Bogotá

CAR pide no hacer proyectos urbanísticos en reserva Van Der Hammen

Hoy se adelanta una sesión informal, convocada por la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), en donde se debaten las propuestas del Alcalde de Bogotá sobre la reserva Van Der Hammen para recibir insumos técnicos, ambientales, jurídicos y sociales.

“La CAR deberá tomar una decisión sobre el futuro de le reserva, sin embargo en caso de que le otorgue al Alcalde Peñalosa los permisos para realizar allí un proyecto urbanístico, estaría afectado a más de 514 especies de flora entre bosques, pastizales y humedales, al bosque de Las Mercedes, último bosque primario de planicie inundable de la sabana, y al bosque de Las Lechuzas con su humedal”, aseguró José Caicedo, Representante a la Cámara.

La preocupación es que diversos estudios han demostrado que en la reserva Van Der Hammen hay una importante diversidad de especies endémicas de fauna, como el chamicero y la tingua, algunas especies nuevas para la ciencia, como es el caso dos mariposas, y especies amenazadas, como la tingua pico verde.

“En nombre de la comunidad a la cual represento, le pido a la CAR, tener en cuenta que el alcalde de Bogotá, no tiene en cuenta 20 años de estudios, conceptos de expertos, luchas jurídicas, a la ciudadanía y la necesidad de garantizar la conectividad ecológica de esta zona. Además se contradice al decir que la reserva es un potrero, cuando su mismo Plan de Manejo Ambiental, reconoce que hay presencia de 8 humedales”, comentó Caicedo.

De acuerdo con Humedales de Bogotá, la reserva es una zona de reserva ambiental con un área de 1.395 hectáreas, declarada en el año 2011 y localizada en el borde norte bogotano en las localidades de Usaquén y Suba. Su nombre se asignó en memoria al científico colombo- holandés Thomas Van der Hammen quién dedicó años de estudio a esta zona y al altiplano cundiboyancese. Si se suma al área de la reserva lo que ella conecta (Humedal La Conejera, Quebrada La Salitrosa, Bosque de Las Mercedes, Humedal Torca – Guaymaral, Cerro La Conejera, Bosque de las Lechuzas, río Bogotá y ronda de cerros orientales) la zona ambiental conectada contaría con un área de 1.800 hectáreas aproximadamente.

En caso de tomar la decisión de recuperar este espacio se regeneraría la conectividad ecológica entre los distintos ecosistemas, salvaguardando el futuro ambiental de la ciudad. Además, se le podría garantizar 100 años de agua para Bogotá como lo han dicho expertos en el tema. La conectividad, que existía hace más de 70 años, se ha visto gravemente interrumpida por la urbanización desordenada y el reemplazo de la vegetación nativa por la agricultura y la ganadería en la sabana.

La importancia de la reserva es cada día mayor como espacio verde y de restauración de los ecosistemas y servicios ecosistémicos asociados, ya que está en medio de un tejido urbano donde la conurbación es un hecho que por la falta de planeación y manejo del territorio aumenta cada día.