Nacional

Malnutrición en La Guajira: avanzamos, pero persisten los retos

Youtube

Es preocupante que un 54% de los colombianos, en particular las poblaciones rurales, tengan inseguridad alimentaria y carezcan de acceso a alimentos nutritivos básicos, según datos del Ministerio de Salud y del ICBF. Esta realidad resulta preocupante y cambiarla es un gran reto para la sociedad y exige el compromiso de todos sus actores.

En Colombia, el Departamento de La Guajira continúa siendo uno de los que presenta mayor inseguridad alimentaria alcanzando casi el 77% de la población, debido a las limitaciones en la producción y suministro de alimentos nutritivos, además de las barreras económicas para acceder a éstos.

Esta situación incide de manera notable en los niños indígenas menores de 5 años quienes pueden sufrir desnutrición crónica y presentar retraso en el crecimiento como consecuencia de una alimentación insuficiente o inadecuada por largos periodos de tiempo. Según datos del gobierno nacional la prevalencia de desnutrición crónica o retraso en talla para la edad en menores de 5 años de La Guajira es de 26.1% y de 19,6 en escolares (5 a 12 años) siendo las mayores cifras con respecto a los demás departamentos de Colombia.

Esta problemática no es muy diferente en otras partes del mundo. El estudio conjunto “El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo”, publicado por el PMA y otras agencias de la ONU[1] revela que alrededor de 42,5 millones de latinoamericanos se van a dormir sin comer todas las noches. En Suramérica la subalimentación afecta al 5,6% de la población, en el Caribe al 17,7% y en Mesoamérica (sur de México y Centroamérica) al 6,5%.

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) contribuye a mejorar esta situación, mediante diversas estrategias, en línea con el Objetivo de Desarrollo Sostenible # 2 (Hambre Cero). En Colombia, durante el 2017 más de 261.961 personas fueron atendidas en 13 departamentos. Se destaca la asistencia a más de 69.000 personas afectadas por la violencia y de al menos 200 familias indígenas y 1300 familias rurales, quienes tuvieron acceso adecuado a alimentos nutritivos, y recibieron apoyo y formación para crear o mejorar sus medios de subsistencia, así como para recuperar y fortalecer sus prácticas agrícolas.

“Nuestro propósito es seguir contribuyendo con la seguridad alimentaria y nutricional de las familias más afectadas por la violencia y el conflicto con el objetivo de apoyar al Gobierno de Colombia en alcanzar su meta de cero casos de desnutrición crónica para el año 2025. Esto incluye el Fortalecimiento de capacidades de las instituciones, el apoyo a las poblaciones afectadas por crisis; acciones concretas para poner fin a la malnutrición; promover el acceso a mercados de los pequeños agricultores y mujeres en el campo, y que las comunidades rurales étnicas que habitan en zonas vulnerables hagan un mejor uso de la tierra y los recursos naturales”, sostuvo Deborah Hines Representante en Colombia del Programa Mundial de Alimentos.

Por ello, es importante continuar estas prácticas conjuntas como la alianza entre Mastercard y el Programa Mundial de Alimentos que en 2017 entregó 2 millones de alimentos nutritivos a los niños de La Guajira. Esta unión busca reducir las brechas de desnutrición en los niños; ya que en los primeros años de vida se sientan las bases para el desarrollo.

En ese sentido, cada vez es mayor el consenso mundial sobre la necesidad de trabajar en alianzas por un mundo más justo, con énfasis en la igualdad y la inclusión. Por lo anterior, la participación del sector privado en esta lucha es tan relevante para el establecimiento del valor compartido, el estímulo a las economías locales y la contribución para erradicar la desnutrición para alcanzar una verdadera transformación en estas comunidades, al tiempo que se garantiza el desarrollo de sus generaciones futuras.