Opinión

Industria licorera colombiana, de fiesta en fiesta

Luis Eduardo Forero Por Luis Eduardo Forero Medina
Arnau Vilanova (1240-1311), buscando producir un perfume o elixir de la vida, y apoyado en estudios árabes, obtuvo el ” Kohol” o “Aguardiente”, que en su elaboración se emplean frutas con azúcar, agua, anises, y otras esencias. El alcohol se obtiene hasta de la papa, la miel y la panela, como se hace en Cundinamarca.

“Los aguardientes.. más que una bebida en sí misma, que lo es, por así decirlo es el principio de muchas otras, como el ron, el tequila, el mezcal, el brandy o el whisky”, según el portal Bon viveur.
En Colombia antes de 1810 y por un siglo más el aguardiente se vendía en los antiguos estancos o expendios oficiales que competían con el chirrinche preparado caseramente. Desde 1910 los departamentos manejan las rentas de los licores, que destinan para salud, educación y deportes.
Desde comienzos del siglo XX la mayoría de departamentos comenzaron a constituir empresas de licores, que dependían del gobernador y la Asamblea Departamental, por lo que se les comenzó a relacionar con barriles de cargos y contratos por doquier, lo que conllevó a la mayoría de licoreras a ser liquidadas, terminando con millones de pesos en pérdidas, demandas laborales, bienes saqueados, propiedades abandonadas, y toda clase de marañas. Por décadas a las licoreras departamentales las ordeñaron, es decir se las bebieron, todo el que podía.
Hace 25 años las cerca de veinte licoreras departamentales que existían se tomaron su trago más amargo, cuando la Constituyente proyectaba quitarles el monopolio, transvasando el negocio a los particulares. Dicho de otro modo, hoy reviven esa situación de zozobra con el proyecto de ley aprobado por la Cámara de Representantes, a las que como en el pasado, le sale la Asociación Colombiana de Industrias Licoreras (ACIL) y algunos gobernadores, oponiéndose al mismo.
En el mercado hacen presencia principalmente la Fábrica de Licores de Antioquia (FLA), la Empresa de Licores de Cundinamarca, (ELC) la Industria Licorera de Caldas, la Industria Licorera del Cauca y la Industria de licores del Valle. (ILV).
La Fábrica de Licores de Antioquia, cercana a los 100 años, produce 3 tipos de aguardiente y 9 de rones, entre ellos el Aguardiente Antioqueño y Ron Medellín, que obtuvo el certificado oficial de Guinness World Records por la cata de ron ma?s grande del mundo. Los productos de la FLA se venden en la China y en 18 países más; sin embargo en el plano local ha descendido la venta, según comprobó el gobernador Luis Pérez.
La Empresa de Licores de Cundinamarca (ELC), fue constituida en 1905 para producir perfumes y esencias, y 26 años después sustituye su objeto para fabricar licores, siendo célebres sus marcas de Aguardiente Néctar y Ron Santa Fe, con suficiente tradición, y que con productos nuevos, aspira invadir los mercados nacional e internacional. En el departamento el 79% del aguardiente ingerido era de la ELC, y todo el producto es comercializado por Representaciones Continental Ltda. Superados los inconvenientes de prórrogas, adiciones y suspensiones de contratos con su moderna construcción en Cota, después de 10 años la ELC trasladó la fábrica a este municipio a 50 kms de la capital.
La Industria licorera de Caldas (ILC), empresa industrial y comercial del estado, “modernizada integralmente”, fue fundada en 1905 y actualmente tiene 8 productos bandera, siendo el Ron Viejo de Caldas y el aguardiente Cristal los más posicionados, y de fácil adquisición en la mayoría de departamentos de Colombia y en más de una docena de países. La ILC no ha tambaleado por deudas con entes territoriales y líos jurídicos por probables incumplimientos en metas de ventas con departamentos del Pacífico, que estarían próximas a resolver por Fiscalía y Procuraduría

La Industria de licores del Valle (ILV), fundada en 1921, ofrece 4 tipos de aguardiente blanco del valle y tres rones. No es la excepción a los problemas financieros que padece, agudizados por la disminución considerable en sus ventas. La Industria Licorera Del Cauca fue constituida en 1972, aunque en Guapi funcionó fábrica de licores hasta 1932. Este año en el San Francisco World Spirits Competition, ganó una de las preseas, y tres años atrás su crema escarchada de anís ganó doble oro en Bélgica. Pese a esa bonanza medallero, sus balances arrojan pérdidas.
Las causas de las liquidaciones de las licoreras son un común denominador: la politiquería que las invadió, deficiente manejo administrativo, pasivos superiores a los activos, millonaria pérdidas, los bienes abandonados y saqueados y deudas laborales. Para mantenerse vigentes, algunas licoreras liquidadas departamentales maquilan sus productos insignia a través de un tercero.

La Fábrica de Licores de Boyacá se creó en 1924 como un estanco, fue liquidada en 2002, constituyendo al año siguiente la Industria de Licores de Boyacá S.A., que tiene al Ron Boyacá Don Fernando y Aguardiente Líder como estrellas de sus diecisiete productos, con marca individual, que comercializa. Sus licores fueron merecedores de 6 oros en el Monde Selection Bruselas 2013-2014.

