La bancada en el Concejo de Bogotá del Partido Político MIRA, denunció hoy que el distrito no tiene un inventario real ni un control total sobre los predios en los que en algún momento se realizó una explotación minera y que son considerados como pasivos ambientales.

Esta negligencia administrativa ha llevado a que 90 predios reportados por la Secretaria Distrital de Ambiente y que en algún momento sufrieron la actividad extractiva de materiales de construcción y arcilla, hayan quedado prácticamente huérfanos, lo cual impide que se conmine a quienes hicieron la explotación minera a restaurar los daños ambientales causados en el ejercicio, legal o ilegal, de esta actividad.

“Pero además es preocupante ver cómo uno de los efectos nefastos de la orfandad de los pasivos ambientales en el Distrito Capital, es la urbanización, legal o ilegal, de los predios que fueron objeto de minería y que no han sido restauradas. Un ejemplo de esto es la situación del predio Chircal Criselio Castillo en la localidad de Rafael Uribe, en el que el 50 del área ya está urbanizada, en una zona que presenta amenaza de remoción en masa”, señaló el concejal Jairo Cardozo.

De los 90 predios reportados como Pasivos Ambientales Mineros por parte de la Secretaría de Ambiente, 30 se encuentran en la localidad de Usme, 27 en Ciudad Bolívar, 11 en San Cristóbal, 14 en Rafael Uribe Uribe, 7 en Usaquén y 1 en Santafé.

El Distrito tiene un atraso enorme en la cuantificación de los Pasivos Ambientales Mineros, pese a que su inventario resulta ser una obligación de la vigente Sentencia del Río Bogotá y para lo cual se había dado un plazo máximo de 9 meses, los cuáles vencieron hace más de dos años. “Desde nuestro Partido exhortamos a la Secretaría de Ambiente para que se dé estricto cumplimiento a la orden del Consejo de Estado y tengamos claridad sobre cuántas “ cicatrices ambientales” tenemos en la ciudad , afirmó la Concejal Gloria Stella Díaz.”

Esta orfandad en los Pasivos Ambientales se agrava cuando se evidencia que la mayoría de los predios inactivos no cuentan con un Plan de Manejo, Recuperación y Restauración Ambiental-PMRRA, poniendo en riesgo la salud y el bienestar de las personas que habitan en cercanías a estos lugares.