Opinión

¿Es que alguien alberga la menor duda?

Por Mauricio Botero Caicedo
Según informes de prensa, la Defensoría del Pueblo advirtió este viernes que se estaría presentando una financiación del cartel mexicano de Sinaloa a grupos tanto a grupos criminales como a la guerrilla del ELN.

La Defensoría señala que el “Grupo de los JJ” e integrantes del ELN estarían demostrando grandes cifras de dinero y manifestando estar siendo financiados por el Cartel de Sinaloa. La alerta ya fue enviada al ministro del Interior, Guillermo Rivera, alertando acerca de la expansión de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia hacia zona rural del municipio de Tierra Alta donde hacían presencia los frentes 5, 18 y 58 de las antiguas Farc…se ha venido presentando reclutamiento de miembros de los frentes 5 y 18 en el área rural de Tierra Alta y del Frente 18 en Puerto Libertador.

¿Es que alguien alberga la menor duda que las ¿disidencias? de las Farc y el ELN están siendo financiadas por el Cartel de Sinaloa? Como afirmábamos en reciente artículo, “Ni al ELN, ni a las ¿disidencias? de las Farc les importa un pepino ni las comunidades. Una de las mayores argucias y fraudes que tanto las Farc como el ELN – con la pusilánime complicidad del gobierno – le ha pretendido embutir al pueblo colombiano y a la comunidad internacional es que sólo están involucrados de manera tangencial en los cultivos de coca. Según las declaraciones de Iván Márquez, una de las principales cabecillas de las Farc, su actividad en el narcotráfico se limitaba al ‘impuestaje’, o cobro de un modesto tributo (gramaje) a los cultivadores y a los ‘raspachines’ que cosechan la hoja de coca. Los de el ELN siempre han negado estar involucrados en el narcotráfico. ¡Basura! Estas dos organizaciones llevan décadas inmersas en prácticamente todas las facetas del narcotráfico, desde la siembra hasta la negociación con los carteles mexicanos, principales compradores de cocaína en el mundo. Al ELN y las ¿disidencias? de las Farc lo único que les interesa es saciar su voraz apetito por dinero fácil y rápido. Para el gobierno y buena parte del país, en aras de la supuesta ‘paz’, estas verdades de a puño hay que esconderlas debajo del tapete y hacernos todos los locos. Los que no tragamos entero, los que señalamos la abierta involucración de las Farc y el ELN en el narcotráfico, podemos tener la certeza de que se nos va a tildar tanto de ‘guerreristas’ como de ‘enemigos de la paz’. ¡Decir la verdad en este país se ha vuelto peligroso, muy peligroso!”