Salud

Se estima que para el 2025 cerca de 400 millones de personas en el mundo sufrirán de Asma

De acuerdo con las Guías de la Sociedad Europea de Enfermedades Respiratorias (ERS), debido al aumento en la prevalencia del Asma en un 50% cada década, se estima que para el 2025 cerca de 400 millones de personas sufrirán de Asma. Actualmente 325 millones de individuos en el mundo tienen esta enfermedad, que representa 1 de cada 250 muertes.

El Asma está presente en todos los países, independientemente de su grado de desarrollo. Más del 80% de las muertes por Asma tienen lugar en países de ingresos bajos y medios-bajos. En Latinoamérica cerca de la mitad de los países tienen una prevalencia de Asma en la infancia por encima del 15%, en el caso de Colombia, esta cifra rodea el 14.2% de la población[4].

Entre 5 y 10% de la población total con esta enfermedad, tiene asma severa que no está controlada de forma adecuada.[5] Estos pacientes pueden costar dos veces más que un paciente con la enfermedad bajo control, pues tienen mayor riesgo de hospitalizaciones y mayor índice de visitas a urgencias.[6]

Con frecuencia el Asma no se diagnostica correctamente ni recibe el tratamiento adecuado. Frente a esta situación, en Colombia el 69,9%[7], es decir, cerca de 3.1 millones de personas con Asma siguen presentando síntomas y ataques aún sin saber que se trata de esta enfermedad. Esto genera una importante carga para los pacientes y sus familias, al condicionar la calidad de vida del paciente con Asma.

Los pacientes con Asma tienen mayor riesgo de desarrollar depresión, lo que afecta su calidad de vida, al sufrir de alteraciones del sueño, estrés, ansiedad, ataques de sibilancias (silbidos en el pecho al respirar), dificultades para hablar y restricciones en la vida social.

El impacto que genera esta enfermedad sobre el paciente, y la discapacidad que produce, puede ser similar a la que experimenta una persona con cirrosis, diabetes o esquizofrenia. El costo económico del Asma es considerable, tanto en términos de costos médicos directos, como los ingresos hospitalarios y el costo de los productos farmacéuticos; como también los costos médicos indirectos (tiempo laboral y muerte prematura)2, pues esta enfermedad causa la pérdida de 20 millones de días de trabajo en los pacientes adultos.

Sin embargo, actualmente existen diferentes tipos de tratamientos que mejoran considerablemente la calidad de vida de los pacientes, permitiéndoles realizar actividades básicas del día a día como subir escaleras y caminar sin sentir fatiga o ahogo. Incluso, los pacientes que siguen un tratamiento adecuado, retoman el ejercicio dentro de su rutina diaria.

Sobre el Asma

El Asma es una enfermedad crónica que no solo afecta a los niños, también puede avanzar hacia la adultez presentando síntomas cada vez menos frecuentes y agresivos. Normalmente, se produce por una reacción alérgica, causada por sustancias denominadas alérgenos o irritantes, que se encuentran en el ambiente como los ácaros, la contaminación, el polvo o la caspa animal.

Sin embargo, el Asma también puede ser producto de la historia familiar, de una infección bacteriana o de la exposición temprana al humo de tabaco y otras condiciones[8].Un ataque de Asma afecta principalmente las vías respiratorias periféricas, es decir los músculos que rodean los bronquios, que al tensionarse o hincharse reducen la cantidad de aire que por allí circula.

Si bien se trata de una inflamación de las vías respiratorias que genera dificultad al respirar, causando opresión en el pecho y tos; para el paciente asmático ante todo es una discapacidad, que actualmente es responsable de la pérdida de 20 millones de días de trabajo en los pacientes adultos.

Su impacto en los niños no es menos evidente. Durante la infancia, cuando es más frecuente[9], el control inadecuado del Asma severa puede desencadenar en serios problemas de salud, e incluso afectar el rendimiento escolar[10], dadas las constantes hospitalizaciones y el alto índice de ausencias.