Opinión

LA PROHIBICIÓN ES CAUSA DEL APETITO…

Pedro Arias Por: PEDRO ARIAS
El Código de Hammurabi, creado en el año 1760 A.C., es uno de los conjuntos de leyes más antiguos que se han encontrado, y es el primer ejemplo del concepto jurídico de que algunas leyes son tan fundamentales que ni un rey tiene la capacidad de cambiarlas. Las leyes, escritas en piedra, eran inmutables.

Allí se estableció, entre otras cosas, que el gobernante no debe prohibir las inclinaciones viciosas de la gente sino que las debe reglamentar.
Pero en los tiempos modernos los gobernantes parecen perder de vista este sabio concepto. Ya los Estados Unidos –por ejemplo- vivieron, a partir de 1920, durante largos 13 años que duró la prohibición del consumo del alcohol, el infierno de esta lucha, en que los índices de criminalidad se dispararon y los gánsteres de la época, como Al Capone, se hicieron multimillonarios.
La administración pública, la justicia y las fuerzas de policía se corrompieron de manera alarmante. Y nada pudo detener la venta ilegal del alcohol. Se popularizaron los locales donde se vendía ilegalmente el whiskey, conocidos como los «speak easy» (hablar bajito) para no llamar la atención de la policía.
Pero a la prohibición del alcohol la comenzó a vencer en Estados Unidos la aceptación social. La sociedad se dedicó a celebrar «cocktail parties» y poco le importó la prohibición. Importantes empresarios y políticos reconocieron públicamente que, aunque eran partidarios de la prohibición, aceptaban que había fracasado y que, por el contrario, se había incrementado el consumo de alcohol en el país. En 1933, la Enmienda 21 derogó la desatinada Enmienda 18, que había inaugurado el nefasto prohibicionismo. Y el Estado no colapsó, ni se generó una epidemia de consumo de proporciones insospechadas como se había dicho.
El martes 6 de noviembre de 2012, los estados de Colorado y Washington en Estados Unidos, aprobaron en las urnas la legalización de la producción y el consumo de la marihuana para uso recreativo. Posteriormente lo han hecho varios estados como Alaska, Oregon y el Distrito de Columbia. Otros 23 estados la han aprobado para su uso medicinal.
Palabras mayores para un país que lleva más de 40 años librando una costosa y mortífera «guerra contra las drogas» en la que ha embarcado a casi todo el planeta y tendrá que replantear su estrategia de lucha contra las drogas.
La Corte Suprema de Justicia de Colombia ya dio un paso adelante con su reciente fallo sobre la posesión de pequeñas cantidades de droga por personas que son adictas y a las que se debe tratar como enfermas y no como criminales.
¿Entenderán finalmente los gobernantes que han impuesto la prohibición a sangre y fuego que llegó el momento de reconocer el fracaso de su política, donde los lugares más ardientes del infierno les ha tocado a los países productores, y que llegó el momento de reglamentar y no prohibir para evitar lo que Hammurabi ya sabía y que se convirtió en un adagio popular?: “La prohibición es causa del apetito”.