Construyamos Familia Opinión

ABUSOS SEXUALES: RESPONSABILIDAD DE TODOS

Por: Carlos Fradique-Méndez
Abogado de Familia y para la Familia
DIPLOMADO EN EDUCACIÓN PARA LA VIDA EN FAMILIA (123)
Hago una reflexión sobre lo que llamo Abusos sexuales: responsabilidad de todos y hago hincapié en los abusos en los que son sujetos los menores de edad, es decir los menores de 18 años y de manera especial los menores de 14 años.
EDAD PENAL PARA EL EJERCICIO DE LA SEXUALIDAD

El código penal sanciona los actos que violan la libertad, la integridad y la formación sexuales. Los delitos en general son el acceso carnal y los actos sexuales violentos, los actos sexuales abusivos, el acoso sexual, la explotación sexual, la pornografía y el turismo sexual.
En principio se presume que las personas mayores de 18 años pueden hacer de su sexualidad lo que mejor les parezca. Por esta razón la prostitución como tal no es delito y tiene protección legal. Se promueve el amparo legal para las y los trabajadores sexuales, es decir, a quienes se dedican a la prostitución que es dar sexo a cambio de dinero. Pero no está clara la situación legal cuando se trata de dar sexo a cambio de especies o bienes como carros, apartamentos, inmuebles, viajes, etc. Hay personas que se unen a otras con el único fin de lograr un lucro como el caso de una sustitución de pensión, o un servicio médico. Tampoco está claro el caso de la oferta de sexo luego de emborrachar al usuario para cobrar tarifas más que las usuales o el de aprovechar una anomalía sexual o un desengaño o despecho para que un o una “cliente” se quede en el prostíbulo varios días gastando su dinero sin tino ni medida.
Y el límite de edad en el que se considera, con justas razones de orden mental y físico, que no hay libertad sexual es la de 14 años.
Significa que ninguna persona menor de 14 años puede ser objeto de ningún estímulo en su sexualidad. Las personas menores de 14 años son infantes, personas indefensas que física y mentalmente no están en condiciones de tomar decisiones responsables sobre su sexualidad. Están ad portas de ingresar a la adolescencia una época de cambios muy importantes en la vida de los seres humanos y que debe dedicarse a adquirir conocimientos, comportamientos que lleven a la madurez, a encontrar la razón de vida y la proyección del futuro que se acerca con todas las dificultades que ofrece la vida del siglo XXI cargada de retos. A estos niños y adolescentes se les debe proteger con especial celo y consideración y apartarlos de toda circunstancia que pueda llevarlos a ser sujetos de actos sexuales que sean delitos.
LAS CIRCUNSTANCIAS AYUDAN A DELINQUIR
Está demostrado que la Ocasión hace al ladrón, que en arca abierta el justo peca, que al lugar donde fueres haz lo que vieres, que el que con lobos anda a aullar aprende, que no puedes pedirle peras al olmo.
Estas sentencias de la sabiduría popular para aventurarme a decir que en una sociedad conquistada por el sexo, valorada por la cantidad de sexo que se tenga o que se sepa, en la que el sexo y el licor ponen la pauta para los grandes negocios y negociados, en la que se cree que el timón de la sociedad la tienen el dinero de los hombres y las empresas importantes en matrimonio con la sexualidad o invitación sexual de las mujeres que se prestan para lograr beneficios mediante la aceptación de conductas sensuales o sexuales, con una “educación” que proclama que los niños y niñas desde kínder tienen derecho al ejercicio libre de sus derechos sexuales y en la que los papás les están enseñando a sus hijos e hijas a que tengan novio o novia desde antes del destete, en la que la familia se forma y se deforma de manera efímera con la presencia de padrastros y madrastras, que no es lo mismo que padres de crianza, que ponen en aprietos a los hijos abandonados por sus padres biológicos, es imposible prevenir de manera eficaz el ejercicio ilegal de la sexualidad en la escuela y en sus alrededores y aún en los propios hogares o casas que sin serlo realmente se llaman hogares o viviendas de familia.
Por supuesto que no se pueden justificar los abusos sexuales de los que son víctimas los menores de 14 años, ni los cometidos en personas mayores de esta edad. Pero es posible que tengamos una explicación y un referente para tomar las medidas urgentes que necesitamos para prevenir los gravísimos daños que con esas conductas delictivas de causan a nuestros niños y niñas.
Hay que cambiar urgentemente el entorno de hedonismo que ofrecemos a nuestros hijos para evitar que sean sujetos pasivos de delitos de toda clase, entre los que están los repudiables abusos sexuales.
Invito a que sigamos sembrando la paz, el amor y la concordia en nuestros hogares y familias, para que tengamos paz, amor y concordia en nuestra sociedad y en Colombia.

Bogotá, 27 de febrero al 5 de marzo de 2017.