Ciencia y Tecnología

Tecnología 5G, todo lo que necesita saber para entenderla

En la industria de las telecomunicaciones, 5G son las siglas utilizadas para referirse a la quinta generación de tecnologías de telefonía móvil. Es la sucesora de la tecnología 4G. Actualmente ya existen pruebas de campo y programas pilotos que nos adelantan qué prestaciones nos ofrecerán las conexiones 5G.

Sin embargo, el 5G va mucho más allá de los teléfonos inteligentes. Esta tecnología será sin duda el alma de la nueva economía, que permitirá por ejemplo a los autos conducir solos, una mejora infinita de la realidad virtual, ciudades inteligentes, desarrollo de la domótica (sensores, termostatos…) y robots que trabajen en la red.

El 5G promete abrir la puerta a nuevos procedimientos quirúrgicos, medios de transporte más seguros y comunicación instantánea para los servicios de
emergencias y socorro.

Las redes 5G reducirán prácticamente a cero el tiempo de retraso entre los dispositivos y los servidores con los que se comunican.Para lograr todo eso, la tecnología 5G necesitará viajar en ondas de radio de muy alta frecuencia. Las frecuencias más elevadas tienen velocidades más rápidas y más ancho de banda. Pero, no pueden viajar a través de paredes, ventanas o tejados, y se vuelven considerablemente más débiles en distancias largas.

Esto implica que las compañías inalámbricas necesitarán instalar miles –o quizás millones– de torres en miniatura para celular encima de cada poste de luz, al costado de los edificios, dentro de cada hogar y potencialmente en cada habitación.

De ahí que el 5G vaya a complementar al 4G, en vez de reemplazarlo completamente. En edificios y en áreas muy concurridas, 5G podría proporcionar un
aumento de velocidad. Pero cuando estás conduciendo por la carretera, 4G podría ser tu única opción, al menos por un tiempo.

El nuevo sistema móvil de acceso a Internet, el 5G, previsto para 2020, llega preñado de promesas. Multiplicará la capacidad y la velocidad, y tendrá una cobertura prácticamente ubicua, además de una velocidad de respuesta (la latencia) casi inmediata, que permitirá que el 5G se use e intervenga en muchas actividades y procesos en los que nunca habían intermediado las telecomunicaciones.

Pero todo ese castillo de promesas y expectativas, está -y nunca mejor dicho- en el aire. El problema es que para ofrecer todas esas maravillas, el 5G requiere un enorme reforzamiento de las redes móviles multiplicando probablemente por muchas veces la cantidad de antenas desplegadas en el territorio. Y no salen los números.