Política

Santos propuso a la comunidad internacional la Carta de Colombia, diez principios para la paz

–El presidente Juan Manuel Santos, en su calidad de Premio Nobel de Paz 2016, presentó a sus colegas y a la comunidad internacional la Carta de Colombia, 10 principios para la paz, que se fundamentan en ideales y en valores que deben señalar la ruta del futuro.

El documento fue leído por el mandatario en el Teatro Colón como preámbulo a la obra del Colegio del Cuerpo ¡Negra-Anger!, a la que asistieron los participantes en la XVI Cumbre Mundial de Premios Nobel de Paz.

Su texto es el siguiente:

“Colegas laureados, amigas y amigos:

Hace 70 días –el 24 de noviembre del año pasado–, aquí en el Teatro Colón firmamos el acuerdo que selló la terminación del conflicto armado con las FARC y el inicio de una nueva etapa de construcción de paz en Colombia.

Hoy –en este mismo solemne escenario, donde abrimos la puerta a la paz de mi país– quiero hacer una propuesta a ustedes –mis colegas Nobel de la Paz–, a la sociedad civil y a la comunidad internacional.

Desde Bogotá –la capital de la paz 2017–, y en mi calidad de último laureado con el Premio Nobel de la Paz, propongo a ustedes y al mundo una carta que conmemore esta Cumbre y se denomine La Carta de Colombia: una carta de 10 principios para la paz que nos inspiren y nos guíen.

Son 10 principios sencillos pero poderosos, basados NO en política ni diplomacia, sino en ética y espiritualidad, en ideales y valores, que deben señalarnos la ruta del futuro.

Dicen así:

LA CARTA DE COLOMBIA

– 10 principios para la paz –

Sin ideales y valores, la conducta humana carece de brújula

1. LA PAZ ES UN DERECHO: La paz es el derecho de nacimiento de cada persona y el derecho supremo de la humanidad.

2. SOMOS UNO: La Humanidad es una sola familia y compartimos el don de la vida sobre este frágil planeta. Lo que le pasa a uno, nos pasa a todos.

3. SOMOS DIVERSOS: La diversidad enriquece a nuestra humanidad. Es un patrimonio que debemos honrar y cuidar.

4. DEBEMOS SEGUIR LA REGLA DE ORO: El principio moral de tratar a los otros como queremos ser tratados nosotros mismos debe ser aplicado no solo a la conducta de las personas sino también a la conducta de las religiones y naciones.

5. DEBEMOS EVITAR LA GUERRA: La guerra destruye el tejido humano y representa un fracaso para la humanidad. Siempre debe ser la última alternativa.

6. DEBEMOS SER LEGALES: La paz y la estabilidad del mundo requieren la adhesión y el respeto a las normas internacionales y el Derecho Internacional Humanitario, así como a la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

7. DEBEMOS HABLAR: Siempre que sea posible, los conflictos deben terminar mediante el diálogo. La comunidad internacional debe apoyar medidas efectivas para prevenir y limitar las guerras.

8. DEBEMOS RESPETARNOS: Aun dentro del conflicto, debemos reconocer a todo enemigo como un ser humano que merece respeto, cuyas motivaciones deben ser entendidas. La eliminación o humillación del adversario es la semilla de más violencia en el futuro.

9. DEBEMOS EDUCAR: Hay que promover la tolerancia, la solidaridad, la compasión, el respeto a las diferencias y a los derechos de las minorías, para crear una cultura global de paz. Una educación basada en estos valores debe implementarse en todo el mundo.

10. DEBEMOS ENTENDER: Todas las vidas son tan valiosas como nuestra propia vida. Si entendemos esto con nuestros corazones y nuestras mentes, podremos construir y mantener la paz en el mundo para nosotros, para nuestros hijos y las generaciones por venir.

El papa Francisco –en su mensaje, que agradecemos, a esta Cumbre– dijo que los esfuerzos de paz de Colombia pueden inspirar al mundo.

Así que –colegas laureados– les propongo apoyar y avalar esta Carta de Colombia, estos 10 principios que cualquiera puede compartir y entender, que pueden ser memorizados, que pueden ser estudiados por los niños y jóvenes en las escuelas, difundidos en los murales y las bibliotecas, porque son más grandes que nosotros.

Porque tienen la fuerza del amor que vence al miedo.

¡Tienen la fuerza de la paz que destierra la guerra!