Bogotá

Modelo de didáctica activa participativa es una realidad en colegio de Bogotá

Foto: Gimnasio Campus Pampuri

Niños menos automatizados, más creativos, más responsables de sus comportamientos y emociones es la propuesta de esta institución que, a la vez, exige docentes dinámicos que atiendan a los requerimientos de la metodología de Didáctica Activa y Participativa implementada por el colegio.

Convencido de los efectos de esta novedosa forma de educar Jorge Reynolds, científico colombiano creador del primer marcapasos artificial, desde hace años acompaña al Pampuri con sus consejos en las actividades de innovación técnica y científica de los niños.

Miguel* hoy no es el mismo niño que llegó hace un tiempo al Pampuri. Voluntarioso, con bajos niveles de tolerancia al fracaso, dificultades para atender y relacionarse con los demás, agresivo, egoísta y dependiente. Su caso era una misión difícil de cumplir, pero no imposible. Miguel necesitaba descubrirse, despertar en él la conciencia del valor que tenía como persona.

Hoy gracias a la nueva Didáctica Activa y Participativa, se ha involucrado en el trabajo en clase. Reconoce y comparte con su entorno ese gran sentido de colaboración que era innato en él, pero desconocía. Ahora sabe de sus habilidades para dibujar, se siente útil, identifica lo que le gusta y se toma el tiempo de investigarlo. Hoy cumplir con sus tareas es un asunto que le genera tranquilidad.

Mucho amor, dedicación, paciencia y, por supuesto, la aplicación de la metodología de la Didáctica Activa y Participativa ha permitido que no solo Miguel, sino muchos otros de los chicos que hacen parte del Pampuri sean constructores de su propio destino con capacidad autónoma y responsable.

Hacia una nueva enseñanza

Libertad, respeto, construcción conjunta, responsabilidad y orientación son algunos de los principios sobre los que se basa esta metodología, en la que esa costumbre de repetir no tiene espacio. En ella el niño es actor de su vida y aprendizaje, es responsable de su crecimiento humano e intelectual, por supuesto, bajo la mentoría de sus profesores.

Para estos últimos esta dinámica es todo un reto, pues implica un mayor esfuerzo por ser más creativos y dinámicos, deben prepararse para ofrecer a sus alumnos propuestas que pongan en movimiento sus capacidades, que les permita descubrirse como personas y crear formas diferentes de aprender mejor. Definitivamente, un desafío que da sus frutos en el tiempo.

El modelo de la Didáctica Activa y Participativa es una realidad. “Se trata de una metodología de enseñanza y aprendizaje que favorece que el estudiante quiera ponerse frente a su propio aprendizaje queriéndolo tener y empujándolo a utilizar más sus capacidades para lograrlo. Podemos decir que el tipo de protagonismo que se promueve consiste en un movimiento de adhesión del estudiante a un recorrido de aprendizaje en donde está involucrada su curiosidad y tenacidad para alcanzarlo, integrando también las herramientas tecnológicas que tanto les apasionan hoy y que bien utilizadas son positivas, porque ofrecen recursos eficaces para la enseñanza y el aprendizaje”, precisa la docente María Migdalia Marín Giraldo

La aplicación de Didáctica Activa y Participativa no es un asunto de magia, lograrlo implica la implementación de herramientas como:

Capacitación a los docentes en la nueva metodología a través de la alianza con la Fundación Monserrate de Italia que ha dictado diplomados y cursos en diferentes áreas del conocimiento y avances tecnológicos.

Participación en la red de network internacional de educación a través de diplomados de didáctica activa y participativa, experiencias y experimentos para una nueva enseñanza en los que se forman líderes de procesos educativos para que, sin perder su rol, identifiquen que lo importante no es imponer, sino orientar a las futuras generaciones.

“Este tipo de capacitaciones es esencial porque permite a los profesores involucrarse en experiencias de didáctica activa en sus clases, juntando temáticas de acción y reflexión metodológica, lo que finalmente se traduce en que los niños descubran y creen con los profesores su conocimiento, además de la posibilidad de hacer un intercambio con niños de otros países”, así lo explica Luz Mary Moscoso Brochero, rectora del Campus Pampuri.

En definitiva, salirse de lo tradicional no ha sido fácil, pero sí muy enriquecedor, y con el paso del tiempo van quedando atrás las clases en las que el profesor solo dicta y los niños copian.

“Hemos logrado que los niños no vengan solo a recibir información, sino que conozcan su entorno, lo entiendan y no se queden solo en lo instintivo. No pretendemos cambiar la naturaleza del chico, sino ayudarle a que tome conciencia de lo que es y de lo que hace, y sobre todo, de lo que puede aportar en su entorno, de cómo tener una real estima para sí mismo y para el otro que está a su lado”, concluye la rectora.