Salud

Nadar desde temprana edad trae beneficios a la salud física y mental

La natación es un deporte que además de involucrar y ejercitar todos los grupos musculares, en los niños y adolescentes provoca una importante reducción de los factores de riesgo de enfermedad cardiovascular.

La natación se puede practicar desde los primeros meses de vida, estimulando el reflejo glótico e iniciándose en el aprendizaje de habilidades básicas natatorias desde los dos meses. Debe hacerse en una piscina que cumpla con condiciones como temperatura mínima de 32 grados, balance ideal del agua (certificado por un laboratorio) y un profesional especializado en el programa de matro natación.

“El medio acuático es el espacio físico más completo que existe para el desarrollo de las aptitudes físicas, psíquicas y neurológicas de los niños”, afirma Angélica Aristizabal, directora de Baby Dolphins Club.

Razones para nadar
· Controla el peso corporal, lo que previene la obesidad en niños (el 80 por ciento de niños obesos lo serán también de adultos).
· Ayuda a mantener unas cifras de tensión arterial más bajas.
· Baja la concentración de colesterol en sangre: reduce el desarrollo de la arteriosclerosis desde la infancia.
· Disminuye los niveles de glucosa en la sangre debido a que el ejercicio aeróbico produce una mayor sensibilidad a la insulina, por ello, reduce las necesidades de insulina en niños diabéticos.
· Contribuye a aumentar cualitativamente la capacidad de esfuerzo físico en niños, condicionando una mejor respuesta cardiovascular.
· Mejora la flexibilidad, coordinación, agilidad, velocidad y fuerza muscular.

· Saber nadar puede favorecer la socialización y la solidaridad; tener nociones de salvamento y poder ayudar en una situación real es un valor agregado en el aprendizaje.

· El uso del traje de baño hace que se muestre la propia imagen, la real. Esto permite conocerse y respetar a los demás. Además, el contacto personal favorece las relaciones interpersonales y ayuda a superar miedos.

· Los niños con problemas neurológicos y parálisis cerebral pueden pasar, en el medio acuático, de un estado de tensión a uno de relajación muscular, brindándoles excelentes resultados en sus procesos de recuperación.