por Mauricio Botero Caicedo
Las siguientes son un pequeña muestra de dos noticias que justifican a este país se le clasifique como diferente:
– El señor Miguel Nule, uno de los cerebros del mayor desfalco en la historia de la ciudad, se declara víctima de “una persecución mediática y legal que terminó en una condena en su contra de 19 años, 5 meses y 11 días” por el escándalo de corrupción del carrusel de la contratación.
Miguel, integrante del clan de los Nule, entabló una demanda contra la Fiscalía General de la Nación, en la cual reclama una “reparación” por la exhorbitante suma de 1.5 BILLONES de pesos.
O sea, usted y yo, amigo contribuyente, podemos terminar pagando la tal persecución mediática y legal a don Nule. ¿Cómo le queda el ojo, amigo lector?
– En una carta enviada a la Corte Suprema de Justicia en donde ofrece delatar a magistrados envueltos en los sobornos de Odebrecht, el senador suspendido del Partido de la U Bernardo “Ñoño” Elías afirmó que había aceptado los 14 mil millones de pesos “animado con el propósito de impulsar las políticas orientadas a poner fin al conflicto armado” además dijo que se dejó llevar por el “ímpetu de hombre joven, ese que nos lleva a cometer errores y sesgado por el ego que me motivaba a ser un protagonista activo en el Congreso de la República, en la transformación de mi patria, para ver un país en paz (…) me llevaron a situaciones que hoy se encuentran judicializadas”.
El “Noño” está dispuesto a pedir perdón, a presentar disculpas y aún a acusar a sus amigos políticos. Lo que no creemos es que esté dispuesto a devolver la platica de Odebrecht. ¿Cómo le queda el ojo, amigo lector?
