Por: Carlos Fradique-Méndez
Abogado de Familia y para la Familia
DIPLOMADO EN EDUCACIÓN PARA LA VIDA EN FAMILIA (92)
En los medios se informa que se aprobó la ley que otorga prima de servicios a empleadas domésticas y al leer lo aprobado se observa una falta total de técnica legislativa.

El Artículo segundo dispone que habrá prima de servicios a favor de todo empleado y explica: El empleador está obligado a pagar a sus empleados, la prima de servicios que corresponderá a 30 días de salario por año, el cual se reconocerá en dos pagos, así: la mitad máximo el 30 de junio y la otra mitad a más tardar los primeros veinte días de diciembre. Su reconocimiento se hará por todo el semestre trabajado o proporcionalmente al tiempo trabajado.
Si luego en un parágrafo inútil dice: “ Se incluye en esta prestación económica a los trabajadores del servicio doméstico, choferes de servicio familiar, trabajadores por días o trabajadores de fincas y en general, a los trabajadores contemplados en el Título III del presente Código o quienes cumplan con las condiciones de empleado dependiente.»
Si en el primer párrafo se ordena la prima de servicios POR EL EMPLEADOR para todos los empleados, es anti técnico que luego se enuncie a alguno de los beneficiarios. El gran cambio de es el reemplazo del empleador EMPRESA por el empleador tanto persona natural como persona jurídica, sin ninguna distinción.
Grave que en el parágrafo se refiera a los “trabajadores del servicio doméstico” que según los medios incluye a las empleadas domésticas” o sea a las mujeres criadas, sirvientas, cocineras, mansas, dóciles, obedientes, semiesclavas.
Si con la ley se quería dignificar el trabajo de las personas que colaboran en el bienestar de los hogares, se debió comenzar por dejar la estigmatización del oficio. Seguramente en el listado de trabajos podría estar el de auxiliar del hogar.
Y ojalá se puedan desmontar los llamados oficios por prestación de servicios, patrocinados especialmente por los contratistas públicos para evadir el pago de prestaciones laborales.
En esta época de grandes avances en el vivienda familiar, EL SENA podría capacitar a los potenciales auxiliares del hogar de tal manera que pudieran ser excelentes en el manejo de los oficios caseros y además del cuidado primario de las personas adultas que necesitan de quien les administre su medicina y les recuerden sus cuidados personales, amén de que les puedan servir de conductores ocasionales del automóvil. Por supuesto que el salario será superior al mínimo.
ACUERDOS SOBRE CESACIÓN BILATERAL DEL FUEGO
El 23 de junio pasado, el Gobierno y las Farc firmaron un acuerdo sobre cese el fuego bilateral y definitivo, lucha contra el paramilitarismo y refrendación.
No es un acto estrictamente jurídico, milimétricamente ajustado a la Constitución. Es un acuerdo político con consecuencias jurídicas y por sobre todo fundado en la conveniencia de terminar un conflicto con la aplicación de la sentencia popular que enseña “Si no puedes o no quieres vencer a tu enemigo, únete a él.” También es posible que se haya aplicado el principio que recomienda “El fin justifica la medios” bajo el entendido de que se trata de un fin conveniente para la sana convivencia de los habitantes.
El acuerdo, que no es el definitivo, ha despertado esperanza de paz entre los ciudadanos. El haber escuchado que “Hoy es el último día de la guerra” debe despertar buenas ideas de paz en corto tiempo y no solo la desconfianza por haberla leído un grupo que le ha hecho demasiado daño al País.
La familia es el primer Estado, la primera escuela de la democracia y la paz y a veces sus integrantes se comportan como ejércitos de guerra para destruirse entre si. La película “La guerra de las rosas” es un excelente radiografía de lo que pasa en muchos hogares en el mundo. Y la guerra en las familias es a muerte, como en una corrida de toros.
¿Es posible que las familias en las que se viven “guerras a muerte”, “guerra de guerrillas” puedan firmar acuerdos para cesar el fuego, así cada uno tenga que refugiarse en su propia zona de distención? No hay duda de que es lo más conveniente para evitar desastres y peores males. En un conflicto familiar en el que todos los días se aviva el fuego del odio y la venganza, al final todos los integrantes del núcleo familiar salen lesionados. El hombre será víctima de su ego machista o de su obsesión por hacerse venerar; la mujer puede salir torturada especialmente cuando cree que el marido “la puede dejar sin nada” o porque le teme bajo el supuesto de que “El es capaz de todo”; los hijos perderán como se dice popularmente por punta y punta. Los abogados pueden ser cómplices de esos daños por mala orientación y por el deseo de ganar mejor comisión en la solución del problema y los jueces, limitados por el número de casos que deben atender y la falta de herramientas para decidir con prontitud serán observadores de la tragedia sin poder ayudar a evitar sus consecuencias.
Que también en los hogares se firmen ceses bilaterales al fuego para ayudar a la construcción de la paz, el amor y la concordia en Colombia.

Bogotá, 27 junio al 3 de julio de 2016.

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