Construyamos Familia Opinión

AHORA A TRABAJAR POR LA FAMILIA

Carlos Fradique Por:Carlos Fradique-Méndez
Abogado de Familia y para la Familia
DIPLOMADO EN EDUCACIÓN PARA LA VIDA EN FAMILIA (104)
EL PUEBLO SE MANIFESTÓ
Demos gracias porque ha terminado la campaña por el plebiscito, que siendo para apoyar o no apoyar los acuerdos de La Habana, se presentó, como el milagro para terminar la guerra o vivir en paz.

Al final el 63,32% del pueblo manifestó 1) indiferencia, o, 2) apoyo a lo que pasara, o, 3) no pudo expresar su opinión. El 18.26% manifestó, por convicción o conveniencia, que apoyaba los acuerdos y el 18.42% por convicción manifestó que no los apoyaba. Pero estoy seguro de que todos manifestamos nuestro apoyo a la paz verdadera y no solo de papel. Claro que hay amigos de la guerra como los mercaderes de armas, de muertos, de odios y rencores. Como los lanistas en la antigua Roma que esperaban el final de la batalla para comprar a los cautivos como esclavos para llevarlos al mercado, especialmente de quienes vivían de los combates entre gladiadores.
LAS MANIFESTACIONES DEL PRESIDENTE Y DE TIMOCHENCO
Luego de conocidos los resultados en los que fue mayoritario el NO APOYO a los acuerdos como están concebidos, especialmente en cuanto a la exclusión de penas por delitos atroces y de lesa humanidad, a la adjudicación de curules en el Congreso sin mayores méritos, a la no reparación por parte de la Farc, a dejar ruedas sueltas como el ELN, los disidentes y otros, el Presidente Santos y Timochenco dijeron lo que tenían que decir: Que la amenaza de regreso al monte no es cierta y que se utilizó con mala intención para presionar el SI y que si queremos construir verdaderos caminos de PAZ se deben escuchar todas las voces de la nación y que los acuerdos no se toman o se dejan como contratos de adhesión. Hay voces de esperanza y hay caminos de sana convivencia.
QUE SE ACABEN LOS INSULTOS
Lo primero que debemos celebrar y ojalá se logre, es que deben terminarse las agresiones, los insultos, la barbarie de “mucha gente educada”, con títulos que deslucen, con el dominio de varias lenguas que se dedicaron a sembrar la semilla del odio para generar una nueva guerra entre civiles.
Los discursos llamados por la sabiduría popular veintijulieros, la descalificación de grupos o sectores en un ambiente en el que debemos caber todos, cada uno respetando sus espacios y su manera de pensar y de ver el futuro de Colombia sin ofensas, dejan cicatrices.
Entonces lo primero es sanar esas heridas, olvidar la estigmatización y volcarnos en una comunicación positiva para aportar, cada uno desde su lugar en la familia y la sociedad, nuestra buena voluntad para cultivar la paz. Por mi parte, seguiré en la teoría y la práctica orientando para que logremos tomar conciencia de que la PAZ debe reinar en todas las familias de Colombia y del mundo, sin que este sueño sea un disparate.

SIGUEN OTRAS DIFERENCIAS Y RENCILLAS
Pero hay personas que no pueden convivir sin manifestar desaires y más si de ostentar privilegios se trata. Puede haber diferencias por atender más a un hijo que a otro, por el incumplimiento de las obligaciones en el hogar, por el llamado hurto de parejas, especialmente de maridos, por dedicar más atención a la amante que al hogar, porque encuentran personas que piden rendir cuentas y el obligado a rendirlas se siente molesto porque no ha sido pulcro en el manejo de sus deberes, porque se pide una indemnización debida conforme a la ley, porque se quieren obtener ventajas sin razón para defraudar a un amigo o compañero, por faltar a la verdad, por pretender engañar, por falsear documentos. Y por muchas causas más.
ES HORA DE RECONOCER ERRORES
Lo que conviene ahora es que el culpable reconozca sus errores y como en el sacramento de la reconciliación, antes de la penitencia o confesión, repare y cumpla la promesa de no repetir la conducta dañina, de no volver a las agresiones. Puede que el lector no comparta esta idea religiosa. No hay problema, porque de ser tolerantes se trata. No hay duda de que en su formación intelectual o religiosa cabe una forma de presentar excusas, de reparar y de cambiar de forma de actuar, al elegir el camino que no dañe. Pero no pensemos que seremos perfectos y que el milagro todo lo soluciona. Para nada. Somos humanos y podemos recaer, pero que tengamos las barreras morales o intelectuales que nos avisen para evitar el perjuicio a los demás.

LO QUE DEBEMOS CAMBIAR EN LA FAMILIA
En la familia, luchemos por ser progenitores responsables de tal manera que más que hijos no deseados, evitemos hijos que no tengan futuro con derechos fundamentales garantizados. Buen lenguaje para una comunicación amable, reforma tributaria doméstica para reorganizar los gastos y mejorar ingresos. Hay que empezar por 3 o 4 metas básicas, porque arreglar todo es imposible.

LO QUE DEBEMOS CAMBIAR EN LA SOCIEDAD

La gran MAGOLA, presentó en El Espectador, la imagen de Colombia en una caricatura que reza: “¡Increíble: estamos a un paso de vivir en paz! Y agrega: Sí, solo nos falta acabar con la inseguridad, la desigualdad social, la corrupción, el desempleo. Hablar con los otros grupos guerrilleros y solucionar el tema de los “habitantes de la calle”, entre otros pasos” A esta lista agreguemos educación e información de calidad, trabajo decente, salario justo, vivienda digna.
Deseo PAZ, AMOR Y CONCORDIA en sus familias y hogares, para que tengamos PAZ, AMOR Y CONCORDIA en la sociedad y en Colombia.
¡Que la Divina Providencia nos de su mano sanadora!

Bogotá, 3 al 9 de octubre de 2016.

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