Judicial

Policía extradita argentino por quien había recompensa de 500 mil pesos argentinos

arresto
Tras una operación que tomó año y medio de investigaciones hoy la Policía Nacional entregó en calidad de extraditado a un ciudadano requerido por la justicia argentina, catalogado por su país como uno de los más buscados a nivel internacional y por quien ofrecía una recompensa de 500 mil pesos argentinos, equivalentes a $104 millones.

Gracias al intercambio de información establecido entre las oficinas de INTERPOL Argentina y Colombia, se hizo efectiva la notificación roja que pesaba sobre la persona de nombre conforme a la autoridad Juan Bossi, sindicado de pertenecer al grupo de inteligencia militar denominado PCI (Personal Civil de Inteligencia) del Ejército de Argentina en el gobierno de facto.

Contexto:

“Su búsqueda internacional se da, y quiero referirme textualmente al requerimiento hecho por las autoridades judiciales argentinas, por su “presunta participación en un plan clandestino de persecución, secuestros, torturas y desaparición física (homicidios) registrado entre 1977 y 1978” contra personas que integraban movimientos o agrupaciones durante el último gobierno de factoen la República de Argentina, instaurado a través del llamado Proceso de Reorganización Nacional”, indicó el señor coronel Juan Carlos Gómez, jefe de la Oficina Central Nacional de INTERPOL en Colombia.

Delitos por los cuales se le imputan las conductas punibles de “privación ilegítima de la libertad, mediando violencia, amenazas, torturas y homicidios”, por lo cual es solicitado por el Juzgado Federal No.4 de la Provincia de Santa Fe, en Argentina.

Con la alerta generada tras la publicación de la notificación roja de INTERPOL se estableció que esta persona ingresó a Colombia procedente de Panamá en el año 2010. De acuerdo con el análisis realizado a las huellas dactilares se determinó que el ciudadano argentino, al parecer adquirió de manera fraudulenta documentos de identidad colombianos, lo que aunado a sus conocimientos en el campo de la inteligencia militar le facilitaron movilizarse sin ser detectado.

A su servicio tenía cinco personas que se encargaban de realizar sus diligencias personales tales como pagos de alquiler y transacciones bancarias, esto con el fin de no dejar rastro de su presencia en el país.

Para dimensionar la importancia de esta captura, algunos medios de comunicación argentinos publicaron en su momento que fue integrante de uno de los más grandes “Centros Clandestinos de Detención (CCD)” ubicado en Rosario, Provincia de Santa fe, denominados como instalaciones secretas empleadas para cometer torturas y desapariciones.

Igualmente, indican que participó en los denominados “vuelos de la muerte”, considerado como uno de los modos de operar utilizados en la época, para la desaparición de personas.