 15 y el 29 de julio.

La matanza fue ejecutada en una incursión realizada al municipio por cerca de un centenar de integrantes de los grupos paramilitares liderados entonces por Salvatores Mancuso.

Muchos de ellos llegaron al aeropuerto de San José de Guaviare el 12 de julio en vuelos irregulares procedentes de los aeropuertos de Neclocí y Apartadó, ubicados al otro extremo del territorio colombiano, en el departamento de Antioquia.

También participaron paramilitares procedentes de Casanare y Meta, que se movilizaron por vía fluvial y llegaron el 15 de julio al caserío de Charras, ubicado a orillas del río Guaviare, de donde hicieron tránsito hacia Mapiripán.

En este municipio, los paramilitares tomaron control del pueblo, de las comunicaciones y de las oficinas públicas y procedieron a sacar de sus casas a los habitantes, luego de lo cual separaron a 49 a quienes acusaron de ser auxiliadores, colaboradores o simpatizantes de las Farc.

A estas personas torturaron, desmembraron, desvisceraron y degollaron y finalmente arrojaron sus restos al río Guaviare.

Como consecuencia de este hecho, fueron desplazadas más de 500 familias del municipio; huyeron despavoridas hacia otras regiones del territorio colombiano.

La matanza fue ordenada por el máximo jefe de las llamadas autodefensas Carlos Castaño Gil, quien en abril de 2007 fue condenado en ausencia– como ahora ocurre lo mismo con alias «Otoniel»– a 28 años y 2 meses de presidio por la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia.

A su turno, Salvatore Mancuso fue condenado a 320 meses de cárcel por el Juez Tercero Penal del Circuito Especializado de Villavicencio y luego extraditado a los Estados Unidos.

El 15 de septiembre de 2005 la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó al Estado colombiano por colaboración de miembros del Ejército colombiano con los integrantes de los grupos paramilitares que ejecutaron la masacre.