Opinión

Industria pirotécnica, shows de luz y color

Luis Eduardo Forero Por: Luis Eduardo Forero Medina
De empezarse a utilizar la pólvora con propósitos bélicos, hoy se hace para fines lúdicos, principalmente en fines de año, ferias, eventos políticos y días especiales; en forma segura en varios países de las Américas, en otros no tanto por lo que la industria ha estado en cuidados intensivos a causa de los cientos de víctimas mortales o que resultan cercenadas, fuera del considerable daño al medio ambiente.

La pirotecnia comprende más de mil dispositivos para lanzar, detonar, o iniciar un material explosivo; y el público elige cada vez más productos lumínicos en vez de productos de estruendo.
En Colombia desde 2001 mediante la ley 670 , reglamentada 5 años después, están prohibidos los artículos pirotécnicos o fuegos artificiales que contengan fósforo blanco; la manipulación de pólvora negra como cohetes, lucres de bengala, petardos, se admite o prohíbe de acuerdo a criterio de los alcaldes. En los municipios donde se continúa empleando pólvora las autoridades expiden autorizaciones conjuntamente con el Cuerpo de Bomberos de la localidad, y por lo general no cuentan con planes de contingencia en caso de accidentes, como tampoco de una medición acerca de la contaminación por la quema de esos productos, ni de un estudio sobre la afectación a las mascotas que sufren por los estruendos.
Los accidentes ocurren indistintamente en cualquier eslabón de la cadena: desde la fabricación, almacenamiento, trasporte, comercialización, manipulación, hasta el uso inadecuado o sin la supervisión de profesionales pirotécnicos. En 2015 las víctimas del manejo irresponsable de la pólvora, que significa “medicina de fuego”, en un 43,1% fueron menores de edad, conforme al documento SIVIGILA INS 2015. En la Región el país que malgasta más en fuegos artificiales es Guatemala, donde según analistas de ese país, al año el dinero usado en pólvora es similar al que se necesita para la construcción de 234 centros de salud o 752 viviendas populares en ese país centroamericano.

La ley 670 de 2001 se ha pretendido reformar en seis ocasiones, y siempre la propuesta es archivada en el Congreso de la República. Las diversas iniciativas buscan prohibir en todo el territorio nacional la producción o fabricación, importación, comercialización, transporte y venta, de toda clase de artículos pirotécnicos, y globos para cuya elevación se utilice un dispositivo alimentado por fuego; pero se busca preservar la industria permitiendo únicamente fuegos pirotécnicos con luces de colores o efectos sonoros en el aire, y manipulados por expertos.
A menos que se maneje con toda seguridad, la pólvora no es buena para divertirse, y en su elaboración artesanal e ilegal se emplean niños, víctimas de accidentes en sus propias casas, donde funciona sigilosamente el letal negocio. La prohibición de la venta pública, se sustituyó por la comercialización en internet, además de la pólvora que a pesar de los controles rígidos, transportan camuflada en carga, indicó un oficial de la Policía Nacional.

En América Latina donde se impulsa la utilización de máquinas para operar los pirotécnicos, esta industria empezó con la Fábrica de Pólvora Barragán, fundada en 1875 por Patrocinio Barragán en Pacho (Cundinamarca. En Guateque, Boyacá, funcionan medio centenar de fábricas de pólvora. En el país 25.000 familias dependen de la distribución de pirotecnia, y 160 empresas legales tienen permiso para fabricar esos productos, indica la Federación Nacional de Pirotecnia (Fenalpi). México, Argentina, Brasil y El Salvador son los líderes en la Región en este sector.

En Liuyang, provincia china de Hunan, operan más de 1000 fábricas de pólvora negra, las cuales exportan el 90% de los voladores y fuegos artificiales que se queman en todo el mundo. En China, país donde se descubrió la pólvora en el siglo IX, en 2013 el Gobierno fundó la Asociación China de Fuegos Artificiales y Petardos, que persigue bajar el número de víctimas que registra anualmente este sector; entre las medidas adoptadas comprenden una autorregulación más estricta y un mercado más estandarizado, indica Xinhua.
En todo caso, “Prende la fiesta sin pólvora”, aconseja Medicina Legal.
@luforero4