Nacional Panorama Nacional

Mejora medio ambiental, un reto de Colombia según la OCDE

El ingreso de Colombia a la OCDE influirá en el futuro de las políticas públicas relacionadas con el adecuado control y seguimiento de diversos asuntos medioambientales del país, gracias a compromisos y cambios normativos que hizo la nación en su proceso de admisión.

Entre las recomendaciones de esta organización al país se destacan:

Someter los principales programas y proyectos a evaluaciones ambientales estratégicas.
Consolidar y hacer más efectivas las leyes y disposiciones ambientales, y alinearlas con las buenas prácticas internacionales.
Expandir las áreas protegidas para integrar los ecosistemas que están más amenazados como los páramos.
Reforzar las disposiciones que regulan la minería ilegal y de pequeña escala, reconociendo la importancia de la minería artesanal como medio de subsistencia.
Exigir licencias ambientales para la exploración minera y garantizar que la biodiversidad se integre eficazmente en la evaluación de impacto ambiental estratégica y su licenciamiento, entre otras.

Tres grandes desafíos en los que Colombia debe centrar sus esfuerzos

Según Diana Uribe, Gerente de Sostenibilidad y Cambio Climático de EY, el país aún tiene grandes desafíos en los que debe trabajar si quiere estar a la altura de los países que integran la OCDE. Algunos de estos son:

Detener la deforestación del bosque natural y hacer los bosques un producto más rentable. Se debe potencializar la rentabilidad de los bosques mediante iniciativas de Mecanismos de Desarrollo Limpio – MDL o Manejo Forestal Comunitario – MFC en las pequeñas poblaciones, sobretodo de la amazonia.
Manejar sosteniblemente las zonas de protección. Colombia cuenta con 37 paramos delimitados y 43 millones de hectáreas de áreas protegidas bajo alguna figura de conservación, que equivalen al 20.5% del territorio nacional. “Se espera que no se retroceda en la conservación de estos espacios en los próximos años, que se promueva la participación de campesinos, comunidades indígenas, habitantes de las zonas aledañas, etc. y que se delimiten adecuadamente las zonas de conservación de acuerdo a la planificación territorial, el uso del suelo y los lineamientos del Ministerio de Medio Ambiente (como por ejemplo la Resolución 886 de 2018)” comentó la experta.
Descontaminar las fuentes hídricas. Colombia enfrenta un desafío importante en la descontaminación de sus fuentes hídricas, “ejemplos de ríos que requieren intervención son el Río Bogotá, el Río Chicamocha y el Río Medellín, en zonas puntuales donde la carga contaminante es demasiado alta”, añadió Uribe.

¿Cómo está Colombia frente a sus vecinos?

Según el índice de representación ambiental (EPI por sus siglas en inglés) que recoge información relacionada con la salud medioambiental y la vitalidad ecosistémica de los países, Colombia se ubica segundo a nivel latinoamericano superado únicamente por Costa Rica, y en el puesto 42 a nivel mundial de 180 países analizados.

En materia de energías renovables, Colombia se encuentra por debajo de Chile, México, Argentina, Brasil y Perú, pues dichos países han explotado e invertido más en estas áreas, según el Renewable Energy Country attractiveness Index – RECAI, adelantado por EY en el 2018.

En cuanto al cumplimento y logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Naciones Unidas el Sustainable Development Goals Index and Dashboard del 2017, adelantado por Bertelsmann Stiftung, el país se sitúa en el puesto 88 de 157 analizados, por encima están Cuba, Argentina, Chile, Uruguay, Costa Rica, Brasil, México, Ecuador, Paraguay, Perú y Venezuela.

El aprendizaje alcanzado hasta ahora también arrojó resultados positivos como el logro de una política nacional para la gestión de los residuos sólidos y otra para el manejo del riesgo coligado a la utilización de productos químicos, así como la generación de lineamientos normativos para la delimitación de páramos y para la gestión del cambio climático. Esto además, ha generado un gran avance en materia de negocios verdes y en la reducción de contaminantes y residuos de larga degradación, como el plástico. Sin embargo, el camino que nos queda por recorrer es amplio y exigente con miras a adoptar las mejores prácticas que propendan por la sostenibilidad del entorno ambiental, social y económico del país.