Opinión

Sector de la construcción, en concreto

Luis Eduardo Forero Por: Luis Eduardo Forero Medina
El sector de la construcción en Colombia data del 29 mayo de 1887, cuando se fundó la Sociedad Colombiana de Ingenieros en la casa número 700 de la carrera Séptima de Bogotá; sin embargo transcurrió cerca de medio siglo para que arrancara la locomotora que lo hizo en 1933, cuando se estableció la firma Cuéllar Serrano Gómez, que empezó a construir casas en serie;

y de donde hizo sus primeros pinitos el visionario Luis Carlos Sarmiento Angulo, que en 1959 fundó la Organización Luis Carlos Sarmiento Angulo (OLCSA), y desde allí la urbanización en Colombia empieza a crecer desde cero y en serio.

Para la época los colombianos construían sus casas sin mezclarla con autorizaciones oficiales, derivando de esa costumbre que muchas poblaciones crecieran desordenadamente, varias con el calificativo de tugurios. En 1965 Fernando Mazuera Villegas incursiona con Ciudad Modelia y al año siguiente la OLCSA construye la urbanización Las Villas. En los 70 surgen las corporaciones de ahorro y vivienda para incentivar el ahorro privado y canalizarlo a la industria de la construcción; se crea el UPAC , abren sus puertas Las Villas, Davivienda, Granahorrar, Concasa, Conavi, Corpavi, Colpatria, Colmena y Ahorramás, varias desaparecidas o absorbidas por grupos financieros, y en 1975 Pedro Gómez y Cía. inaugura Unicentro. La Torre Colpatria en Bogotá tiene 50 pisos y se abrió en 1979. Hoy son más de 65 mil empresas las que conforman las base del sector de la construcción.

Los programas oficiales de vivienda dirigidos por el Instituto de Crédito Territorial (ICT), creado en 1939 y el Inurbe en 1991, ambos duros para morir, fueron administrados por sistemas de gobernanza inadecuados, enchapados con clientelismo, improvisación y ausencia de transparencia. Hace 20 años en los municipios con población superior a 100.000 habitantes, se instituyeron los curadores urbanos, encargados de otorgar las licencias de urbanismo y de construcción. Al comienzo de este siglo las cajas de compensación familiar incursionaron en el sector, ora construyendo ora concediendo subsidios de vivienda.

De plano, el sector de la construcción que comprende vivienda, edificaciones, y obras civiles, ocupa cerca de millón y medio de personas altamente calificadas y otras con bajo nivel escolar, constituyéndose en el segundo mayor generador de empleo en Colombia y de los que mayor número de encadenamientos pauta en la economía colombiana, que se benefician por su continuo crecimiento, que es más notorio en las Regiones que en Bogotá, destacándose Medellín, Barranquilla, Ibagué, Manizales y Cali.

El aumento de despachos de las Industrias de acero, cemento gris y concreto premezclado, es una señal que la de la construcción está creciendo. Contrariamente a esa premisa, analistas opinan que al menos en el último año el sector decreció, toda vez que la producción de concreto premezclado en ese período disminuyó un 9,7% con relación al mes de agosto de 2015. En la primera década de este siglo el sector ha perdido unas dos terceras partes en el terreno del crecimiento, pues de ascender a tasas superiores al 7% desde el año 2002, descendió a 1,9% en 2010, conforme al Centro de Estudios de la Construcción y el Desarrollo Urbano y Regional –Cenac.

En todo el mundo se presenta un déficit de vivienda, situación que para el 2030 alcanzará acerca de 3 billones de personas o el 40% de la población mundial, problema que se solucionaría construyendo 96.150 viviendas diarias, indica Unhabitat. En Colombia el año pasado se licenciaron proyectos constructivos por 26.7 millones de metros cuadrados, un 6,1% más que en 2014, señala el DANE. En Colombia con los programas Casa Ahorro y Mi Casa Ya, fueron entregadas 100 mil viviendas y se construye otro tanto entre el 2015 y el 2018, con destino a ciento treinta mil familias, que “de otra manera no habrían podido cumplir el sueño de tener una vivienda propia”, apuntó Asmed Cuellar Cerquera.

El sector en la capital se robustece con numerosos proyectos de viviendas y oficinas, la construcción de 64 parques entre otras obras civiles y la inauguración este año del primer rascacielos de Colombia, BD Bacatá con 67 plantas, y para los años siguientes, en 2017 se estrenará Torres Atrio, dos torres cada una de 44 pisos, y posteriormente Entre Calles de 96 pisos en el centro de Bogotá y Museo Parque Central de 43 pisos, que se levantará en el Centro Internacional.

Algunas de las grietas y goteras del sector de la construcción son el triste record de ser el de mayor accidentalidad por el número de obreros que pierden la vida, generalmente por caídas desde escaleras, andamios y techos, o el riesgo que tienen de adquirir enfermedades laborales en razón de su labor; la falta de mano de obra capacitada y certificada que se presenta por el conejo que algunos constructores hacen al Fondo Nacional de Formación Profesional de la Industria de la Construcción –FIC–, al no aportar el 1% del valor de los contratos de construcción, supuestamente porque desconocen la norma; la falta de capacitación continua a todo nivel y suministro de equipos de seguridad y herramientas seguras, y las construcciones ilegales que pululan por todo el territorio nacional.

El reto de los países de América Latina y el Caribe es poner en marcha los bocetos de la Nueva Agenda Urbana para mejorar la calidad de vida de la población con la construcción de Ciudades sostenibles, como se acordó en la reciente Conferencia H III en Quito, Ecuador.

El compromiso del sector es vender inmuebles seguros por lo que promueven el uso masivo de malla electrosoldada, material ampliamente utilizado en la Vivienda de Interés Social. Desde el 13 de julio de este año en el sector rige la ley de vivienda segura, que abarca tanto al sector público como al particular, en la medida en que es obligación de “los privados en producir bienes de calidad y responder cuando a ello hubiere lugar, y los públicos en adelantar con oportunidad, eficiencia y diligencia su labor de expedición de permisos de construcción, y de vigilancia y control”, puntualizó Sandra Forero Ramírez, presidenta de Camacol.
@luforero4

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