Opinión

Sector hotelero, Sí hay cama Pa tanta gente

Por: Luis Eduardo Forero Medina
Del 2003 al 2017 es considerada la década y media que más estrellas ha aportado al sector hotelero colombiano; durante ese tiempo los hoteles construidos o remodelados están exentos por treinta años del impuesto de renta, lo que ha dado como resultado un boom hotelero.

Aunque el favorecimiento previsto en el decreto 2755 de 2003 vence el próximo 31 de diciembre, las construcciones que registren un adelanto superior al 61 por ciento estarán comprendidas, si de otro lado el gobierno expide la resolución en que se establezca el procedimiento.
Los primeros hoteles en Bogotá fueron el Regina que abrió en 1921 y el Granada de estilo francés, que atendió de 1928 a 1951; situados a los costados del Parque Santander en el centro de la ciudad, y que fueron demolidos para darle paso a las edificaciones del Banco de la República y el edificio de Avianca. Posteriormente surgieron el Continental (1948) y el Tequendama (1953) que obtuvo su quinta estrella en 1976. Desde esa época no se había dado tanto impulso al sector que cuenta con miles de plazas en hoteles, en espera de millones de extranjeros que llegan al país en el segmento del viajero de convenciones, negocios o en estancias de ocio. Nunca antes en el país se habían construido tantas habitaciones de hoteles, de 2013 a 2016, se construyó una diaria en promedio, según la Asociación Hotelera y Turística de Colombia (Cotelco).

Es común en el gremio representado por Cotelco, que si le fue bien el año anterior , el próximo será mejor; al punto de atraer decenas de cadenas hoteleras internacionales. Las más duras y las locales (Decameron, GHL y Estelar) en una franca competencia , atraen a huéspedes ofreciéndoles ubicaciones cercanas a los aeropuertos, a una estación, en el centro del distrito financiero; en todo caso en uno de los vecindarios más prestigiosos de la ciudad. Otros anuncian reservas online y a través del móvil; tener todo lo que importa para una estadía más placentera, noches adicionales gratis tras dos estancias pagadas, una impresionante gastronomía, y hasta mucho más. Los que pernoctan en instalaciones de tres estrellas en adelante prefieren los hoteles que ofrecen amplias suites, precios favorables, wifi, aparcamiento, azoteas con piscinas, playa particular, videovigilancia 24X7; en resumen, un oasis de confort y tranquilidad donde se cuidan todos los detalles. Lo deseable para los turistas 5 y 6* es implementar las MagicBands, pulsera que es tarjeta llave y medio de pago, inventada y empleada por los hoteles de Disney World en Orlando (Florida).
En Colombia, donde se encuentran las dos más importantes cadenas norteamericanas, (Marriott y Hilton), la ocupación hotelera el año pasado “superó todos los porcentajes que se han dado desde el 2006”, al alcanzar el 56,2%”, de acuerdo al Ministerio de Comercio, Industria y Turismo de Colombia (Mincit) y el Dane. En junio de este año el porcentaje de ocupación hotelera fue 55,1%; sin embargo avanza con paso firme para alcanzar el 100 por ciento, bajando las tarifas para no dejar la cama vacía. A nivel mundial hacía 12 años que los resultados del turismo no eran tan favorables como en los cuatro primeros meses de 2017, de acuerdo a los expertos. En el actual periodo mayo-agosto existe una gran confianza, según la Organización Mundial de Turismo (OMT), entidad que agrupa 154 países. Hace 10 años la OMT quedó impresionada del “increíble producto turístico del país.” En Bogotá y Lima las tarifas por cama-hotel son más caras que en Quito. Ecuador es el único país de los tres que cuenta desde 2005 con un Ministerio de Turismo exclusivo para el sector. En cuanto a Colombia la ministra María Claudia Lacouture, dijo que “Lo que estamos diciendo es que ya el Ministerio de Turismo se hace necesario porque hoy en día tenemos la institucionalidad representada en el viceministerio de Turismo” . La industria hotelera es reconocida como una actividad que genera bastante empleo directo e indirecto, aunque muchas veces sin la suficiente capacitación y formalización.

El dolor de cabeza para los hoteleros en el mundo y en Colombia, apareció cuando se comenzaron a tener las viviendas como hospedajes transitorios, llamándolos hostales, residencias, pensiones y similares; y cuando a los moteles se les cambió la m por la h. En algunos de estos lugares sucede como en Pueblo Azul, uno de las decenas de cuentos del libro Armas de Juego del escritor colombiano Marco Polo: “En tanto acomodan la cama metálica amarilla en una de las esquinas irregulares de la pieza, frente a la otra donde ella dormirá con su hija y papá. Hay otra cama para la gorda, cerca de la mesa de los víveres”. Debajo de la cama está la mica. Este sistema de alojamiento que los opositores llaman “parahotelería” y los defensores “economía colaborativa”, presta el servicio sin poseer RNT (Registro Nacional de Turismo), y ofrecen sus negocios por aplicaciones que en España son bloqueadas. Estos servicios que no debieran prohibirse, sí han de ser regularizados para que compitan limpiamente con hoteles tradicionales. En el país ibérico esas no tan nuevas formas de hospedaje, han sido un factor determinante para que haya bajado la ocupación hotelera; y en la Unión Europea (UE) el “coco” para el turismo en general y el subsector de hotelería es el ‘Brexit’, la salida del Reino Unido de la UE.
El informe de Phocuswright para SiteMinder de 2016 señala que “los hoteles deben mantener sus fortalezas tradicionales como el valor de la marca y el servicio al cliente. Será también cada vez más importante conocer tu mercado y a tus clientes y ofrecerles un producto hecho a medida, tanto si son clientes nacionales como internacionales”.
@luforero4