Opinión

RESISTENCIA LUNAR

Gabriel Ortiz Por: Gabriel Ortiz
BLANCO Y NEGRO
La Resistencia civil, el desorden o la desobediencia, se sabe dónde empiezan, pero nunca cómo terminan. La democracia, más en un país como Colombia, las permiten y las catalogan como un derecho ciudadano. Hay que defenderlas, hasta cuando los líderes que las propician son incapaces de manejarlas.
Por ello es tan peligrosa la pretensión del ex presidente Uribe de atacar de nuevo la paz y la concordia.

Esto suele ocurrir en esas épocas de fases selenitas cuando afloran y se apoderan de él, defectos de personalidad dominantes, como la ira y la venganza. Esos mismos fantasmas lo conducen a difundir acusaciones sin soporte o prueba alguna, como ocurrió con los 12 millones de dólares. O cuando sueña haber tenido la fórmula para evitar el caso Nicaragua, siendo él culpable por no haber escuchado las valiosísimas tesis del ex presidente López, que dejaban por el suelo las pretensiones de Ortega.
Sus nuevas elucubraciones lo llevan ahora, a boicotear un proceso que nos puede conducir a la tranquilidad y al progreso.
Su seguridad democrática fracasó, como muchas de sus iniciativas que tanto defiende y con las que engaña a sus seguidores. Su dudoso paso por la Aerocivil, sus convivir, su ley cien, las chuzadas, falsos positivos, yidispolítica, Reficar, corrupción, etc. etc.
El jefe del Uribismo, no sale de la cacareada afirmación de que Santos le entregará el país “a la Far”. Que habrá impunidad y que el narcotráfico se convertirá en delito político. Son muchas las cosas que dice y no puede probar, porque no están en la agenda de La Habana.
Se declara un “honorable total”, un hombre ecuánime, que ha actuado conforme a la ley, pero tampoco aporta pruebas.
Su objetivo con la resistencia civil, es torpedear el Plebiscito y convocar concentraciones contra este mecanismo. Sus marchas quedaron desacreditadas el 2 de abril, aunque exalta el orden y la no utilización de grafitis en ellas. Eran tan pocos que no hubo manera de desordenar nada.
Cuánta sangre necesitará el ex presidente para entender que la paz del mundo moderno, no se logra a plomo, por ello no la obtuvo durante sus dos períodos. Parece que solo la apoyará bajo sus condiciones: muerte, secuestro, mentira, extorsión, paras y apóstoles.
BLANCO: Por fin Santos respaldó a Cristina Plazas en el ICBF, pese a las protestas de los políticos corruptos.
NEGRO: El nuevo desplante a los pensionados.

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