Opinión

El vestir del Candidato Presidencial.

Por: Diego Calle Perez
En realidad el problema no es si lleva correa, o tiene camisa de manga larga, los zapatos pueden ser tenis de marca, y si son croydon o venus lo hace ver más de pueblo. Impacto saliendo del protocolo con su modo de vestir y ya no está Don Hulolo para criticar.

El movimiento que él ha liderado nunca se ha consolidado en un partido político con reglamento y normas según la Registraduria del Estado Civil. Siempre ha estado pegado de otros partidos políticos para el aval cuando llegan los tiempos de campaña electoral.

Con respecto a los estudios, nadie refuta sus conocimientos. Su paso por las universidades le sirvieron para conocer a muchos de los colaboradores de sus proyectos y propuestas. Nunca ha sido rector, decano, ni jefe departamento de matemáticas. No tiene muchos textos para la enseñanza básica y media. Acaba de publicar “El Poder de la Decencia”. Conocemos de sus columnas y sus dotes de presentador en el programa Zanahoria. Fue subdirector en el periódico el Colombiano cuando Ana Mercedes Gómez era su editora. En el Centro de Ciencia y Tecnología de Proantioquia conoció a Rafael Aubad y juntos gestionaron Explora. Nadie recuerda las transformaciones del jardín Botánico y el Planetario. Ahora todos, concejales que firmaron el acuerdo municipal, rajan de las pirámides de la avenida oriental y de la Biblioteca España.

La candidatura a la presidencia es el valor agregado del paso por la alcaldía y la Gobernación de Antioquia, nunca fue edil, ni concejal, ni diputado, ha llegado por contextos coyunturales de la política parroquial. Simpatiza con los jóvenes, las clases medias y su propia clase, algunas veces lo rechaza. Su primera campaña a la alcaldía de Medellín fue un modelo copiado de Peñalosa y Antanas Mockus. Compromiso Ciudadano, no ha podido despegar como partido político y en 20 años nunca consolido una herencia de concejales, diputados y uno que otro senador o representante a la Cámara. Su continuidad en la ciudad, la simbolizó Alonso Salazar, su mentor y mano derecha desde que le anunciaron que era el candidato que necesitaba la ciudad para suceder el bipartidismo que tenia agotada la política tradicional de Medellín.

Siendo alcalde promovió y desarrollo obras físicas de colegios, metro cables, bandas musicales, mejoramientos de pavimento en la ciudad, fortaleció la seguridad con la llamada “donbernabilidad” y en los ciudadanos se genero una nueva manera de sentir la ciudad pasando del “miedo a la esperanza”, pagando favores de una manera diferente a sus más cercanos en barrios y comunas.

De las acusaciones y demandas en la Procuraduría y la Contraloría no hay fallos que lo comprometan y sigue como rin rin renacuajo luciendo su manera de vestir en su campaña a la Presidencia. El problema no es su manera de vestir, incluso Arturo Calle, afirma que Fajardo ha generado indirectamente el aumento de ventas en sus almacenes a los nuevos ejecutivos Jet-Set.

Fajardo es toda una derivada trigonométrica, habitó el barrio Prado para mejorar la seguridad de la zona y terminó sin el patio de plantas aromáticas con unos costos exagerados en su momento. La campaña a la Gobernación la hizo de bastón, recuperándose de su fractura en la cadera. Firmo para una mina y no se dio cuenta. Tiene problemas argumentando la tanta publicidad de la más educada, pero no hay nada concreto en la fachada de la Biblioteca España.

Lo que cuenta de todo este recuento, es el diseño, la planificación, la estrategia y la campaña de haber llegado a la alcaldía de Medellín. Desde el 2004, la ciudad centro del área metropolitana, del sur al norte y viceversa, tiene otra forma de hacer la política, que todavía faltan años para llegar a las otras regiones del país que pretende Fajardo con su campaña presidencial.

Diego Calle Pérez. Analista político. Columnista virtual.