Opinión

Sindicatos policiales en América Latina

Luis Eduardo Forero Por: Luis Eduardo Forero Medina
Los trabajadores sin ninguna distinción y sin autorización previa, tienen el derecho de constituir las organizaciones que estimen convenientes; sin embargo la posibilidad de fundar sindicatos en las fuerzas armadas y policía, la dejó el Convenio 87 de 1948 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT),

a merced de cada Estado que expida leyes permitiéndolo. Este derecho ha sido restringido a las fuerzas policiales por normas laborales expresas, que en la mayoría de países del Sur tienen similar redacción y desconocer el derecho de asociación a los cuerpos o fuerzas de policía de cualquier orden. En El Salvador los policías protestan públicamente abogando por la supresión de esa norma.
Los países latinoamericanos que pertenecen al ALBA, -Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América- (Bolivia, Cuba, Venezuela y Ecuador), han dado un no rotundo a sindicatos policiales. En Bolivia opera el Sindicato de Sargentos y Cabos, que hace tres años insubordinó a la policía contra el gobierno por mejoras salariales en sus 10 departamentos. Similares protestas se han presentado en Guatemala y México. En los países afiliados a la Alianza del Pacifico (Chile, Colombia, México y el Perú), en el país inca funciona el Sindicato Único de la Policía Peruana (SUP), reconocido por el Estado. En el Perú los policías solían ofrecer fuera de la jornada laboral, servicios a terceros con su uniforme policial; el gobierno terminó con esta modalidad aumentando su salario a 3 mil soles. En México algunos estados como Coahuila y Michoacán avanzan considerablemente para permitir sindicalizar a los policías. Los países del MERCOSUR – Mercado Común del Sur- (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) son más liberales, en Uruguay se mueve el Sindicato Único de Policías del Uruguay (SUPU), empero no puede decretar la huelga. En este país se hace un año se creó la Confederación de Sindicatos de Policía y Penitenciaría de Latinoamérica. En Argentina se organizó de facto hace 18 años el Sindicato Policial de Buenos Aires (SIPOBA); en la provincia de Córdoba los policías igualmente están asociados de hecho. En Brasil recientemente diez de los 27 estados , vieron a la Policía Civil en las calles protestando como cualquier proletario. Las condiciones salariales del personal de Policía en América Latina, donde hay 368 policías por cada 100.000 habitantes, son precarias; en Colombia un patrullero (agente) empieza devengando 231 dólares americanos y un intendente 860. Para que el patrullero suba de escalafón salarial debe transcurrir un quinquenio. Los policiales son sometidos a extenuantes jornadas laborales diurnas y nocturnas, y siempre expuestos al stress y peligro. Las mujeres policías cuando están embarazadas, por lo general no se les proporciona un trato especial. Desde hace 124 años el personal de la Policía Nacional de Colombia ha manifestado en voz baja, de puertas para adentro, su inconformidad por la precariedad laboral, y todo ha sido solucionado con gritos que callan las voces que se atreven a buscar mejoras laborales. El Estado colombiano le hace conejo a miles de policiales que cumplieron 20 años de servicios y se niegan a pensionarlos. Si hay alguna irregularidad que va a encontrar la Comisión de Alto Nivel son las descritas. Los que abogan por la sindicalización en la policía colombiana, sostienen que ellos no son militares, sino civiles; que está llamado a recoger el discurso que la huelga está prohibida en los servicios públicos, pues por ejemplo la Rama Judicial ha permanecido paralizada varios meses por “paros”, y es un servicio público; y en el Inpec –Instituto nacional penitenciario y carcelario- hay 64 sindicatos. Finalmente aducen que en varios países de Europa y en Nueva York, donde funcionan cinco sindicatos que representan a los miembros del cuerpo de policía neoyorquino, las huelgas policiales no han afectado la seguridad ciudadana. Los que se oponen a la creación de sindicatos policiales argumentan que no hay ley expresa, y que una huelga policial dejaría las calles y ciudades en general a merced de los bandidos. A nivel mundial se pretende que la OIT reforme su controvertido artículo 9º, numeral 1º del Convenio 87,que deja al arbitrio de cada país que se permita o no sindicatos policiales.

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