A las licoreras de la Costa Atlántica se les detuvo en su carrera, aunque algunas con mucha dificultad porque se resistían a desaparecer como la industria licorera del Magdalena, cuya liquidación se prolongó por más de una década, llevándose a efecto en 2014. Los pensionados de la extinta Industria Licorera de Bolívar, tenían que recibir cajas de Ron Tres Esquinas por sus mesadas pensionales. La Fábrica de Licores del Atlántico fue obligada a salir de sus instalaciones en Barranquilita, donde llevaba 67 años, para darle paso a la Avenida del Río en Barranquilla.
La empresa de licores del Caquetá fue creada en 1985 y liquidada en 2009, y su producto Aguardiente Extra del Caquetá es maquilado por la Industria Licorera de Caldas (ILC). La Empresa de Licores del Chocó cerró sus puertas en 1992, y fue liquidada en 2005, sin embargo su producto líder -Platino Deluxe- se continuó produciendo y consumiendo en el departamento junto al Ron Viejo y aguardiente Cristal, productos que en 2011 fueron exonerados por la duma departamental en un 65% del impuesto al consumo, ocasionando un grave perjuicios a los recursos de la salud, por los recursos que no ingresaron.
En el eje cafetero la industria licorera de Risaralda fue liquidada, y en el Quindío funciona la fábrica de licores del Quindío Coloma Limitada, que vende sus productos en el territorio nacional, y maquila ron para una compañía norteamericana.
La Industria Licorera del Huila, fundada en 1947, fue liquidada cincuenta años después, y su producto insignia -Doble Anís- , fue delegada su producción a la Fábrica de Licores de Antioquia (FLA), y la venta a la Industria de Licores Global S.A. (Licorsa), empresa a la que se le venció el contrato, sin que haya sido resuelta esta situación jurídica por al menos siete gobernadores.

El Aguardiente llanero, producto emblema de la empresa licorera del Meta, ha sido maquilado por la ELC, ILV y la ILC, después de la liquidación en 1999, tras veinte años de duración, tiempo durante el cual siempre permaneció afectada por problemas financieros. En el 2000 se creó la Unidad del Licores del Meta que tuvo una tanda de problemas con la gobernación por un lote entregado en dación de pago, y que finalmente lo devolvió a la ULM. La empresa Licorera de Nariño, productora del aguardiente Galeras, fue creada en 1950, subsistiendo por 54 años, al final de los cuales fue literalmente quemada por sus pésimas administraciones. Hoy añoran su reapertura para dejar de consumir licor ecuatoriano. La Empresa Licorera de Norte de Santander (ELNS) fue iniciada en 1925, y desapareció en 1997; su producto Aguardiente Extra lo maquila la ILC.
En 1979 se creó la Fábrica de Licores del Tolima, sometida en el 2001 al proceso de reestructuración empresarial. Presta servicios de maquila a las empresas de licores del Meta, Casanare y Risaralda Actualmente sigue colocando manualmente las estampillas a las botellas de aguardiente “Tapa Roja”, pese a la adquisición de una moderna máquina. El anterior gobernador envalentonó al actual, endulzándole el oído con la llegada de seis mil millones de pesos por un pleito entre la licorera y el Consorcio Tolima; dinero que no ha ingresado a tesorería, así como millones de pesos por el descenso en las ventas. ( En 2015 se vendieron 995000 unidades, frente a 1528201, en 2010).

Los consumidores que hace más de dos décadas comenzaron a tener en sus bares diversidad de licores importados, y que pasan rico sin pasarse de copas, se quejan porque estarían comprando el producto multiplicado por unas siete veces. Aunque equivocadamente se cree que las licoreras departamentales son las que más licor venden, los particulares han incursionado en los bares, como la casa Coloma Ltda, la familia Riascos en la industria ronera y Enalia Ltda, (Licoamerica, Bacarles de Colombia Ltda) , productora del Gran Vino Sansón, registrado hace más de un siglo.

La Ley de Licores que se aprobaría próximamente, tiene opositores que indican que pone en juego las rentas departamentales, disminuyendo en casi 2 puntos los recursos para la salud, y desde ya preparan demandas de inconstitucionalidad. Los promotores del proyecto –el gobierno- que cree que con esa iniciativa, ahora en manos del Senado, se aumentarían los recursos departamentales destinados a salud, educación y deportes.

El guayabo del sector lo constituye el licor adulterado o bamba al que agregan la mortal sustancia metanol; la falsificación de tapas, estampillas y botellas; el licor de contrabando, dos de cada cinco botellas vendidas son de contrabando, según el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (INVIMA), instituto al que se le atribuye deficiencia en el asunto de falsificación, adulteración y alteración de etiquetas de licores. El contrabando “ le representa anualmente a los fiscos departamentales una suma superior a los US $420 millones”, agregó Amilkar Acosta, director de la Federación Nacional de Departamentos.

@luforero4

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