La Contraloría de Bogotá encontró medicamentos vencidos y dispositivos médicos abandonados en las bodegas de dos importantes hospitales del sur de la capital.

Los medicamentos encontrados se vencieron entre los años 2011 y 2016. Estos tendrían un precio calculado de 1.290 millones de pesos.

De acuerdo con el ente de control, los medicamentos vencidos pudieron ser la solución para pacientes con osteoporosis, taquicardia, dolor intenso producido por enfermedades de alto costo e infecciones en los niños, entre otras.

La Contraloría verificó contratos, lotes, facturas e inventarios y comprobó que los hospitales El Tunal y Meissen no cumplieron con el buen manejo de las medicinas.

Olga Garzón, usuaria sistema de salud en el Hospital El Tunal, comentó que «uno va a Meissen y no hay, va al Tunal y tampoco, no sé qué está pasando».

Estos medicamentos vencidos ahora deben ser manejados como residuos hospitalarios y no como herramientas que podrían salvar vidas.

«Nunca deben ser usados (los medicamentos vencidos) y siempre se consideran un residuo químico peligroso», indica un apartado del informe entregado por la Contraloría Distrital.

Por su parte, Gloria Polanía, jefe de Desarrollo Institucional Subred Sur Salud Bogotá, dijo que los medicamentos «se encuentran bajo custodia y no están siendo utilizados».

La Secretaría de Salud de Bogotá adelanta una investigación disciplinaria para esclarecer estos hechos y buscar los posibles responsables.