Ciencia y Tecnología

Teléfonos celulares son blanco perfecto para las agencias de seguridad

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Informes de laboratorios de seguridad digital, y revelaciones de medios de comunicación, detallan nuevas tácticas y equipos que se distribuyen a nivel global para intervenir las comunicaciones de individuos que, en algunos casos, son periodistas o activistas de derechos humanos.

Estos ataques impulsaron una actualización de seguridad para iPhone hace un par de semanas, después de que investigadores de Citizen Lab y la firma Lookout descubrieran la intrusión que utilizaba tres vulnerabilidades desconocidas en iOS (que comúnmente se conocen como zero day exploits).

La compañía presuntamente está detrás de las herramientas, que son utilizadas por el gobierno de los Emiratos Árabes Unidos, es NSO Group. El diario The New York Times publicó hace poco información acerca de los negocios que realiza esta empresa israelí.

Según el diario, la empresa cobra US$650.000 por intervenir 10 iPhone, lo mismo por igual número de teléfonos con Android y un poco menos, US$500.000, por cinco BlackBerry. De ahí para adelante, la agencia gubernamental que necesite intervenir más teléfonos debe pagar un poco más, encima del mantenimiento anual de la plataforma de interceptación (17% anual sobre el total del contrato).

La plataforma Pegasus permite extraer mensajes de texto, listas de contacto, citas de calendario, correos electrónicos y ubicaciones de GPS. Puede activar secretamente el micrófono de un teléfono, así como la cámara y los datos pueden ser transmitidos en tiempo real a los servidores de quien realiza la interceptación.

Se presume que autoridades mexicanas han hecho negocios con esta compañía y no sería la primera vez que un gobierno latinoamericano se interese por este tipo de servicios y productos.

En Colombia se sabe que la Policía Nacional trabaja con equipos de vigilancia masiva y que consideró hacer negocios con Hacking Team, empresa italiana que le ha vendido tecnología a países con dudosos antecedentes en temas de respeto a los derechos humanos.

Los equipos “tienen capacidades tan poderosas de recolectar información que superan el marco legal que las regula. La vigilancia en esta escala es indiscriminada: los derechos humanos requieren que cualquier interferencia a la privacidad sea legítima, necesaria en un entorno democrático y proporcional. La pregunta que acá persiste es si se pueden tener sistemas de vigilancia masiva que cumplan los requisitos de proporcionalidad y necesidad”, según investigadores de la organización Privacy International.

Junto con las filtraciones sobre NSO, el sitio The Intercept presenta los productos que vende una empresa británica llamada Cobham, que ha hecho negocios con varias autoridades en Estados Unidos.

La firma vende equipos que pueden interceptar tanto llamadas como mensajes de texto e incluso bloquear masivamente señales de la red celular para aislar usuarios en particular en extensas zonas de cobertura. Con Elespectador.com