Salud

Día Mundial contra la hepatitis: Colombia lanza guías prácticas clínicas para combatir el flagelo que mata más que el Sida

–El Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia lanzó este jueves las nuevas guías de práctica clínica para la atención de las hepatitis crónicas B y C, en las que se establecen los criterios de diagnóstico, tratamiento y seguimiento de las personas que han adquirido la infección.

Lo hizo en el marco del Día Mundial establecido por la Organización Mundial de la Salud, OMS, contra este flagelo, que se ha convertido en la principal causa de muerte y discapacidad en el mundo, matando a más personas en un año que el Sida, la tuberculosis o la malaria, de acuerdo con estudios científicos sobre el tema.

Según la OMS, las hepatitis víricas (A, B, C, D y E) son un grupo de enfermedades infecciosas que afectan a millones de personas en todo el mundo, causan hepatopatías agudas y crónicas, y matan a cerca de 1,4 millones de personas al año, en su mayoría por hepatitis B y C.

La OMS establece que se estima que en el orbe hay 240 millones de personas que padecen infección crónica por el virus de la hepatitis B (definidas como positivas al antígeno superficial del virus de la hepatitis B durante al menos seis meses) y que más de 686 mil personas mueren cada año como consecuencia de la hepatitis B, incluido por cirrosis y cáncer hepático.

De acuerdo con los estimativos, solo el 5% de las personas con hepatitis crónica saben que están infectadas, y son menos del 1% quienes tienen acceso al tratamiento.

Frente a este panorama, el ministerio colombiano de salud, expidió las guías de atención, que, afirma, se constituyen en la principal herramienta para orientar el trabajo de los agentes del sistema de salud frente a esta enfermedad.

Al efecto explica que las hepatitis virales son un problema de salud pública acentuado por la diversidad de virus que las producen, las variadas vías de transmisión, el limitado acceso a métodos de diagnóstico y tratamiento, entre otros.

La hepatitis A se transmite principalmente por alimentos o aguas contaminadas, y se manifiesta con fiebre, color amarillo en los ojos y boca, orina oscura y otros síntomas que usualmente son transitorios. En ocasionales excepcionales puede llegar a producir insuficiencia hepática e incluso la muerte. Como medida prevención, el Ministerio de Salud incluyó en su esquema de vacunación la vacuna contra la hepatitis A para todos los niños de un año de edad desde el año 2012.

La hepatitis B se puede transmitir de la madre al hijo durante el embarazo y el parto, por compartir cepillos de dientes, cuchillas y otros elementos de uso personal y por vía sexual y sanguínea. Algunas personas se pueden curar espontáneamente, pero cuando la infección se ha producido al nacimiento o durante la infancia es muy probable que se desarrolle hepatitis crónica y a largo plazo se produzcan cirrosis y cáncer de hígado.

Por ello es fundamental que toda mujer embarazada se haga la prueba de la hepatitis B para aplicar a su hijo al momento del nacimiento medidas de prevención de esta enfermedad. También se puede prevenir con la aplicación de la vacuna contra la hepatitis B, la cual se administra en Colombia a todos los niños menores de 5 años desde 1993. Para acceder al esquema completo de vacunación puede llevar a sus niños menores de 5 años a cualquier puesto de salud, o institución de salud del país donde no tendrá ningún costo.

La hepatitis C se transmite principalmente por vía sanguínea y al compartir jeringas, agujas, cuchillas, navajas y otros elementos que entren en contacto con la sangre. A pesar de que puede volverse crónica, existen hoy en día tratamientos que pueden curar esta enfermedad. Toda persona que se haya expuesto a transfusiones de sangre antes de 1996 o que se inyecte sustancias psicoactivas debe solicitar la prueba contra la hepatitis C.

De esta forma y bajo el lema ‘Nuestro próximo gran logro: eliminación de la hepatitis’, el Ministerio de Salud y Protección Social, junto con las entidades territoriales, trabaja con ese propósito.

EL DIA MUNDIAL

A propósito del Día Mundial contra la Hepatitis, la Organización Mundial de la Salud, OMS, advirtió que «es una oportunidad para redoblar los esfuerzos nacionales e internacionales de lucha contra esta enfermedad e instar a los asociados y a los Estados Miembros a que presten su apoyo a la aplicación de la primera Estrategia Mundial del Sector de la Salud contra las Hepatitis Víricas para 2016-2021, aprobada en la 69.a Asamblea Mundial de la Salud, en mayo de 2016».

La nueva estrategia contiene las primeras metas mundiales con respecto a las hepatitis víricas, entre las que se encuentran la reducción de los nuevos casos de hepatitis B y C en un 30% y la reducción de la mortalidad en un 20% para 2020.

Las principales medidas consisten en ampliar los programas de vacunación contra la hepatitis B; mejorar la seguridad de las inyecciones, transfusiones e intervenciones quirúrgicas; ampliar los servicios de “reducción de daños” para los consumidores de drogas por vía parenteral, y el aumento del acceso al diagnóstico y tratamiento de las hepatitis B y C.

oms - campañaEn el Día Mundial contra las Hepatitis de 2016 la OMS hace un llamamiento a los formuladores de políticas, los profesionales sanitarios y la población para que “conozcan las hepatitis y actúen ya”.

La Organización insta a las personas a que se informen sobre la infección, tomen medidas positivas para saber si están infectadas mediante la realización de pruebas, y busquen tratamiento para reducir las muertes evitables por estas infecciones prevenibles y tratables.

Habrá actividades en todo el mundo para mejorar los conocimientos de la población sobre el riesgo de hepatitis y mejorar el acceso a los servicios de diagnóstico y tratamiento.

