Por:Carlos Fradique-Méndez
Abogado de Familia y para la Familia
DIPLOMADO EN EDUCACIÓN PARA LA VIDA EN FAMILIA (84)Abril es un mes especial para la familia. Es el mes de la niñez, (Último sábado de abril) del idioma como constructor de paz (23 de abril), el día mundial del libro que es uno de los mejores amigos de la familia, el día del derecho de autor que nos invita a ser intelectualmente honrados y el día del matrimonio fuente principal de la más importante empresa de la sociedad que es la familia, (Cuarto domingo de abril). El día del matrimonio también se celebra según la tradición de USA el segundo domingo de febrero.

En Colombia el Día del Idioma fue creado mediante decreto ejecutivo 707 del 23 de abril de 1938, bajo la gestión del presidente, Don Alfonso López Pumarejo y el respaldo de Don José Joaquín Castro Martínez, ministro de Educación Nacional. (Ver red)
El 23 de abril se conmemora la muerte de Don Miguel de Cervantes Saavedra, de William Shakespeare, de Garcilaso de La Vega y del Cubano Alejo Carpentier y se celebra el nacimiento de los colombianos Don Marco Fidel Suarez y del escritor Manuel Mejía Vallejo. Suficientes razones para honrar nuestro idioma en sus diferentes formas y para visitar la Feria del libro que se celebra en Bogotá, por demás muy concurrida y excelentes ofertas.
El idioma, el lenguaje, la palabra, la mirada, el movimiento de las manos, ahora los medios digitales que nos impiden hablar mirándonos a los ojos, son instrumentos para que los seres humanos nos entendamos, transmitamos nuestros pensamientos, nos comuniquemos. Los demás animales también se comunican con su propio lenguaje. Hay colección de cantos de aves que son tan bellos como la música llamada clásica, brillante. No la música de las óperas casi todas representaciones de tragedias familiares, de celos, de amantes, de traición, de lucha por el poder.
Hay varias clases y subclases de lenguaje, tales como el oral o verbal, el escrito, el gesticular, el artístico y dentro de éste todas las subclases de cada arte. La música es una virtud y un arte y sirve para invitar a la guerra o para invitar a la paz. También para sanar. La maravilla de la música que sana se llama musicoterapia. En los centros médicos al practicar exámenes en máquinas que semejan un túnel, dejan escuchar música que tranquiliza. A los niños en el vientre de la madre les llegan mensajes musicales entre otros del gran Mozart. La pareja que está embarazada debería escuchar música para el embarazo para alimentar el espíritu de su hijo por nacer.
Los himnos nacionales son en su mayoría música de guerra. Dicen que La Marsellesa es el himno más bello del mundo, sin caer en la cuenta de que es un llamado a la guerra.
¡ A las armas, ciudadanos!
¡ Formad vuestros batallones!
Marchemos, marchemos,
Que una sangre impura
Empape nuestros surcos.
En Colombia tenemos muchos géneros musicales con matices de los universales. Hoy vivimos un mundo sin fronteras en todos los campos y muy especialmente en el del conocimiento. Es maravilloso que a través de una máquina de seis pulgadas cuadradas como es un celular, podamos compartir una parte del conocimiento. Lástima que a veces solo se use para perder el tiempo y maltratar la inteligencia, el espíritu, el amor y la familia.
La música puede invitar a la guerra, a la violencia, al despecho, a la venganza o a la paz y la concordia. Y grave que se invite a la violencia en la familia. Seguramente es más lesivo el mensaje de la letra de la canción, que el mensaje de la música. No se si en una música de despecho o norteña o carrillera se pueda cantar una canción de amor o de reconciliación. Letras como “Amor y desamor. Una palabra sin sentido/ en una están felices y en la otra están dolidos/ Los celos se apoderan/ La confianza disminuye/ Mientras lloras en las noches para que Alguien te arrulle…” acompañadas de una copa de licor pueden tener como consecuencia que el despechado o despechada, perdida la razón, se levanten de la mesa del bar y vayan a lesionar o a matar a quien llaman su ser amado.
Canciones como la Cárcel de Sing Sing “Yo tuve que matar a un ser que quise amar… / aunque aún estando muerta yo la Quiero…/ al verla con su amante a los dos lo mate… / por culpa de ese infame moriré…” No. No es por culpa del infame sino por no saber manejar los celos y el afecto.
Colombia necesita muestras de PAZ. La PAZ nace en el corazón, se esparce en la familia, fructifica en la sociedad. La música es un buen abono para la PAZ en el corazón. Llenémonos de orgullo colombiano y de paz en la familia, con canciones como Paisaje Musical de Elda Flores y Que bonita es esta vida de Jorge Celedón. Y para un buen relax, una mecedora escuchando las notas inmortales de Chaikovski.
Paz, amor y concordia en sus familias, para que tengamos paz, amor y concordia en la sociedad y de contera en Colombia.
Bogotá, 25 de abril de 2016.

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