Política

Buen gobierno, pero también buena comunicación, forjan reputación de un país

Foto: americaeconomia.com

Expresidentes, directivos y expertos de comunicación resaltaron hoy en Miami, EE.UU., que la reputación de un país depende de un buen gobierno y también de una buena comunicación estratégica y pusieron como ejemplo negativo a Colombia.

La segunda jornada de la I Cumbre Iberoamericana de Comunicación Estratégica, Cibecom, que finaliza este viernes, acogió entre otras actividades una charla sobre la percepción mundial que hay sobre países de la región latinoamericana, a partir de un estudio de la consultora Reputation Institute.

Con la ausencia destacada del exjefe del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero, que suspendió a última hora su visita a Miami, los expresidentes Vinicio Cerezo (1986-1991), de Guatemala, y Luis Alberto Lacalle (1990-1995), de Uruguay, debatieron sobre el tema.

El sondeo «Country RepTrak» analiza la reputación de los 70 países con mayor producto interno bruto (PIB) del mundo a partir de la percepción de 39.000 encuestados en diferentes naciones.

España, Uruguay y República Dominicana fueron los países cuya reputación mejoró entre 2016 y 2017.

Por el contrario, los que empeoraron fueron Estados Unidos, Venezuela, Brasil y Panamá, estos cuatro «con noticias relevantes que contar» en los últimos meses, según Fernando Prado, uno de los socios directivos de Reputation Institute.

El expresidente guatemalteco señaló que Colombia con su proceso de paz es una «caso típico» de la carencia de una buena estrategia comunicativa, ya que sus logros «no han sido apreciados al interior del país» y en los países industrializados.

Aseguró, que dejando de lado el tema político, el proceso de paz firmado en 2016 en Colombia es «fundamental para Latinoamérica, pues la hace la única zona del mundo sin las consecuencias de una guerra».

«Ellos (el Gobierno colombiano) están fallando en una buena estrategia de comunicación para mostrarle al mundo y no solo a América Latina las ventajas que tiene Colombia en desarrollos sociales y económicos para las inversiones», matizó Cerezo.

Prado destacó de igual forma que los casos de Colombia y Venezuela fueron los «más radicales» de la encuesta, que comparó la percepción en las naciones del G8 (Rusia, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Alemania, Reino Unido, y Japón) y en Latinoamérica.

Señaló que Colombia tiene «la peor reputación en el entorno de G-8», pero en Latinoamérica está mucho mejor, mientras que Venezuela tiene una percepción muy negativa en la región, pero sin embargo, no tan mala en el entorno más industrializado.

Para Cerezo, la buena reputación de un país, sin embargo, comienza con acertadas políticas de desarrollo económico y social.

Prueba de ello es que los once países con mejor reputación, según la encuesta, no solo tienen el mejor desarrollo económico y social, sino también unas «instituciones sólidas que envían un mensaje adecuado a los otros países del mundo», señaló el exmandatario guatemalteco.

Cerezo apoyó la tesis empresarial de Jaume Giró, director general de la Fundación Bancaria «la Caixa», quien en el mismo auditorio expuso que no se debe desperdiciar el tiempo en buscar la reputación, sino en cuidar a los clientes.

Pese a la importancia de la «realidad concreta que están viviendo los países» para el tema de reputación, Cerezo no desconoció la relevancia de una correcta estrategia de comunicaciones, mientras Lacalle dijo que la Secretaría Iberoamericana debería asumir ese papel para resaltar los avances de Latinoamérica.

Prado resaltó que al final la percepción que se tiene de un país va a influir en el turismo, las importaciones y las inversiones, entre muchos otros sectores económicos.

En el caso de Estados Unidos, la reputación ha bajado con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y ha conseguido al mismo tiempo anular el «efecto Obama», cuya Presidencia mejoró la imagen del país, según el estudio.

Según la encuesta, si el expresidente de Estados Unidos Barack Obama consiguió elevar la reputación de su país durante su presidencia en un 15 %, la llegada del empresario neoyorquino lo ha devuelto a niveles muy anteriores y retrocede respecto a 2016 casi en un 10 %.

Lacalle, sin embargo, dijo que el mayor problema que dejó la pasada campaña política estadounidense es una profunda polarización que podría ocasionar «consecuencias muy graves para política exterior». Con EFE