Construyamos Familia Opinión

¿MODELO DE FAMILIA?

Carlos FradiqueCarlos Fradique-Méndez
Abogado de Familia y para la Familia
DIPLOMADO EN EDUCACIÓN PARA LA VIDA EN FAMILIA (94)
La familia de hoy no es la misma de hace 25 años cuando se reafirmó en la Constitución que la familia es la institución básica o núcleo fundamental de la sociedad y que merece amparo y protección integral por parte de la sociedad y del Estado. Pero puede ser como la de hace 500, 1000 o 3000 años, porque la historia irremediablemente se repite. Parece que es verdad que nada es nuevo bajo el sol.

Veamos la historia de una pareja, a cuyos integrantes llamo Juan y Cleo que puede ser la imagen de muchas familias colombianas del promedio. Para nada es el reflejo de la crudeza de vida violenta o desgraciada de familias que pueden vivir con abundancia de riquezas o con la escasez total de medios.

Cleo es una mujer de 32 años y Juan un hombre de 35. Cleo nació en un hogar de padres pobres y tuvo 3 hermanas y 2 hermanos. Su papá era y seguramente sigue siendo una persona violenta. La maltrató, le pegó y un día Cleo de escasos 15 años de edad, se encontró con Juan de 17 años y se fue a vivir con él, huyendo de la violencia de su casa. Por su parte Juan nació en un hogar de condiciones semejantes a las de Cleo y aprendió a que lo suyo nadie lo toca y que a la mujer hay que tratarla mal para que aprenda a obedecer.

Sin ninguna información sobre sexualidad durante su convivencia engendraron dos hijos. El segundo parto fue muy doloroso y traumático, razón por la cual Cleo y Juan aceptaron que se hiciera ligadura de trompas, cuya procedimiento para tener éxito demandó atención médica especial. Como Cleo y Juan no tenían ninguna preparación académica debieron ocuparse en oficios de baja calidad y Cleo en trabajos domésticos. La pobreza los rondaba y sus hijas escasamente recibían instrucción en las escuelas públicas. Cleo debió aguantar golpes e insultos a granel.

Estando sus hijas de 5 y 8 años aceptaron un trabajo para administrar un predio rural, siendo cabeza laboral Juan. Entre ires y venires Cleo logró validar su bachillerato y a los dos años hizo lo mismo Juan. La hija mayor también logró su diploma de bachiller y la menor está en turno para recibirlo. Se trata de diplomas que para nada reflejan capacitación suficiente para un empleo. Bachilleres de validación equivalen a menos que estudiantes de quinto primaria antes de 1970. Y la escuela de hoy no forma autodidactas.

Cuando Cleo terminó bachillerato, con gran voluntad de progreso estudió un técnico en el Sena de un año, estudios relacionados con computación. Entre tanto Juan asistía a la validación de su bachillerato en clases sabatinas. Las nuevas vidas de Cleo y de Juan alimentadas por la dureza de su vida y las nuevas formas de interrelacionarse lograron que Juan comenzara a distraer su tiempo con una de sus compañeras de estudio y descuidara su trabajo. Entre tanto Cleo dedicada a su trabajo y a sus hijos comenzó a recibir mensajes desafiantes e insultantes de una de las amigas de Juan.

La relación se fue agrietando y al final vino el rompimiento total. Cleo partió con sus hijas y Juan “se organizó” con su amiga, en una convivencia que duró pocos meses y por fortuna sin hijos. La amiga de Juan tenía cuatro hijos de relaciones anteriores. Juan logró un trabajo y Cleo por su parte se vio forzada a emplearse en oficios varios para lograr que ella y sus hijas sobrevivieran porque Juan decidió abandonar sus obligaciones como padre. Juan dice que no puede vivir solo y se organizó con una nueva mujer que le quitó buena parte de su sueldo y lo endeudó para al final abandonarlo. Pero Juan no puede con la soledad y a sus 34 años se organizó por cuarta vez con una jovencita que ignora todo de la vida y ahora la “mantiene” y ella se dejó embarazar o el la embarazó para alegar en un proceso de alimentos que solo puede dar el 20% de su sueldo mínimo porque tiene nueva mujer que no produce y un nuevo hijo para mantener.

Entre tanto Cleo hace lo imposible por sus hijas, como lo hacen la mayoría de las mamás y solo espera que Dios le ayude para que ninguna de ellas quede embarazada y se petaquee su vida como le tocó vivir a ella. Y Cleo quedó desengañada de los hombres y cree que solo la pretenden para tener sexo y aprendió a no dejarse usar sin que haya alguna recompensa para su sobrevivencia. En el fondo Cleo es una persona golpeada duramente por la vida, pero sana y honesta.

En esta radiografía de vida están involucradas seis personas que deben sobrevivir con dos salarios mínimos o quizá menos y que deben sufrir limitaciones económicas y vitales y que con algo de suerte es posible que las hijas de Cleo puedan formarse para tener, en un país con un desempleo formal del 50%, una ocupación que les permita vivir ojalá decentemente. Y saber que en Colombia hay familias con situaciones económicas y de violencia más severas que las de Cleo y Juan.

La ignorancia y torpeza de la nueva pareja de Juan son manifiestas. Fuera de un hijo que tendrá limitaciones para sobrevivir, ¿qué más espera de su vida con Juan? Nada. Lecciones de vida que vale la pena conocer para evitar caer en la misma red de dificultades de Cleo y de Juan. Ojalá las hijas de Cleo hayan aprendido las crueles enseñanzas que les han dado sus padres. Pero es posible que salgan adelante y sean personas ejemplares como muchas que han aprendido que en la vida “el dolor purifica como el fuego”

Estas lecciones deben ser conocidas por el ICBF, el Mineducación, el Minsalud y demás organismos del Estado para que tomen las medidas de rigor de tal manera que la próxima generación no tengamos que vivir historias como la narrada. Y para lograrlo no es necesario reformar la Constitución, ni firmar tratados.

Bogotá, 11 al 17 de julio de 2016.

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