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Salma Hayek también se declara víctima del «monstruo Harvey Weinstein»

–“Harvey Weinstein es mi monstruo también”, declaró la actriz mexicana Salma Hayek, quien aseguró, además, que frente a su resistencia al acoso sexual, el productor cinematográfico amenazó con matarla.

Salma Hayek, quien confesó que Harvey Weinstein fue su pesadilla durante muchos años, dijo que frente al hecho de que eran numerosas las actrices que habían alzado su voz para denunciar los desmanes del productor cinematografico, consideró que la suya no era necesaria ni relevante.

“No consideré que mi voz fuera importante y tampoco pensé que haría alguna diferencia», declaró Salma Hayek a The New York Times.

La actriz ha revelado que cuando empezó a trazar su camino en Hollywood, era una más en la industria con deseos de triunfo. Y a pesar de haber participado en filmes como “Desperado” y “Fools Rush In”, todavía no tenía un nombre en la industria. Pese a las dificultades, la actriz encontró inspiración en el legado de Frida Kahlo, quien a pesar de las adversidades hizo que su nombre brillará y todos se detuvieran para apreciar su arte.

En este camino se hizo amiga de productores como Robert Rodriguez y Elizabeth Avellan; a través de los cuales conoció a Harvey Weinstein, de quien para ese entonces sabía que era un gran productor, un mago en el mundo del cine. La imagen que tuvo de él fue la de un hombre exitoso, hombre de familia. Ahora reflexiona que probablemente fue su amistad con Quentin Tarantino y George Clooney la que evitó que el productor la violara.

La actriz comenzó una carrera laboral como productora e intérprete de la mano de Miramax, junto a Weinstein, y se acordaron contratos propios de la época, sobre pagos y derechos. “No me preocupé por el dinero en ese momento, estaba emocionada por el simple hecho de trabajar con él“. En ese momento su reflexión la hizo sentir que todo el trabajo y los sacrificios habían valido la pena, por el simple hecho de formar parte de ese mundo con él. “Porque cuando nadie más le dio una mano, él le dijo que si“. “Luego comprendí que llegaría mi momento para decirle que no“, reflexionó la mexicana.

Y llegó. Como cuando se negó a abrile la puerta de su habitación, cuando éste llegaba de manera inésperada incluso en filmaciones en las que ni él ni su compañía estaban involucrados. O al negarse a tomarse una ducha con él, “al negarme a que me viera mientras me bañaba, a no aceptar sus mensajes, negarme a que me realizara sexo oral, a no aceptar estar desnuda con otra mujer… y ante cada negativa se despertó la irá maquiavélica de Harvey“.

Después de todo lo anterior la relación laboral con él se volvió más complicada porque sus exigencias eran demasiado controversiales. El productor incluso quiso que despidiera a su agente. Además no le permitió ser parte del “Venice Film Festival” en honor a la cinta “Frida”, solo para que ella pudiera irse con él, y otra mujeres que en su momento pensó eran modelos, para luego enterarse que eran prostitutas.

La situación se volvió incontrolable cuando se realizaban cambios en su humor y en sus tácticas de manera dramática. De utilizar palabras de persuación “dulces”, pasaba a amanenazarla de muerte. “Voy a matarte, no creas que no puedo hacerlo“, le dijo el productor.

La actriz describe que en muchas ocasiones Harvey la hizo sentir que ella no era nada, no era nadie. “No era una persona, era un objeto, una don nadie, un cuerpo“.

Intentó presionarla menospreciando su capacidad actoral y su poder como productora. Cuando ella estaba trabajando en el guión de “Frida”, Harvey amenazó con sacarla del proyecto, con darle su papel a otra a actriz. Ella se vio tentada a ejercer acciones legales en su contra. Pero las presiones del productor se volvieron cada vez más imposibles. Incluso le dio fechas límites que incluían volver a escribir el guión de la cinta.

La mexicana recuerda que muchas personas, amigos, vinieron a su rescate, como Edward Norton quien reescribió el guión, “y no se llevó el crédito por ello”. La productora Margaret Perenchio, también se involucró, y fue quien puso el dinero para el proyecto, porque él se negó a brindarle el apoyo económico para el mismo, y la directora Julie Taymor aceptó involucrarse en la cinta, y además se convirtió en su roca, según narra Salma.

A la hora de reclutar a los actores que la acompañarían en la historia, buscó entre sus amigos y llamó a Antonio Banderas, Edward Norton, Ashley Judd, y Geoffrey Rush.

Cuando las filmaciones empezaron, de alguna manera el acoso sexual cesó, en cierta media, porque sus presiones continuaron, incluso sus humillaciones. Pero, de alguna manera la mexicana también quería que él la viera como alguien con la capacidad no solo para actuar sino también para crear algo que valía la pena hacer y llevar a la gran pantalla. Salma quería demostrarle su valía.

En la medida que las grabaciones avanzaban, Harvey llegó a ponerle condiciones para permitirle continuar con el proyecto. Le dijo que todo podía mejorar y cambiar sí ella aceptaba tener una escena de sexo con otra mujer, en donde también exigía un desnudo total y frontal a la cámara. En ese momento supo que él no iba a ceder, él quería ver cumplida su fantasía, y sin eso él no iba a dejar que la película continuara su proceso natural. “Tuve que decir que sí. Había trabajado muchos años en este proyecto, había involucrado a mucha gente en él, ya teníamos cinco semanas de grabación…”.

La actriz recordó ese día con completa claridad. Recuerda que su cuerpo tembló de manera incontrolable… Lloró. La escena se grabó y luego vinieron las negociaciones para que la película fuera directo a los cines y no a la televisión. También por las salas de reproducción. Para ese momento Salma estaba muy cansada para seguir peleando sola. Julie Taymor –la directora– presentó la batalla ante él.

En octubre de 2002, “esta cinta sobre mi inspiración -Frida Khalo-… esta película que Harvey nunca quiso hacer le dio un éxito de taquilla que nadie predijo… y obtuvo seis nominaciones al Óscar, incluida la de mejor actriz“. La película se llevó dos premios de La Academia. Pero después de todo esto, él nunca volvió a ofrecerle el papel de protagonista en ninguna de sus películas.

Años después volvieron a coincidir, él le dijo que había cambiado, que se había casado con Georgina Chapman “y finalmente me dijo ‘lo hiciste bien en Frida; hicimos una hermosa película‘”.

La actriz cuenta que creyó en sus palabras, y asegura que él nunca supo el poder que tuvieron en ella. “Tampoco supo cuánto me había lastimado. Nunca demostré ante él todo el temor que me inspiraba. Cuando lo veía en algún evento social siempre le sonreía y me decía que había ido a la guerra y había ganado“.

Ahora la actriz se cuestiona las razones que han llevado a las mujeres en Hollywood a tener que actuar y defenderse de esta manera. Por qué las mujeres tienen que pelear tanto, y presentar batalla para poder contar sus historias. “Creo que es porque como mujeres, artísticamente, hemos sido devaluadas…”. (Versión de El Diario de Nueva York).