OTROS DATOS

A propósito del tema, la OMS, hace la siguiente reseña:

La hepatitis B es una infección hepática potencialmente mortal causada por el virus de la hepatitis B (VHB). Constituye un importante problema de salud a nivel mundial. Puede causar hepatopatía crónica y conlleva un alto riesgo de muerte por cirrosis y cáncer hepático.

Desde 1982 se dispone de una vacuna contra la hepatitis B con una eficacia del 95% en la prevención de la infección y la aparición de una enfermedad crónica y cáncer de hígado debido a la hepatitis B.

Distribución geográfica

La máxima prevalencia de la hepatitis B se registra en el África subsahariana y Asia oriental, regiones en las que entre el 5% y el 10% de la población adulta está infectada de forma crónica. También hay tasas elevadas de infección crónica en la cuenca del Amazonas y en partes meridionales de Europa oriental y central. Se calcula que entre un 2% y un 5% de la población del Oriente Medio y el subcontinente indio padece infección crónica. En Europa occidental y América del Norte menos del 1% de la población padece infección crónica.

Transmisión

Prevención de las hepatitis

Los virus de las hepatitis B y C se transmiten a través de sangre contaminada, así como de agujas y jeringas contaminadas en centros sanitarios y entre consumidores de drogas inyectables. También puede haber transmisión durante el sexo sin protección y de madres infectadas a los recién nacidos.

El virus de la hepatitis B puede sobrevivir fuera del organismo por lo menos siete días. En ese periodo todavía puede causar infección si penetra en el organismo de una persona no protegida por la vacuna. El periodo medio de incubación de la hepatitis B es de 75 días, pero puede oscilar entre 30 y 180 días. El virus, que puede detectarse entre 30 y 60 días después de la infección, puede persistir y dar lugar a una hepatitis B crónica.

En zonas con alta endemicidad, el virus de la hepatitis B se transmite normalmente de la madre al niño durante el parto (transmisión perinatal) o por transmisión horizontal (exposición a sangre infectada), en particular de un niño infectado a un niño sano durante los primeros cinco años de vida. La aparición de infección crónica es muy común en los lactantes infectados a través de su madre o antes de los 5 años de edad.

La hepatitis B también se transmite por exposición percutánea o de las mucosas a sangre o diferentes líquidos corporales infectados, así como a través de la saliva y los líquidos menstruales, vaginales y seminales. La hepatitis B puede transmitirse igualmente por vía sexual, especialmente en el caso de hombres sin vacunar que mantienen relaciones sexuales con hombres y de personas heterosexuales con múltiples parejas sexuales o que tienen contacto con profesionales del sexo. La infección en la edad adulta desemboca en hepatitis crónica en menos del 5% de los casos. El virus también puede transmitirse con la reutilización de agujas y jeringas bien en entornos sanitarios o entre consumidores de drogas inyectables. Además, puede producirse la infección durante procedimientos médicos, quirúrgicos y dentales, la aplicación de tatuajes o mediante el uso de cuchillas de afeitar y objetos similares contaminados con sangre infectada.

Síntomas

La mayor parte de los afectados no experimentan síntomas durante la fase de infección aguda, aunque algunas personas presentan un cuadro agudo con síntomas que duran varias semanas e incluyen coloración amarillenta de la piel y los ojos (ictericia), orina oscura, fatiga extrema, náusea, vómitos y dolor abdominal. Un pequeño grupo de personas con hepatitis aguda puede sufrir insuficiencia hepática aguda, que puede provocar la muerte.

En algunos casos la hepatitis B puede causar también una infección hepática crónica, que posteriormente puede dar lugar a cirrosis o cáncer de hígado.

¿Quiénes corren riesgo de sufrir la enfermedad de forma crónica?

La probabilidad de que la infección se cronifique depende de la edad a la que se produzca. Los niños infectados con el virus de la hepatitis B antes de cumplir los seis años son los más expuestos al riesgo de sufrir infecciones crónicas:

En los lactantest y niños:

-entre un 80% y un 90% de los lactantes infectados en el primer año de vida sufrirán una infección crónica; y
-entre un 30% y un 50% de los niños infectados antes de cumplir los seis años sufrirán una infección crónica.

En los adultos:

-menos de un 5% de las personas sanas que se infecten en la edad adulta sufrirán una infección crónica; y
-entre un 20% y un 30% de los adultos que padecen una infección crónica sufrirán cirrosis y/o cáncer hepático.

Diagnóstico

Las manifestaciones clínicas no permiten diferenciar la hepatitis B de la hepatitis causada por otros agentes virales y, consiguientemente, es esencial la confirmación del diagnóstico en laboratorio. Se dispone de algunas pruebas de sangre para diagnosticar la hepatitis B y hacer el seguimiento de los pacientes. Mediante esas pruebas se pueden distinguir las infecciones agudas y las crónicas. El diagnóstico de laboratorio de la hepatitis B se centra en la detección del antígeno superficial del virus de la hepatitis B (HBsAg). La OMS recomienda que se analicen todas las donaciones de sangre para detectar la infección, garantizar la seguridad de la sangre y evitar la transmisión accidental del virus a los receptores.

Tratamiento

No hay un tratamiento específico contra la hepatitis B aguda. Por tanto, la atención se centra en mantener el bienestar y un equilibrio nutricional adecuado, especialmente la reposición de los líquidos perdidos por los vómitos y la diarrea. La infección crónica por el virus de la hepatitis B puede tratarse con fármacos, en particular agentes antivirales orales. El tratamiento puede ralentizar el avance de la cirrosis, reducir la incidencia de cáncer de hígado y mejorar la supervivencia a largo plazo.